Me había olvidado de que alguien más vivía en mi apartamento. Mi sorpresa fue cuando empecé a caminar por la casa en ropa interior para calentar agua.
—¡Uy, pero qué grata bienvenida!
—¡¡¡Mierda!!!
Él empezó a reír a carcajadas y yo regresé a mi habitación sonrojada. Me coloqué un suéter celeste con unos jeans negros y salí hacia la cocina, donde el desayuno ya estaba listo.
—Lo siento, me olvidé de que estabas aquí.
—La ropa oculta mucho.
—¡Pervertido!
—Oh, vamos, tienes un buen par de pechos. Es un halago.
—Sí, claro.
—Bueno, a desayunar.
—Esto se ve delicioso.
—Soy un buen chef.
Y no mentía, la comida estaba muy deliciosa. Me gusta comer en silencio y creo que él lo pudo sospechar, ya que había un silencio más que increíble.
Luego de un buen rato, nos fuimos al instituto. Como siempre, fuimos escuchando música. Esta vez fue "Thunderstruck" de AC/DC, la cual fuimos escuchando todo el camino.
Al llegar al instituto, Elizabeth se estaba besando con el hermano de Francis. No sé cómo le hace ella, es muy liberal. Yo soy más reservada, necesito mucho tiempo para llevar a alguien a la cama.
<< Llevaste a un chico a vivir contigo a la semana de conocerlo.>>
Cállate, no ha pasado nada.
<<Aún.>>
Nosotros nos adelantamos hacia la clase, ya que ese par iba a demorar. Me senté al lado de él, mientras seguíamos escuchando música.
—¿Qué te parece si pedimos hamburguesas y vemos series por mi bienvenida?
—Me agrada mucho esa idea.
—Entonces tenemos un plan.
Solo asentí y sonreí. Me encanta su compañía, me encanta su forma de ser. Quedé bien embobada. Pero ahora, al conocerlo, quedé el doble de embobada. Su personalidad es más que increíble, me encanta.
Las clases transcurrieron durante el día, fueron bastante buenas, lo cual me entusiasmó. Siempre me ha gustado estudiar, después de todo.
Elizabeth, de por sí, se la pasaba durmiendo, así que la despertaba cierta cantidad de tiempo para que no la regañen.
Cuando terminaron las clases, Elizabeth se fue con el hermano de Francis. Entonces, yo me fui junto a Fran hacia nuestro hogar.
Qué raro suena "nuestro hogar". Caminamos hacia la casa, ya que no era tanto desde la escuela hasta la casa. Él colocó varias canciones de Queen en el camino.
—Se me hace raro ir enseguida a casa.
—¿De la escuela salías enseguida?
—Iba a una cafetería o salía con Elizabeth y sus novios. No me quejaba, me daban comida.
—Ahora estoy yo en tu vida.
—¿Premio o castigo?
—Premio, si así lo quieres.
—Entonces espero que sea bueno.
Ambos sonreímos y llegamos a casa. Yo dejé mis cosas en mi habitación y, probablemente, él también.
—¿Tienes algún dvd para ver películas?
—No tengo ninguno.
—Ok, vamos a hacer lo siguiente: tú vas a comprar el dvd para ver películas y yo me encargo de las hamburguesas.
—Trato hecho.
No vivía bajo una roca, como dice Elizabeth. solo que no estoy en casa para comprar esas cosas y, si quiero ver algo, voy al cine. antes de que llegara la comida fui a comprar el dvd y peliculas, empezamos a ver una películas Disney.
—Estas hamburguesas son una delicia.
—Confirmo, están deliciosas. Me encantan.
—¿Cuál es tu comida favorita?
—Los ñoquis.
—Yo los amo. Sabes, vamos a cocinarlos.
—Recién comimos hamburguesas.
—Yo soy un hambriento.
—Eres todo un caso.
La verdad es que pensé que bromeaba, pero me di cuenta de que no cuando empezó a pelar papas mientras cantaba y bailaba las canciones de Queen. Así que le seguí el rollo. Estábamos los dos ahí, cantando con cualquier utensilio de cocina que encontráramos.
Luego de un par de horas, los ñoquis estaban listos. Él hizo una salsa, la cual le quedó deliciosa. Me encanta su forma de cocinar, sus platillos son una delicia. Yo creo que, en otra vida, fue un gran chef.
—Esto es una delicia.
—Lo sé, yo lo cociné.
—Qué humilde.
—Soy muy humilde, guapa.
—¿Has pensado en ser chef?
—Lo he pensado. Tal vez sí lo estudie. Me gusta la cocina, después de todo. ¿El otro año vas a estudiar?
—No, seguiré trabajando y ya cuando tenga el dinero suficiente iré a estudiar moda.
—Me agrada esa idea.
—Oye, ¿a qué hora entras?
—Hoy es mi día libre.
—¿Todos los lunes?
—¿Todos los lunes y los tuyos?
—Los sábados.
—Entonces cambiaré mis días libres para que ambos tengamos el mismo día.
—¿Harías eso?
—Me gusta pasar el día contigo.
Yo solo me sonrojé. Su sonrisa era hermosa, sus ojos cafés claros brillaban. Eso amaba de él, su mirada brillante, tan expresiva. Lo que él tenía lo hacía ver más atractivo de lo que ya era. Unas horas después, me di una ducha de agua caliente, me puse mi uniforme del trabajo y me fui a trabajar como era costumbre. Hoy sería un día pesado ya que vendría alguien importante.
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¿Y si me hubiese quedado contigo? [+18]
RomanceSusan Tremblay es una chica llena de sueños. Su mayor sueño en la vida es estudiar moda para tener su propio taller, pero su suerte no es muy buena, que digamos. Sus padres murieron cuando ella tenía 16 años. Desde entonces, ha tenido que aprender a...