Capitulo 8

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(Narra Soukaina)

Le dije a Mariam que entrara, y eso hizo. La abracé con mucha fuerza y le pregunté cuál era la sorpresa. Llevaba toda la noche esperando, porque las sorpresas de Mariam siempre son las mejores. Nos dirigimos a mi habitación, y ella me mostró lo que había comprado: ¡Jilbabs! Nunca me había puesto uno en la vida.

—¡AAAYYY ME ENCANTAAA! —exclamé emocionada, mientras tomaba el Jilbab azul que Mariam me ofreció.

—¡Buahh, me alegra mucho que te guste! —dijo Mariam con una sonrisa—. Ahora ve a probártelo.

Me fui a mi habitación para probarme el Jilbab. Cuando volví, vi que Mariam también llevaba uno, pero en color verde. Ambos Jilbabs eran preciosos, y el simple hecho de ponérnoslos nos hacía sentir diferentes, como si estuviéramos dando un paso importante en nuestras vidas.

Mariam me preguntó si había rezado, y le respondí que aún no. Ella me insistió en que lo hiciera, así que me fui a hacer el wudu y recé el Fajr cuando terminé.

—Vamos a salir —dijo Mariam mientras me tomaba del brazo, con una expresión de entusiasmo.

—¿Ahora? —le pregunté, algo confundida.

—Sí, vamos —dijo ella emocionada.

—¿Pero a dónde? —inquirí, aún sin entender la razón de su prisa.

—Deja de hacer preguntas, ya lo verás. ¡Vamos! —me dijo Mariam, mientras me arrastraba hacia la puerta.

Me agarró del brazo y me llevó afuera. Mientras íbamos, no podía evitar preguntarme a dónde me estaba llevando y por qué llevaba una mochila.

Mientras estábamos en la calle, nos encontramos con Valeria y Daniela. Mi corazón dio un vuelco al verlas. Había estado pensando en ellas desde el incidente y me preguntaba qué podrían estar haciendo allí.

Centradas en el DeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora