En la quietud de la penumbra sosegada,
mi corazón en un amor platónico hallaba.
En sueños tejía un castillo de ilusiones,
donde tus ojos eran mis eternas canciones.
En la distancia una llama ardiente,
un amor platónico, eternamente latente.
Acariciaba tu sombra en la imaginación,
un suspiro profundo, una dulce obsesión.
En el universo de sueños inexplorados,
mi corazón, en tu nombre, estaba atado.
Anhelaba tocar la esencia de tu ser,
en un amor platónico que no deja de arder.
Como las estrellas que solo brillan en el cielo,
tu presencia, un deseo en mi anhelo.
Aunque en realidad no te pertenezca,
mi amor platónico, en el alma, florece.
En el lienzo de la fantasía, pinté tu figura,
un amor platónico que el tiempo no borra.
Aunque silente y distante sea mi anhelo,
en el rincón secreto, te amo en lo etéreo.