❝ - Yo, el sultán Suleimán, doy inicio a Un Nuevo Imperio poniendo a mis dos hijos en el trono, los nuevos sultanes otomanos... - ❞
Un Nuevo Imperio, dos Sultanes. Que será del resto, cuando tomo aquella decisión, el final se acerca...
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La mañana había llegado como un rayo, el viento sopla y las nubes se juntan, está claro, una fuerte tormenta asotara aquella ciudad.
—Sharahzad —bocifero la pelicafé—, hace tiempo que no te veo.
—No exageres, Fatma —una sonrisa de paz se formo en la pelinegra—. Los deberes de una sultana nunca acaban —con esa frase viviría el resto de su vida, sumisa ante sus deberes, sola y triste, como una sultana.
—¿Irás al palacio de nuestro señor? —preguntó curiosa.
—Oh, sí —dudo un poco y habló de nuevo—. Quiero conocer a la Haseki de la que tanto hablan.
Ambas hermanas suspiraron, se sentían indefensas e inferiores ante aquel título que el sultán creó para una simple "esclava", y que, ahora, ella está sobre las sultanas de sangre.
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