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— Toma

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— Toma.

Pedri depositó un cuaderno y una lapicera sobre su banco.

Gavi lo miró con sorpresa.

Negó, tomando su mochila para mostrar el cuaderno que tenía en el interior para tomar notas, y el que usaba todos los días, corriendo el regalo de Pedri.

— No. — Lo frenó el mayor, apoyando su mano sobre la de Gavi, quien ante el contacto, corrió la mano rápidamente, sintiendo el calor de sus mejillas aumentar.

A Pedri le pareció un poco raro ese gesto, pero no dijo nada, corriendo el cuaderno hacia Gavi.

— Ese cuaderno es para clases. — Dijo. — Este es para ti. Para que escribas lo que quieras decirme. — Dijo. — No entiendo tu lenguaje de señas, pero sé leer.

Gavi se sentía extraño.

Simplemente, no podía explicarlo.

Se sentía feliz y triste a la vez, y de alguna forma, se sentia halagado por el regalo de Pedri

Pedri le había obsequiado un cuaderno para que tuviera una voz, y eso era algo que le agradecería por siempre.

Pedri le había obsequiado un cuaderno para que tuviera una voz, y eso era algo que le agradecería por siempre

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𝐌𝐔𝐓𝐄 | 𝐆𝐀𝐕𝐈 𝐘 𝐏𝐄𝐃𝐑𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora