❝ - Yo, el sultán Suleimán, doy inicio a Un Nuevo Imperio poniendo a mis dos hijos en el trono, los nuevos sultanes otomanos... - ❞
Un Nuevo Imperio, dos Sultanes. Que será del resto, cuando tomo aquella decisión, el final se acerca...
...
Lo único que se oía dentro de la majestuosa habitación eran los sollozo de su dueña, la sultana estaba destrozada por dentro, quería arrancarse la piel, tirar sus cosas y gritar en medio de la nada. Pero no hacia nada, solo solloza entre los cuidados de sus sirvientas.
—Sultana, tome un poco de té —pidió el moreno viendo a su superior.
—No lo quiero, botenlo.
—Sultana, por Allâh, no ha dormido nada.
—Estoy pensando, Sümbül, tendré que buscar una forma en la que esa mujer deje de entrar a los aposentos privados —aviso moviendo sus brazos con desespero.
—Pero si no descansa...
—¡Estaré bien! —la pelirroja estaba harta de cada petición—, salgan.
Todos los sirvientes salieron sin objetar, la mujer a la que sirven es capaz de cualquier cosa, y su intelecto apoyara la causa.
Hürrem estaba molesta, no pensaba en que hacer, pues según las normas, el sultán tendría que ir al viejo palacio, y Nazenin no debería estár en Topkapi. La sultana resoplo, no puedo hacer más y salió de sus aposentos en dirección al harem.
𝐓𝐔𝐑𝐐𝐔𝐈𝐀 𝐴𝑚𝑎𝑠𝑦𝑎-𝑃𝑎𝑙𝑎𝑐𝑖𝑜 𝑝𝑟𝑜𝑣𝑖𝑛𝑐𝑖𝑎𝑙
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Apenas llego la mañana Nurbanu empezó a arreglar su cabello, se limpio la cara y acomodo la sabana que la cubre para verse mejor. Dio una sonrisa al espejo en el cual se observaba y se colocó en el pecho de su pareja, esperando a que despertara.
