❝ - Yo, el sultán Suleimán, doy inicio a Un Nuevo Imperio poniendo a mis dos hijos en el trono, los nuevos sultanes otomanos... - ❞
Un Nuevo Imperio, dos Sultanes. Que será del resto, cuando tomo aquella decisión, el final se acerca...
...
—Vamos, Afet, el carruaje está por salir —Nurbanu estaba totalmente contenta, se encontraba en la puerta cuando fue jalada por su amiga.
—La sultana Hürrem nos espera en sus aposentos —comentó y se la llevó del brazo a la habitación de la directora del harem.
Subieron las gradas con cuidado de no caer y tocaron la puerta pasando a la habitación de la haseki. La mujer le dio una sonrisa e invito a que las niñas se sentarán.
—Tengo que decirles algo —tomó las manos de sus protegidas y continuó—. Tú... Nurbanu —la pelinegra levantó la cabeza—, usarás lo que se te enseñó, seducción. Y tú, Afet... —ella suspiro—, coquetea, no más. Es mejor algo tranquilo.
Las pelinegras asintieron, la tarea es "fácil". O al menos eso creían, pero ellas dos solo son niñas, niñas que chinchosean, juegan y lloran por cualquier cosa, son niñas sin experiencia, solo son un par de niñas indefensas ante el acto de cualquiera. Con aquella acción, las muchachas salieron dejando a la pelirroja sola en esa habitación.
Y desde fuera se dieron un fuerte abrazo, las lágrimas empezaron a caer y sus sentimientos brotaron con energía. De ahora en más se separaran para partir a diversas provincias. Caminaron de la mano hasta llegar a sus carruajes; cada una iría con dos concubinas más.
Ambas se separaron y subieron al carruaje respectivo con una sonrisa en el rostro y dentro del transporte ignoraron a las demás mujeres y se prepararon para viajar.
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