28 | ¿Hola?

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Piero.

Caminé hacia ella con toda mi atención puesta y en vez de sentarme a su lado solo quedé parado a un costado de sus piernas.

—¿Qué pasa?

—Van a poner en vent-

Dejé de escucharla cuando mi celular comenzó a sonar. Al ver la pantalla había un número desconocido… puede ser ella.

Atendí lo más rápido que pude mientras me llevaba el aparato al oído y miraba a la chica que estaba frente a mí.

—¿Diga?

—¿Se encuentra la señorita A-atri?— dudó al decir el nombre.

—¿Para qué la busca?

Es sobre la venta de la casa de su amiga…

Arrugue mi entrecejo y le pasé el móvil a la chica, ella me miró confundida.

—¿Sí?— dijo al tener el aparato—¡Oh sí!

Colocó la llamada en el altavoz.

Lo que pasa es que el señor nos ha dicho la cifra y es bastante alta— se escuchó con pena.

Me sorprendí al escucharlo y entender que ella estaba buscando casa nueva y había dado mi número en vez del suyo.

—¿Cuál es la cifra?— sus dedos jugaban entre sí.

Un millón— dijo dudando otra vez.

Yo quedé más sorprendido y a ella se le desfiguró la cara.

—¿¡Qué!?

Sí señorita, le aviso porque mañana pondremos el letrero y ya hay interesados pero como usted había dicho que era su amiga y se miraba triste pues decidí decirle a usted primero.

Ella me observó buscando a que le dijera una respuesta pero para mi era un No, estaba muy caro para que sólo viviera ella.

Negué con la cabeza.

—¿Me permite unos minutitos? ¿Por favor?

—Claro que sí.

Tragó saliva y me miró angustiada.

—¿Qué? Está muy caro— hablé.

—Ya lo sé…

—¿Entonces?¿Qué esperas para decirle que no?

Cerró sus ojos, apretandolos y soltó lo siguiente.

—Es la casa de Ximena…

Todo en mi se tenso.

—¿Cómo?

—Era lo que iba a decirte antes de que entrara la llamada…

—¿Cuando te enteraste?

—Hace unos días…— la ví para que admitiera cuando— El día de la ducha.

Apreté mis puños por el enojo del no saber por qué razón están vendiendo su casa y tomé mi celular.

—¿Acepta transferencia?

Luego de un largo silencio escuché un:

Sí…



































[Tres días después]

Ya tenía los papeles de su casa frente a mí. Atri se había encargado de todo para que estuviera viendo estas hojas ahora mismo.

ℒ𝒶𝒹𝓇ℴ́𝓃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora