Celo

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Lucifer siempre se preguntó esos casi 9 años de relación la razón de porque cada 6 meses Alastor se desaparecía alrededor de 3 semanas seguidas y luego volvía como si nada al hotel.

No le gusta forzar a su amor a decirle absolutamente todo, pero igual le preocupa mucho que se vaya tanto tiempo, sus problemas de abandono se intensifican en esos días y no puede evitar sentirse mal aún cuando Alastor le dice que no hay nada de que preocuparse.

Ya sabía que el más alto se iría a mitad de la madrugada, le dejaría una nota en el lado donde duerme y volvería a desaparecer esas 3 semanas para luego reaparecer sin más.

No solo la curiosidad lo estaba matando, ya no quería que Al se fuera tanto tiempo; así que antes de irse a la cama, se aseguró de tomar una taza de café bien cargado para no quedarse dormido en el proceso.

Cuando llegó a su habitación, una sonrisa se dibujó en su rostro al ver qué el más alto ya estaba profundamente dormido. Lo que era inusual, pues él siempre se encuentra leyendo un libro o escuchando sus canciones favoritas hasta altas horas de la noche debido a su peculiar horario de sueño.

De igual forma no se quejó de la vista; cierra la puerta de sus aposentos para luego cambiarse a su cómoda pijama, antes de apagar la luz de su lado de la cama, acostarse junto a su amor, acurrucarse entre sus brazos y disfrutar del calor tan agradable que emite su cuerpo.

—«Eres aún más lindo cuando duermes...»— Besa con cariño la frente del pecador, admirandolo con la leve luz que el cielo rojizo apagado da.— «Sobretodo cuando usas tu antifaz»— Se ríe al recordar que Alastor en algunas ocasiones duerme con los ojos abiertos, una imagen no muy linda a decir verdad, por eso le obsequió ese antifaz para que duerma mejor.

Lucifer se la pasó hablando en su mente para no perderse en el mundo de los sueños, también recordando los momentos mas tiernos que pasaba con Alastor, y por qué no, de vez en cuando los mas pecaminosos.

Los que se fueron incrementando al sentir un curioso aroma dulce proveniente del cuello de Alastor; quizá era su imaginación, pero al acercarse podía inhalar una embriagante fragancia de fresas frescas, crema y azúcar... ¡Claro! Fresas con crema, un postre delicioso que le encanta comer, ¡y su amor olía a eso!

¿Tendrá el mismo sabor? Bueno ciertamente, un par de días antes de que Alastor se vaya, el aroma a putrefacción se esfumaba casi por completo y era reemplazado por las fresas, cuando prueba su piel pareciera que en su boca hay un suave sabor a la fruta.

En realidad no lo había notado hasta ese momento, no podía creer lo estúpido que llegaba a ser de vez en cuando; el pecador comienza a temblar repentinamente, la fragancia inicia a ser más fuerte, y por la ligera luz que emana el pentagrama nota que Alastor despierta de golpe, se quita el antifaz torpemente para luego sentarse en la cama.

—Nhgh, carajo...— Lucifer se da cuenta casi de inmediato que Alastor estaba pasando por una situación especial. Débiles gemidos comienzan a emanar de sus labios, y un intento inútil por levantarse.— Odio esto...— Rasguñó las sábanas, claramente enojado con algo.

¿Pero con que?, ¿tendrá algo que ver con el aroma a fresas con crema que provenía de él? Tal vez, pero Alastor jamás le habló de que algo así era posible de sucederle; de acuerdo, él aún se guardaba algunas cosas para sí mismo y no quería que se enterara para no preocuparlo.

Alastor se iba a levantar de la cama, a lo que Lucifer toma su mano, deteniéndolo.

—¿Cariño estás bien?—Su contrario traga saliva, seguramente no esperaba verlo despierto.

—Mhh, s-si querido, voy al baño, vuelve a dormir...— Suelta la mano del ángel caído para irse lo antes posible, solo que este no se lo permite.

—Al, darling, ¿que ocurre?— Alastor no quiere responder, solo quiere irse, odiaría que Lucifer lo vea así de patético.

30 𝑑𝑖𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑂𝑇𝑃 𝐴𝑝𝑝𝑙𝑒𝑅𝑎𝑑𝑖𝑜 (+18/+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora