Soukaina y Mariam eran inseparables, pero siempre sintieron que algo les faltaba. Entre risas, salidas y la búsqueda de aceptación en un mundo lleno de distracciones, se dieron cuenta de que estaban dejando de lado lo más valioso: su fe. Cuando la v...
Estaba esperando en la puerta de la casa de Soukaina. Hacía un poco de frío, y no llevaba mi chaqueta puesta porque se me había olvidado en casa. Toqué el timbre un par de veces y su madre respondió.
—Salam, khalto. ¿Le puedes decir a Soukaina que baje? Vamos a llegar tarde al instituto.
—Wa aleikum salam, bnti. —me respondió con una sonrisa—. Ella ya está bajando; está peleando con su hermana. Entra, hija, no te quedes ahí afuera, eres bienvenida.
Entré a la casa, y su madre me llevó al salón. Se me quedó mirando un buen rato; seguramente por cómo iba vestida. Llevaba un pantalón negro y un top blanco, y no era precisamente un conjunto "mstur".
Llevava esto:
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Me sentía súper incómoda, no sabía si era por su mirada o porque escuchaba pasos del padre de Soukaina acercándose.
—Quedan cinco minutos para que cierren las puertas —solté de repente, nerviosa.
Por fin apareció Soukaina, y dejé escapar un suspiro profundo de alivio. Me levanté rápidamente y corrí hacia ella para abrazarla.
Soukaina llevava esto:
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—Tía, vámonos ya, porfa, estoy súper incómoda aquí —le susurré al oído.
—Pero tía, solo está mi familia y ya te conocen. ¿Quieres tomar algo antes de irnos?
—Ehh... no, no, MIRA la hora. Faltan tres minutos para que cierren las puertas, ¡vámonos! —le insistí.
—¡Ay, pero qué tonta! ¡Mamá, me voy, adiós! —le dijo Soukaina rápidamente a su madre.
La agarré del brazo y salimos corriendo hacia el instituto.
(Narración de Soukaina):
Estaba lista para ir al insti con Mariam; obviamente siempre vamos juntas, porque tenemos muchos chismes que contarnos. Hoy bajé a desayunar temprano; normalmente desayuno a las 8:00, pero esta vez lo hice a las 7:00.
Después de desayunar, subí a mi habitación y encontré a mi hermana pequeña tocando un peluche que me había regalado Mariam por mi cumpleaños. Claramente, no me gusta que toquen mis cosas, así que empezamos a pelear hasta que mi madre nos interrumpió para decirme que Mariam había llegado para ir al instituto.
Llegamos al insti justo a tiempo; solo faltaban dos minutos para que cerraran, y el profesor aún estaba haciendo recados. Mariam y yo nos fuimos a sentar, pero al llegar vimos a una pija ocupando nuestro lugar. Nos miró como si nunca nos hubiera visto.
Esperoo que os gustee el libroo que lo escribi yo y mi mejor amiga .🤍💟💋
