019

196 31 0
                                    

Kevin y Enzo se quedaron en la entrada de la casa de los Gavira hasta que el auto arrancó, agitando los brazos para despedirse hasta que dejaron de verlos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kevin y Enzo se quedaron en la entrada de la casa de los Gavira hasta que el auto arrancó, agitando los brazos para despedirse hasta que dejaron de verlos.

Con ambos sentados en los extremos de los asientos traseros, Pedri no tardó en hacerle señas a Gavi para se sentara a su lado.

El chico no dudó en desabrochar su cinturón, pasando al asiento del medio para abrocharse junto a su mayor.

— Te traje tus caramelos. — Dijo Pedri, sacando una bolsita de la mochila a sus pies.

Gavi sonrió, mientras tomaba los caramelos con envoltura rosa con una sonrisa.

— ¿Quieres escuchar música?

Gavi asintió, masticando un caramelo y abultando sus mejillas de forma adorable.

Pedri conectó los auriculares a su celular entregándole un lado a Gavi.

En su celular tenía dos pistas de música principales, una de él y otra de Gavi, teniendo en la del otro canciones de K-Pop de melodías bastante alegres y
begadizas, ya que el mudo tenía cierto gusto por los grupos de chicas.

En cambio, la pista de Pedri tenía la mayoría de canciones en español.

Eso no quitaba que escucharan otras cosas, pero siempre volvían a lo mismo.

Y así es como empezaron escuchando varios tipos de música, bajo la mirada de los padres de Gavi por el espejo.

Pedri miró por la ventana todo el camino, y no le dio mucha importancia cuando Gavi apoyó su cabeza en
su hombro y se quedó dormido.

— Pedri. — Llamó la señora Gavira.
Pedri quitó su único auricular para escuchar a la mujer.

— Gavi te quiere mucho... ¿Lo sabes?

Supo que la mujer sonreía por el tono de voz.

— Yo también lo quiero mucho. — Respondió Pedri.

La mujer se giró para mirarlo, y con esa sonrisa maternal, habló un poco más bajo que antes.

— Quiero que te quedes a su lado a pesar de cómo pueda reaccionar ante cualquier cosa que diga el
médico. — Esas palabras lo extrañaron.

— ¿Por qué? — Pedri sonaba preocupado. — ¿Le pasa algo malo a Gavi?. —  Sus ojos se escaparon al
menor sobre su hombro, quien se removió un poco.

— Es un tema algo delicado. — Dijo la mujer, y al ver que Gavi se movía, frunció sus labios. — Después te
explico mejor.

 — Después teexplico mejor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐌𝐔𝐓𝐄 | 𝐆𝐀𝐕𝐈 𝐘 𝐏𝐄𝐃𝐑𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora