14. Cerca de la verdad

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El silencio que inundaba la habitación se había vuelto denso a medida que pasaba el tiempo

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El silencio que inundaba la habitación se había vuelto denso a medida que pasaba el tiempo. Arek estaba acostumbrado a la presencia imponente de su padre, sin embargo, esta vez se sentía diferente. Su silencio sólo podía significar una señal para canalizar su enojo, y el hecho de que lo citara, indicaba que él era el culpable. ¿Puede que supiera de la asistencia de Arek en el parque? No. Quizás sospechaba acerca de lo que trabajaba a sus espaldas, o tal vez porque por primera vez alguien había resultado más listo que él y el encapuchado estaba un paso más adelante que él. De nuevo.

—Ayer mataron a Ross .—Lestrange rompió el silencio. Al girarse sus ojos se tornaron de un azul oscuro, y la luz le pegó en la espalda, delineando su sombra en la alfombra roja—. ¿Sabes qué es curioso?

Arek esperó a que continuara. Una sonrisa se formó en los labios de su padre, su boca curvada indicaba gracia, pero sus ojos denotaban una peligrosa amenaza. Era una mezcla entre sus dos máscaras.

—Que parece que Angel estaba ahí —dijo, y el corazón de Arek salió disparado. No estaba seguro de qué pensar, probablemente que su padre lo había descubierto y que era el fin. No sólo para él, se vendría abajo su plan y su oportunidad de convertirse en el líder—. Angel —repitió—. A quien supuestamente asesinaste.

—Creí que lo hice —respondió Arek, a lo que Lestrange soltó una risa seca.

—¿Creíste? Te di una oportunidad para que se uniera a ti —elevó el tono, acercándose. Cada paso era un segundo más cerca de su inminente muerte—. No lo hizo, te dije que te deshicieras de él, y no quisiste. Después ayudó a Ethan a salir, y ahora esto. Si él es el encapuchado...

—Lo mataré —interrumpió.

Lestrange sonrió satisfecho.

—Estoy seguro de que lo harás —concedió—. Porque vas a traerme su cabeza.

♧♧♧

El computador marcaba un pitido, indicando los latidos del corazón de Angel, estos eran tranquilos y pausados, como si no hubiera estado apunto de morir apenas hace un día. Ethan llevaba ahí desde anoche, no se había despegado ni un segundo más que para ir al baño. Comenzaba a parecer un adorno más de la habitación.

Angel no estaba a salvo, ni siquiera aunque Arek haya decidido ayudarlo esta vez. Podría no tener la misma suerte para la próxima. Ethan confirmó sus sospechas: Arek apreciaba a Angel, pero no lo suficiente, lo lanzaría a los lobos de ser necesario. Por el momento eran de utilidad, ¿pero cuando dejaran de serlo? Lealtad no era parte de su repertorio.

Niko cruzaba el pasillo cuando Ethan miró la ventanilla. Luego entró y ambos volvieron su atención a Angel.

—No te preocupes demasiado. —Niko tiró de un banco con el pie, sentándose con las piernas ligeramente separadas.

—Es fácil decirlo para alguien que no le importa nada —murmuró.

—Luego de la explosión, estaba seguro de que Arek iba a dejarlos.

Sangre de Nadie [Volumen 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora