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Kevin apretó fuerte a Gavi en su abrazo

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Kevin apretó fuerte a Gavi en su abrazo.

Lo soltó para estrujar sus mejillas, recibiendo una mirada de molestia por parte del más bajo.

— Sigues igual de adorable que cuando nos conocimos. — Dijo con una risa.

La voz de Kevin había cambiado drásticamente en el año que llevaban conociéndose.

También había crecido bastante, pero no solo en estatura.

Sus hombros se habían hecho más amplios y ya no tenía cara de niño. Aunque seguía siendo el mismo chico infantil de siempre.

— ¿Por qué no me sorprende?. — Dijo, viendo la cabellera ahora castaña de Pedri detrás de Gavi.

— Lindo look para un chico aún más lindo. — Halagó dedicándole un guiño y ganándose un ceño fruncido por parte del mudo, y una mueca de asco por parte del nuevo castaño.

— Me disgustas. — Dijo Pedri, pasando a su lado para entrar a su casa.

— Me amas. — Replicó Kevin, cerrando la puerta.

— No. — Pedri repitió la misma cara de asco.

— Es cierto, no tengo oportunidad. — Kevin hizo una mueca triste. — Tú solo amas a Gavi.

Pedri no respondió, pero notó la mirada de Gavi sobre él, y cómo Kevin comenzó a sonreír cada vez más ante el silencio.

— Las clases de teatro te hicieron más raro de lo que ya eres. — Comentó Pedri, solo para decir algo.

— Qué brutal cambio de tema.

Los recién llegados se voltearon para ver a Enzo, que venía tirando de sus ruedas desde la cocina.

Los cuatro se habían hecho muy unidos desde aquel primer día.

Hacía casi un año de amistad, y solían juntarse cada fin de semana y durante las vacaciones.

Cada uno había ido a una rama distinta del arte, aunque compartían algunas cosas.

Gavi se había concentrado más que nada en la danza, contemporánea, específicamente, y tomaba clases de dibujo, aunque solo para compartir con Enzo, algo que tenía fascinado al pelinegro.

Kevin tomaba clases de saxofón, y había comenzado teatro.

Por su lado, Pedri se había centrado más en cantar, y también tomó un taller de composición que habían abierto hace poco.

Los cuatro iban a clases de práctica coral, aunque Gavi solo iba para escucharlos.

Tanto Pedri como Kevin, eran muy buenos cantando.

Enzo no tanto y eso le daba cierta gracia, pero su amigo tenía el cierto gusto en el rap, aunque no iba mucho con la clase.

Podía decir que tenía más amigos.

Incluso, se llevaban muy bien con el director, aunque no se juntaban mucho para mantener cierto formalismo escolar.

Pero Andrés era tan maduro como ellos la mayoría del tiempo.

Nadie se había metido con Gavi desde que habían entrado.

Todo el mundo lo trataba tan bien, y Pedri estaba feliz por él.

Había encontrado un punto cálido en el mundo que no trataría de apagar al chico, al contrario, Gavi brillaba todos los días en ese lugar.

Aunque por un lado, sentía que eso lo alejaba un poco de Gavi.

Ya no tenía que protegerlo, porque nadie le haría daño, y porque habían otras personas que lo protegerían también.

A pesar de eso, el chico seguía a su lado, sentándose junto a él en el patio del colegio.

Acurrucándose contra él cuando Pedri ponía una película de miedo para ver, y a veces, durmiendo en sus piernas cuando se tiraban en el patio solo para no decir nada.

A pesar de todo, seguían al lado del otro.

A pesar de todo, seguían al lado del otro

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𝐌𝐔𝐓𝐄 | 𝐆𝐀𝐕𝐈 𝐘 𝐏𝐄𝐃𝐑𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora