Francis
Ya han pasado una semana desde que Elizabeth cortó su amistad con Susan, lo cual ah sido triste para ser sincero, Susan ha estado muy deprimida apenas ah comido y se la pasa durmiendo solo se levanta para ir a clases y a su trabajo.
yo me quedo junto a ella, cuando puedo, me duele demasiado verla así, lo peor de todo es que está mal por alguien que no merece sus lágrimas, no merece su tristeza, eso es lo que más me enoja. Estoy seguro de que si fuera al revez Elizabeth estaría actuando como si no le importase, como lo hace en este preciso momento, está de lo más feliz con su nueva amiga las dos me caen como una piedra en el zapato.
Ya era de noche y estaba preparando algo de comer para Susan, hoy no comió mucho, entonces ahora no podrá negarse a mi comida, ella de por si es delgada no voy a permitir que baje tanto de peso por alguien que no lo merece.
—Buenas noches Francis —dijo ella al llegar a la casa dirigiéndose hacia su habitación.
—Oh no señorita, usted no irá a ningún lado si no come
—No tengo hambre
—Bueno no te estoy preguntando, hoy no has comido casi nada si no comes tus defensas bajaran, te vas a enfermar, te dará pulmonía, te vas a mor...
—Ya callate un rato, esta bien —yo sonreí internamente, eso siempre funciona.
—Imbécil
—Bruja
Ambos caminamos hacía la cocina, le había hecho un caldo de pollo, noté esta mañana que sus mejillas estaban muy rojas y estuvo estornudando así que mejor prevenir un resfriado, que yo enfermare con ella.
—Esto esta rico
—Soy un buen cheff
—Lo puedo notar
—Cuando tengamos hijos les voy a enseñar a cocinar
— ¿Vamos a tener hijos?
—Bueno uno que sea tu elige el nombre
_ Si es niña Clarissa
_ Me gusta es idea, entonces si tenemos una hija se llamará Clarissa.
Ella solo se sonrojó, se veía tierna por lo menos eso la hizo cambiar su estado de ánimo, luego de comer nos sentamos en el sofá ella estaba acurrucada en mi pecho mientras yo acariciaba su cabello de fondo se escuchaba Creep-Radiohead.
—Perdón por estar tan ausente
—Descuida, no entiendo por lo que estas pasando, pero si puedo entender cuanto te duele
—Hemos sido amigas desde los 8 años, y que haya terminado así como así duele demasiado
—El amor que sientes hacia Elizabeth es muy fuerte y descuida no estoy hablando de algo romantico.
—Era mi alma gemela, y bueno yo lo sentía así
—Ese dolor en tu pecho se va a pasar ¿Sabes porque?
—Ilumina mi existencia con tu sabiduría
—Por que con el tiempo te darás cuenta que nunca fue mutuo
—Me siento como cuando te enamoras y no es correspondido
—Puede que hayas generado dependencia emocional hacia Elizabeth
—Es lo más probable, fue mi refugio cuando mis padres murieron, fue la que me levantó, fue la que estuvo ahí, es muy probable que haya generado dependencia emocional hacia Elizabeth.
—Bueno es hora que la sueltes de a poquito
—Me siento tan vacía
—Me lo imagino, no es fácil lo que has vivido
—Elizabeth era mi soporte en muchas cosas
—No estas sola, estoy contigo
—¿y si genero dependencia emocional hacia ti?
—Yo no tendría problema con ello
—No es la idea, pero si pasa no quiero que te alejes de mi
—Susan nunca me voy a alejar de ti
Yo acaricié su mejilla y la besé fue un beso suave y duradero, quería llegar a más pero primero tenía que ver si ella quería lo mismo que yo, al ver que Quitó mi camisa me di cuenta enseguida que en efecto quería lo mismo que yo.
la cargué y la seguí besando lentamente mientras acariciaba su cabello, la recosté sobre la cama y bajé mis beso por todo su cuerpo, cada beso hacía que su piel se erizara, quité su ropa interior mientras introducía mis dedos en su intimidad empezando a jugar con ese pequeño botón que le otorgaba placer, sus jadeos y gemidos no tardaron en llegar.
—Francis
Mi nombre en ese maldito Jadeo se escuchó demasiado excitante, bajé mi ropa interior introduje el condón en mi dura erección y entre lentamente mientras la besaba, estaba tan mojada que fue fácil deslizarme dentro de ella, dentro de poco empecé a dar embestidas rápidas y fuertes, al parecer eso le gusta por que en vez de pedir que parara, gemía para que fuera más rápido.
Ella empezó a tomar el control luego de un rato, empezó a moverse rápido encima de mi, sus gemidos eran la gloria sus pechos subían y bajaban de una manera increíble al apretarlos los gemidos de Susan se intensificaban lo cual me volvía loco, coloqué ambas manos en su cadera y la empecé a mover más rápido, mis dedos quedaron marcados en su pálida piel.
Luego de terminar ambos nos dimos un buen baño, nos acostamos y la acurruqué en mi pecho me encantaba ganarla así, se veía tan hermosa dormida acaricie su cabello por un buen rato hasta que al fin me quedé dormido.
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¿Y si me hubiese quedado contigo? [+18]
RomanceSusan Tremblay es una chica llena de sueños. Su mayor sueño en la vida es estudiar moda para tener su propio taller, pero su suerte no es muy buena, que digamos. Sus padres murieron cuando ella tenía 16 años. Desde entonces, ha tenido que aprender a...