12 | Embarazada

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Piero.

Santiago era mi hermano mayor y el único que tenía. Él conoció a Bella y fue amor a primera vista, ella solía ir por las noches al Bar —Ambos fundamos esto como el negocio familiar— Conforme fue pasando el tiempo se veía que ambos querían algo más que sólo ser novios… Una tarde él dijo que iba a llevar a Bella a conocer a su futuro suegro, y aprovechando el viaje iba a pedirle que unieran sus vidas frente al altar, pero nada salió como lo planeamos.

Su padre no quería verlo, estaba enfermó y mamá  nunca le dijo… pero lo hizo por una sola razón, no quería que fuera. Sin embargo en ningún momento le dijimos que íbamos a ir a verlo y fue dónde pasó todo. 

Fuimos los cinco, Bella, Santiago, mi mejor amigo, un amigo de Santi y yo…

Santiago intentó hablar con su padre pero fue imposible. 

Una noche antes de que nos fuéramos mi hermano nos citó en un restaurante y Bella iba a aprovechar para darnos una noticia…

La hora en la que nos citó pasó y él no llegó, Bella le marcó en varias ocasiones pero no respondió.

—Vamos, te llevaremos al hotel Bel.

Ella estaba mirando a todos lados, esperando a que él amor de su vida llegará.

—No, voy a esperarlo.

—Escucha Bella, Santiago es puntual. Así que si no vino, no vendrá.

—¿Por qué?

—No lo sé, iré a buscarlo.

—Iré contigo.

En sus ojos había súplica, pero no iba a dejar que viniera conmigo, era noche y hacía frío.

—No, voy a llevártelo al hotel.

—Déjame ir contigo Piero.

—No insistas, ya dije que no.

—Está bien, pero lo llevas.

Asentí, ella se levantó y nos marchamos de ahí, la dejamos en el hotel y fuimos en busca de mi hermano.

Algo me decía que iba a estar por donde vivía su padre y no me equivoque sólo que… nosotros estábamos lejos.

Mí mejor amigo le marcó por mucho tiempo pero él no respondió. Cuando llegué a la casa de su padre todo parecía estar normal, no había señal de que Santi estuviera ahí, o que hubiese pasado por ahí. Por más que toqué nadie abrió. 

Los tres nos subimos al carro y comenzamos a darle vueltas al lugar hasta que vimos un charco de sangre… la persona que iba pasando dijo que una tal “Ximenita” había metido a su casa al chico al que le correspondía esa sangre y estaba vivo cuando lo hizo.

“No, esa sangre debe de ser de alguien más” pensé, pero no. Algo dentro de mí, sabía que le pertenecía a la persona que estaba buscando. Él pelinegro y el otro chico se bajaron del auto mientras yo negaba y rezaba porque no fuera mi hermano…

Después de unos segundos escuché mi nombre… “Piero” 

Bajé del auto y caminé despacio porque no quería llegar, me negaba a cualquier oportunidad que exista para que ese líquido rojo oscuro fuera de mi hermano pero no sirvió de nada…

Cuando entré vi un bulto en el piso pero conforme me fui acercando vi el rostro de Santiago, mi hermano… Sus ojos estaban cerrados y toda su ropa estaba llena de sangre.

—Está muerto— habló mi mejor amigo.

Negué en muchas ocasiones, él no podía estar muerto, como pude me arrodillé frente a él y acaricié su mejilla. 

ℒ𝒶𝒹𝓇ℴ́𝓃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora