👗Capítulo 10: Eres tu y siempre serás tú +18❤️✨

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Al llegar a casa, coloqué un DVD y puse Titanic

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Al llegar a casa, coloqué un DVD y puse Titanic. ¡Qué buena película, la puta madre! Me aburro mucho cuando Francis no está. Estaba ordenando un par de cosas, pero ya me estresé de estar tan sola. Así que me puse mi chaqueta de cuero y fui a la tienda de música donde trabaja Francis. De fondo se escuchaba: "I Was Made for Lovin' You" de Kiss.

—Hola, buenas tardes. Quiero ver una guitarra.

—¿Qué haces aquí? - Me dio una sonrisa.

—Me aburría en casa, así que quise venir un ratito a verte.

—Es una hermosa visita. ¿Te he dicho que te ves muy guapa?

—Oh, no. Conozco esa mirada.

—Oh vamos es mi fantasía sexual.

—Estás en tu trabajo Francis.

—y estoy, solo puedo cerrar la tienda y follar por todo el lugar.

—¿No hay cámaras?

—Nada.

—¿entonces si me quito la blusa nadie me verá?

—solo yo.

No sé cómo logro convencer, me en serio, estábamos un ratito ahí hablando y al siguiente estoy gimiendo su nombre implorando que me lo meta de una vez.Él empezó a dar embestidas con sus dedos más rápido mientras yo no podía con el placer del momento, era excitante, sexy y sabía lo que hacía lo cual lo hacía mucho más sexy aún.

Luego de un tortuoso rato lo introdujo dentro de mí sin gentileza, lo cual fue excitante en su debido momento, las embestidas eran más fuertes y los gemidos se intensificaba mientras este apretaba mis pezones sin piedad alguna.Era excitante ver como apretaba mi cuello dejando pequeñas marcas en él, era excitante ver cómo su cuerpo se tensaba cuando llegaría el bendito orgasmo.

Pero a pesar de todo lo excitante, lo lindo era que al momento de llegar al maravilloso orgasmo, ambos nos besábamos de la manera más tierna y hermosa posible, nos quedamos viendo como si fuéramos pequeñas obras de artes, y nuestras sonrisas cómplices en el momento dé.

—Oh, vamos, Francis. ¿Cuántas veces te he dicho que no traigas mujeres aquí? Ayer fue la misma situación.

Me vestí rápido. No podía creer que él había estado acostándose con otras mientras... claro, no somos nada después de todo. Caminé hacia la salida rápidamente, no quería seguir ahí. Mis ojos ardían por las ganas que tenía de llorar.

—Susan, espera...

—No, descuida, está bien. Lo superaré.

Salí de ahí lo más rápido posible y me fui a mi casa. Al llegar, me acosté en mi cama y solo cerré mis ojos. No quería llorar, ya había llorado mucho en mi vida. No quería seguir llorando más, el desgaste emocional es demasiado. Luego de un rato, terminé quedándome dormida.

Francis

—¿Qué mierda te pasa?

—Oh, vamos, es una pequeña broma.

—Sí, claro, tu pequeña broma me va a costar mucho.

—Ya te lo dije, tú me gustas y podría hacerte muy feliz.

—No soy gay, ni siquiera bi. Además, ten cuidado con lo que dices. Si te escuchan, podrías terminar muerto en una zanja o acabar en un hospital.

—No me importa, quiero estar contigo.

—Pero yo no contigo. A mí me gustan las mujeres, me encantan y eso no va a cambiar. Iré a ver a Susan.

Salí del lugar lo más rápido posible. Tenía que ver a Susan, tenía que saber que estaba bien. Al llegar a la casa, ella no estaba en la sala, así que fui directo a su habitación. Ella estaba dormida. La idea no era despertarla, pero me quedaba poco tiempo ya que en un par de horas ella tendría que ir a trabajar.

—Susan, ¿podemos hablar?

—No tengo nada que hablar. Está bien, tú puedes hacer tu vida y yo hago la mía.

—Susan, déjame explicarme, por favor.

—¿Qué quieres?

—Eso no es verdad, nada de eso es verdad.

—¿Entonces él miente?

—Sí, él miente. Lleva años enamorado de mí y le cuesta entender que uno, no soy gay y dos, que nunca estaré con él.

—Entonces, ¿no has...? —Tomé su mejilla, acariciándola y dejando pequeños besos en sus labios.

—Escucha algo, no volveré a repetirlo, la única que me importa, eres tú, la única que quiero hacer el amor, la única la cual quiero tenerla desnuda frente a mí es a ti nadie más que a ti.

Yo la besé acariciando su cabello, el beso fue tierno, dulce, poco a poco se fue intensificando, yo la senté a horcadas mías y ella empezó a mover sus caderas lentamente hacia mí provocando pequeños jadeos por parte de ambos.

Ella quitó mi camisa y yo la suya dejando pequeños besos por sus pechos, dejando marcas en ellos, lo cual si soy honesto se veían más que hermosos, ella quitó su ropa junto a la mía eh introdujo su miembro dentro de ella, moviendo sus caderas lentamente.

Empezó lento y luego se tornó más rápido, nuestros gemidos empezaron a escucharse por toda la habitación, ella se movía hacia mí de una manera, lo cual la hacía ver bastante sexy.

En el momento donde se aproximaba el orgasmo la dejé abajo y empecé a dar embestidas duras y fuertes, ella arañaba mi espalda como si su vida dependiera de ello, un par de embestidas más y ambos nos terminamos corriendo.

—Que nunca se te olvide que eres tú y siempre serás tú.

—Que nunca se te olvide que eres tú y siempre serás tú

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¿Y si me hubiese quedado contigo? [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora