Haciéndolo en la ducha

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Alastor no suele despertar temprano cuando pasa la noche con Lucifer, por lo que es normal que la mayoría de las veces se pierdan el desayuno con los demás huéspedes, aunque en realidad no les importa del todo, prefieren descansar, recuperar energías para el resto del día, y sobre todo, disfrutar más de la compañía contraria.

Lamentablemente esos dulces momentos daban su fin cuando Lucifer le pedía a Alastor que se bañaran juntos; en primer lugar, porque la cadera del pecador le cobra lo que hicieron la noche anterior, y en segundo lugar porque sabe de sobra que terminaran follando otra vez.

Pero como odia sentirse pegajoso de las piernas, y no soporta el calor en el infierno sin bañarse, prefiere hacerle caso al ángel; pero si ese pedazo de idiota se atrevía a insinuarsele siquiera, lo iba medio matar, como siempre que cometía una estupidez.

—¿No te estás olvidando de algo, querido?— Le reprochó Alastor, observando a Lucifer levantarse y caminar al baño con toda naturalidad.

—¿Qué?— Se detiene para mirar al contrario, dándose cuenta a lo que se refería.— ¡Ay lo siento!— Inmediatamente se acerca a la cama, ayudando a Alastor a levantarse; no lo va a cargar, sabe perfecto que le reclamaría por hacerlo ver "débil".

—Sin duda eres más imbécil cada día, a estas alturas, ¿dejarás de esforzarte en nuestra relación?

—Vamos no juegues con mis sentimientos de esa manera, sabes que nunca haría eso.— La risa sádica del demonio normalmente le pondría los pelos de punta, pero ya estaba tan acostumbrado a esos extraños juegos que únicamente podía ignorarlos.

En el fondo del corazón de Lucifer, sabía que Alastor no cambió en nada desde el comienzo de su relación, ni en los 7 años que llevan juntos, probablemente no lo haría en los siguientes, sin embargo está tan enamorado de él que acepta todo, incluyendo lo más desagradable de su personalidad, y el hecho de que sí, se aprovecha de sus sentimientos por el poder, lo tiene claro.

Lo acepta. Y hace hasta lo imposible para que el pecador llegue a amarlo de la misma manera que él lo hace; han avanzado bastante, está convencido de que pronto llegará el día en el cual Alastor le diga con toda la sinceridad que puede demostrar, el primer "te amo"

Sonríe con la simple idea de hacer cambiar de parecer al demonio más terco que ha conocido; Alastor nota esa expresión, pero no dice nada, nada más allá que sentir su corazón latir inmensamente por ver al soberano soportar y aceptar su extraña forma de demostrar afecto.

A paso lento se dirigen al baño de la habitación de Lucifer, en dónde Alastor espera a qué el otro llene la bañera con agua tibia; ambos se adentran una vez los jabones y aromatizantes son vertidos en el agua.

—Atrevete a jugar con tus patos de hule como anoche y ahora sí te los meteré hasta la garganta.— Amenaza Alastor al ver qué el soberano planeaba tomar sus patitos del estante cercano.

—¿Celoso de unos juguetes?— La sombra de Alastor le dió un sape.— Ya perdón.— Se recostó sobre el opuesto, abrazando debajo del agua su espalda baja, mientras reposa su cabeza sobre el suave pelaje de su pecho.— ¿Prefieres que me pegue a ti como mosca?

—Eso haces siempre, querido.— Con el agua moja el cabello despeinado del rey.— Y por hoy puedes seguir pegado a mi todo el tiempo que desees.

—¿En serio?— Levanta la cabeza, mirando con mucha ilusión a Alastor.

—Desde luego, ¿o acaso olvidas que debemos estar presentes en los ejercicios de Charlotte?

—No, pero nunca me dejas estar contigo.

—Porque te subes a mi espalda y estás ahí todo el día, ¿por qué crees que me molesta?— Lucifer le sonríe como estúpido, ya no dice nada y en cambio se vuelve a recostar en su pecho.— No te vas a dormir otra vez, debemos bañarnos.— Aleja al soberano jalando su cabello hacia atrás.

30 𝑑𝑖𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑂𝑇𝑃 𝐴𝑝𝑝𝑙𝑒𝑅𝑎𝑑𝑖𝑜 (+18/+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora