CAPÍTULO 28

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CESAR PARRA.

Nos sentamos en la mesa a planear como realizar las fotos, la locación y demás. Algunas horas transcurrieron desde que empezamos, por alguna razón la conversación era muy amena, disfrutaba de luchar a T/n y la emoción con la que contaba sus sueños e ideales, y muy dentro de mí sentía la enorme necesidad de quitar todos los obstáculos que aparecieran en mi camino para verla siempre feliz.

- Estoy muerta, antes de tomar las fotos, ¿Quieres ir a comer algo? - le sonreí.

- Claro.

- Hay un lugar cercano donde trabajaba antes, sus postres son deliciosos y siempre me dejan más barato cuando voy con amigos - amigos, no quería que me viera como amigo, no ahora.

- Por supuesto, vamos - forcé una sonrisa, vamos Cesar, paciencia, si no le dices nada no sabrás qué pueda pasar.

Llegamos a una panadería, era muy psicodélica, cada uno de las paredes estaban pintadas de color distinto, todos muy llamativos, las sillas y mesas parecían ser hechas de materiales reciclados, era en verdad un lugar genial, muy ingenioso.

Antes de sentarnos, un hombre alto y musculoso se acercó a nosotros, al ver a T/n corrió a ella levantándola en sus brazos en un abrazo, haciéndolos girar en su sitio mientras se es escuchaban las fuertes carcajadas de T/n.

- Dani, qué alegría verte, mírate estás cada vez más musculoso, los esteroides son malos - ambos sonrieron y yo me aclaré la garganta, estaba a punto de saltarle encima, no me importaba que fuera tres veces más grande que yo.

- Dani, te presento a Cesar, él es - antes que pudiera continuar la interrumpí mientras la tomaba de la cintura.

- Soy su esposo, un gusto Cesar Parra - le extendí la mano con una sonrisa triunfal, mientras él la tomaba con fuerza y miraba a T/n con una mirada picara.

- Te tenías a este bombón bien guardado, princesa. Seguro era miedo que te lo quitara - me sorprendí al escucharlo y mi cuerpo se refugió tras el cuerpo de T/n.

- Nada de eso, solo no había tenido tiempo de venir.

- Tienes razón, pequeña princesa. Ha pasado un tiempo sin vernos, ¿Cómo está Adriana? - ella hizo una mueca antes de contestarle.

- Ella está bien. Te contaré de eso en otra ocasión, por ahora solo queremos unos ricos postres, especialidad de la casa - ¿Qué tenía que contarle?

Nos sentamos en una mesa a conversar, entre más hablaba con ella, más sentía que nos conectábamos, era un algo raro, pero me gustaba. Era una persona muy animada y creativa, era muy simpática y carismática, y estaba seguro de que a medida que la conociera iba a descubrir muchas cualidades más de ella.

Después de comer algo fuimos de regreso al apartamento, ya teníamos todo listo para las fotos.

- Muy bien, solo sacamos las cosas y vamos directo al parque - decía entusiasmada.

- Ahora que lo pienso, ¿Dónde se supone que nos cambiemos en el parque? - le pregunté pensativo, yo podía cambiarme sin problema, pero no iba a permitir que nadie viera a T/n cambiándose de ropa, antes muerto.

- Diablos, qué torpe soy, había olvidado completamente ese detalle, maldición - sonreí, mientras quitaba un mechón de cabello que el viento llevo a su rostro.

- ¿Qué tal si lo hacemos en la terraza del edificio? Alla nadie te verá cambiándote - me mostró una sonrisa enorme.

- Eres un genio, es una excelente idea, vamos pronto - tomo mi mano y empezó a correr las calles que nos faltaban hasta el apartamento.

Forzando el Amor 🎶🎸♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora