"Se han reportado siete asesinatos en los últimos 3 días. Parece ser un justiciero que ha tomado venganza por mano propia. Los informes indican que este asesino misterioso solo mata a otros asesinos. Según los..."
Arek apagó el televisor, echando la cabeza hacia atrás en un movimiento brusco que dejó ver la tensión en su mandíbula. Ese asesino... no faltaba mucho para que viniera por ellos también. Debían estar listos para entonces.
Quiso inhalar profundamente para controlar la inquietud que sentía en el cuerpo, pero el intento de relajación se vio interrumpido cuando percibió a distancia los cuidadosos movimientos de un intruso, probablemente otro miembro del credo. Habían sido tres esta semana; pocos a diferencia del inicio, cuando prácticamente le declararon la guerra a la hermandad.
Pasos pesados se dirigieron hacia él, resonando en la estancia y aumentando el latido de su corazón con cada paso. Una de sus manos se enredó instintivamente en el mango de un objeto a su lado, preparado para deshacerse de otro de esos idiotas. Pronto unos largos dedos se deslizaron furtivamente por su hombro y apenas sintió el contacto, tiró del brazo del desconocido con fuerza, lo bastante para acercarlo y clavar la navaja en su garganta con un movimiento rápido y certero.
Su expresión se relajó al reconocer el rostro del extraño, quien en realidad no lo era.
—¿Stefan?
Arrugas se marcaron en el rostro del recién llegado, pero pronto se transformaron en una sonrisa amplia y juguetona mientras comenzaba a reír.
—Hola, hermanito.
—Maldición —siseó, aventándolo—. ¿Por qué me sorprendes así? Pude matarte.
—No en esa posición. Recuérdalo: Nunca debes bajar la guardia —Stefan señaló con arrogancia, disfrutando del momento y de la pequeña molestia en su hermano.
Stefan era el mayor de tres hermanos, pertenecientes al legado Basett, una descendencia que se remontaba a siglos atrás a cuando aún existían las monarquías. Sin embargo, hoy en día, no eran más que una estirpe marcada por la riqueza y el linaje de asesinos más largo de toda la historia. Entrenados desde niños para convertirse en homicidas y destinados a morir como uno.
—Ellos ya están cerca. —Stefan tomó asiento a su lado y encendió el televisor, mostrando las noticias de antes.
Contempló la pantalla con las manos apoyadas en su boca. Sus ojos se tornaron más fríos. Arek conocía esa mirada. Era cuando se perdía lo suficiente, que su mente vagaba por otro lado y se despegaba del lado terrenal, maquinando a saber qué cosa. Un misterio hasta el día de hoy para Arek.
—¿Qué dice padre de eso? —preguntó Arek, ganando un suspiro de parte de su hermano mayor.
—No lo sé. Pero no lo dejará salirse con la suya —sus ojos se fijaron en la mujer que daba el informe con agudeza. Por un momento el brillo y la diversión de antes en ellos se esfumó.
—¿Arek? ¿Stefan? —ambos voltearon para encontrarse con el menor de ellos. Alisster estaba parado al pie de la escalera, frotándose uno de sus ojos miel. Este no compartía la frialdad y ferocidad de sus dos hermanos, en realidad su mirada era cálida, tiñéndose de tonos suaves, y endulzada cada vez que sonreía—. ¿Qué hacen despiertos a esta hora?
—Cacería nocturna, ¿quieres acompañarnos? —Stefan sonrió de lado, poniéndose en pie, a lo que el menor sacudió la cabeza—. Vamos, será divertido.
—Mañana tengo escuela —mencionó.
—Bueno, al menos tú vienes, ¿no Arek? —se volvió a su hermano con una sonrisa entusiasta, que inmediatamente fue recibida por un ceño fruncido de parte de este.
Arek no compartía la idea de trabajar en equipo cuando se trataba de asesinatos, en especial si era con Stefan, pues aunque era bien sabido que era el mejor asesino de los tres y nadie mejor podría ocupar el puesto de su padre, también era demasiado despiadado y descuidado. Sus formas de escena del crimen no eran las más refinadas para el gusto de Arek. Dejaba entrever en las escenas del crimen cada detalle, con muertes extravagantes y sumamente sanguinarias: dejar huella, como lo diría él. Cuando se trataba de una de sus víctimas, podías notar a simple vista que había sido él.
A diferencia de Arek, quien prefería la discreción, el sigilo en la muerte de alguien. Tan silencioso como la brisa del viento y lo suficientemente rápido para no notarlo. Su especialidad ejercía en que incluso a veces era difícil ver la causa de muerte de la víctima. O simplemente ir directo a su cuello y listo, así de simple.
—Mejor otra noche. Estoy cansado —dijo Arek.
Sin embargo, para descontento del legado Basett, no hubo otra noche. Stefan Basett, hijo legítimo fue asesinado en aquella cacería.
Y Arek sabía perfectamente quién había sido, o al menos es lo que suponía.
Así que, con el dolor en su corazón de hielo inquebrantable, juró encontrar al responsable, si es que no lo encontraba a él primero.
Al asesino de asesinos.
♤♤♤♤
Y con ustedes...la introducción a esta historia!!
Cabe aclarar que estoy probando cosas nuevas (como la 3ra persona), así que no soy muy buena. También soy nueva en esto de escribir una historia con temática más "thriller", así que espero que les guste :3
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Sangre de Nadie [Volumen 1]
Mystery / ThrillerContinuación de la bilogía "Cristales Rotos" En la elitista sociedad de los Basett, Arek Basett es el segundo heredero designado para liderar "La Hermandad", una organización clandestina de asesinos que ha dominado el mundo en las sombras durante ge...