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—¿Jugar a qué, majestad?— Inquirió el demonio, aún acostado en la cama mientras que Lucifer abandona su interior sin más; jadea por lo bajo, recuperando aire para hablar.— No estoy jugando a nada...— Aunque su mirada es retadora, cada parte de él quiere que el ángel lo folle sin piedad.
—Lo estás haciendo ahora, y lo peor es que me encanta.— Frunce el ceño, sus cuernos crecen sobre su desordenado cabello y deja su cola de demonio salir; acuesta a Alastor boca arriba para acomodarse en medio de sus piernas, separándolas y hace presión en estas sobre la cama.
—Todo de mí te encanta, ¿no es así?— Levanta el torso, recargando su peso en ambos antebrazos, observa de paso la forma demoníaca del soberano. El juego cambia al verlo así.— Te encanta verme a tu disposición siempre, que te ruegue porque me folles, y te deje dominarme, ¿o acaso es mentira, majestad?
—Sabes bien la respuesta a tu propia pregunta, demonio de la radio.— Frota su dura erección contra la entrada abierta y mojada del más alto, jugueteando con su glande.— ¿Quieres seguir fingiendo tu rol sumiso o finalmente me vas a dominar?— Alastor arquea una ceja, sonriendo más amplio ante tal comentario.
—Oh, querido...— Aproxima el rostro al del ángel con lentitud.— Yo nunca he fingido sumisión. Lucifer, tú verdaderamente me haces así, no me importa suplicar por tenerte entre mis piernas.— Ese jodido tono erótico de radio sobre sus labios provocó que un escalofrío recorra su cuerpo; de pronto la sombra de Alastor lo obliga a acostarse en la cama, intercambiando las posiciones.
Levanta la mirada, encontrándose con esa fastidiosa sombra en el techo, que suelta una carcajada. Los tentáculos que sobresalen de la espalda del verdadero pecador apresan sus cuatro extremidades, así es como su forma demoníaca desaparece casi por completo, a excepción de la cola.
—Sin embargo, me temo que las siguientes horas estarás así, su majestad.— Lucifer se queda boquiabierto, no esperando esa actitud de Alastor, pero no se queja en absoluto, le encanta ver la fase tan dominante de su amor.
El ligero peso del más alto reposa en su entrepierna, colocando los muslos a cada lado de su cadera, las manos se recargan sobre su pecho, y por último, siente que su pene es cubierto tan cálidamente.
—Ay mierda, darling...~— De un momento a otro el pecador dejó caerse sobre él, metiendo de un sentón su sexo.— ¡Aah!~— Una gran presión en las extremidades es ocasionada por los tentáculos, siendole prácticamente imposible moverse.
—¡Nhghh~!— Rasguña la piel pálida de Lucifer, alzando igualmente su cabeza; es la primera vez que intenta esa posición, no puede creer lo rápido que su próstata es estimulada.— Ahmh L-ucifer, ¿t-e gusta..?— Trata de contener un jadeo, pero le es imposible con la palpitante erección del ángel llenar su trasero.
—Darling me encanta...~— Daría la vida por abrazar la delgada cintura de Alastor y obligarlo él mismo a darle sentones. Lo que no fue necesario ni volverlo a pensar, casi de inmediato las caderas del pecador iniciaron a moverse de arriba hacia abajo en un rápido compás.— ¡Joder, Alastor!~
—A-aahh-ahwmn, Luci~— Entierra las garras en el pecho del mencionado, sin perder el ritmo que lleva, de hecho lo incrementa por la sensación tan deliciosa de estimulación en su interior.— Hhaahh majestad... ¡M-majestad!~— La cola de Lucifer se enreda en su muslo derecho, como si tratara de decirle algo.
Lo ignora sin dudar.
Pero se concentra en ver la desesperación que crece en los ojos rojizos del soberano; recarga las manos en el abdomen del de abajo, acomodándose en su entrepierna antes de levantar las caderas y dejarse caer con toda su fuerza.
Con esa penetrada el esperma caliente del rey se derramó exageradamente dentro.
En lugar de detenerse se siente más motivado con seguir, sin importarle si Lucifer está siendo sobreestimulado tras ese intenso orgasmo; cada embestida es más profunda que la anterior, la lujuria inunda los ojos de ambos hombres, sin mencionar el choque que hay con las nalgas del demonio y el semen que escurre poco a poco de su entrada.
Gemidos, jadeos, los nombres contrarios, el calor, y el característico aroma a sexo llena la habitación, siendoles inevitable pensar en nada que no sea tener un nuevo orgasmo; Lucifer puede únicamente observar a medias las expresiones tan excitadas de Alastor, para los dos es la primera vez que experimentan algo así, pero se acostumbran a esta sensación que rápidamente capturó sus deseos más lascivos con el otro.
Además la inquieta cola del rey aprieta su cálida piel, ya sea uno de sus muslos o los antebrazos.
—¡Uhmghnh!, ¡Lucifer~!— Pierde la cordura y el control de los sentones cuando el segundo orgasmo del ángel golpeó ese punto dulce; se mantiene quieto, disfrutando de cada gota ser disparada adentro tan satisfactoriamente.
El rubio intenta respirar con normalidad, no le es posible, así que se permite jadear hasta calmarse.
—Darling... D-éjame abrazarte, p-or favor.— Le mira suplicante, refiriéndose a los tentáculos que aún lo apresan contra la cama.
—Mmnh~, no. Ni siquiera lo pienses majestad.— Responde entrecortadamente; su sombra se une a la diversión, ayudándolo a masturbarse mientras se burla de la posición del ángel.
—«¿Cómo mierda le puedo tener envidia a esa sombra?»— Se pregunta mentalmente, cosa que, pasó a segundo plano de inmediato.
Una vez más los sentones empezaron a ser bastante rápidos, y esto combinado con la extraña pero muy caliente vista del pecador en su regazo junto a la sombra de este masturbándolo, fue la principal razón de sus siguientes tres, o cuatro orgasmos.
Sin duda Alastor es una caja llena de sorpresas en el ámbito sexual. Quien lo viera, nadie pensaría lo mucho que cambia su actitud dentro de los aposentos del rey del infierno.
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Ufff, Alastor sumiso es una cosa, pero powerful bottom es taaannn asfjsjdj, lo amo.
Ustedes que prefieren? Alastor sumiso o Alastor bottom dominante?
La primera me encanta, pero la segunda tiene lo suyito ~
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30 𝑑𝑖𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑂𝑇𝑃 𝐴𝑝𝑝𝑙𝑒𝑅𝑎𝑑𝑖𝑜 (+18/+21)
Fanfiction╰┈➤ᡣ𐭩 A los ojos del Hotel Hazbin, Lucifer y Alastor tienen una bizarra pero dulce relación amorosa. Lo que no saben es lo mucho que cambian cuando están a solas en la habitación de alguno, dándose todo el amor que no pueden demostrar en público...