Capitulo 4

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(Narración de Mariam):

Volvimos a casa Soukaina y yo, recordando lo que había pasado. Todo fue tan rápido... Por primera vez tenía una amiga que me defendía de verdad. Estábamos en mitad del camino cuando le propuse hacer una fiesta de pijamas en mi casa, solo nosotras dos.

—Llámale a tu madre —le dije con entusiasmo.

Soukaina sacó su teléfono y llamó.

—¿Aló, mamá? —dijo Soukaina.

—N3am a bnti (¿Dime, hija?) —respondió su madre.

—Mamá, ¿me dejas quedarme a dormir en casa de Mariam, porfa?

—¡Sí, porfa, khalto! —añadí yo desde el fondo.

—Mmm... safi uaja, pero no duerman tarde y compórtate —dijo su madre antes de colgar.

Estábamos súper contentas, y nos fuimos directo a mi casa. Eran más o menos las 18:00 cuando le pregunté a Soukaina si quería cocinar algo.

—¿Quieres cocinar algo? —le dije, sosteniendo una cacerola y una cuchara de madera en mis manos.

—¡Va, unos espaguetis con atún! —me respondió con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡VAVAVA! Espera, que me cambio de ropa —le respondí, riendo.

Dejé la cacerola y subí a mi habitación para cambiarme porque estaba incómoda con la ropa de calle. Me puse el pijama y cogí mi móvil. Al regresar a la cocina, vi que Soukaina ya estaba cocinando; incluso había empezado a poner el tomate.

—¡Has hecho casi todo! —le dije, riendo.

—¡Claro, como si tú supieras cocinar! —me dijo, con tono burlón.

Nos echamos a reír. De repente, sonó el timbre. Fui a abrir la puerta y, para mi sorpresa, ahí estaba Valeria con su grupo, listas para pegarse. En cuanto me vieron, Valeria intentó darme un puñetazo, pero cerré la puerta rápidamente y corrí hacia Soukaina.

—Están afuera —le dije a Soukaina, sin poder respirar bien.

—¿Quién está afuera? —me preguntó preocupada; seguramente pensó que eran asesinos o algo, ya que estábamos solas en casa. Mis padres siempre están viajando y casi siempre solo estoy con los vecinos o con ella.

—¡La jungla entera! —le respondí, refiriéndome a Valeria y su grupo.

Estaba claro que iban a vengarse por la pelea, y aunque nosotras estábamos preparadas, me asusté porque esta vez vino con sus primos y amigos; seguro hasta sus abuelos vinieron.

—¡No me digas! ¿En serio? ¡Qué emoción! Hice espaguetis de sobra, que entren, marhbabihom (bienvenidos), podrán destrozar la casa, y yo les destrozo la cara —me dijo Soukaina, riéndose.

Subí corriendo las escaleras y asomé la cabeza por la ventana.

—¡SI NO OS VAIS, LLAMARÉ A LA POLICÍA! —les grité.

Salieron corriendo como si no hubiera un mañana. Vi a Soukaina con un plato grande de espaguetis en las manos, y gritó:

—¡ESPERAD! No habéis comido nada, volved, que hay extra veneno —gritó ella, mientras guardaba un cuchillo en el delantal.

Bajé corriendo antes de que hiciera una locura, porque la conozco bien; Soukaina es capaz de salir descalza a pegarle a alguien. Cuando llegué abajo, ella estaba entrando de vuelta y me dijo:

—Tranquila, tampoco estoy tan loca. Solo quería asustarles un poco, a ver si les daba un ataque de corazón y no volvían nunca más —dijo riéndose al ver mi cara de susto.

Eran las 19:30, más o menos, cuando mi novio me llamó diciendo que quería verme. Le dije que no podía salir porque ya era tarde. Miré por la ventana y, para mi sorpresa, vi a él y a Valeria besándose.

—¡QUÉ ASCO! —le grité, porque de verdad me daba mucho asco el tío.

—Cállate, envidiosa —me respondió Valeria.

—¿Envidia de qué? Soy muchísimo mejor que tú —le contesté, arqueando las cejas.

—Sí, sí, tu novio también dice lo mismo —gritó Valeria, haciendo que todos se acercaran.

—No, no, EXNOVIO. Aprende a diferenciar las cosas —le respondí, enfatizando cada palabra.

—Pues mira, ahora es mi novio —dijo Valeria, besándolo de nuevo.

Entré a mi habitación y busqué mi ropa vieja y los regalos que él me había dado hace tiempo. La verdad, no me importaba, no estaba dolida ni nada. Soukaina me miraba y cogió su móvil para grabar.

—¿Qué haces ahora? —me preguntó mientras me grababa.

Recogí rápidamente mi ropa vieja y los regalos, y los metí en una bolsa de basura. Bajé corriendo con la bolsa en mis manos, y Soukaina me seguía sin saber qué iba a hacer.

—¡TOMA! —le grité a Valeria, mientras le tiraba toda mi ropa vieja y los regalos de mi ex.

—¿¡Qué coño haces, puta loca!? —gritó Valeria.

—Te doy mi ropa usada, ya que veo que te gusta usar cosas que ya están usadas por mí —le dije, cruzándome de brazos y mirándola fijamente a los ojos.

Todos se echaron a reír, y yo volví a entrar en casa con Soukaina aún grabando todo. Soukaina estaba alucinada y me dijo:

—No sabía que humillabas a la gente así.

—Da igual, vamos a hacer algo, que me aburro —le dije riendo.


Bueno chicasss esperoo que esteis bien alhamdulilah , estoy escribiendo esto yo y mi mejor amiga , no tengais novio eso es haram staghfurlah , no os creais que yo tuve uno haram. Cuidaros bien. 😘💟🤍

Centradas en el DeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora