Después de dos meses, ya estaba embarazada de siete meses. Sin embargo, durante este tiempo, algo había cambiado en mí.
Cada vez me costaba más soportar a Farid. Las pequeñas cosas que solía hacerme sonreír ahora me irritaban profundamente.
No podía evitar sentir una creciente aversión hacia él, y la paciencia que antes tenía ahora parecía haber desaparecido por completo.Por otro lado, Farid seguía siendo el mismo hombre dulce y comprensivo de siempre. A pesar de nuestras constantes discusiones, era él quien siempre terminaba disculpándose y tratando de arreglar las cosas.
Pero yo seguía siendo terca y obstinada, incapaz de dejar atrás mi resentimiento.Sin embargo, hoy tuvimos una discusión que fue diferente a las anteriores. Farid me hizo un comentario sobre mi constante irritabilidad y me pidió que dejara de gritar por todo. Eso desató una pelea muy intensa entre nosotros.
-Deja de gritar-le dijo Farid a Noor: ¡Que te calles ya! Si hicieras algo, pues dejaría de gritar.-grito Noor-Eres una egoísta, siempre estás igual. ¿Por qué no reconoces tus malditos errores?-le dijo Farid con furia-Porque aquí el único que se equivoca eres tú-respondió Noor- ¡Mi único error es intentar entenderte! Estás embarazada y aguanto tu carácter de mierda.-dijo Farid y Farid see gira hacia la puerta con furia y la abre de un portazo. Noor se sobresalta por el ruido y comienza a llorar, sintiéndose culpable. Sin embargo, su orgullo le impide ir tras él.
Noor se dejó llevar por la avalancha de emociones que la invadían. Lo que comenzó como un llanto de tristeza pronto se transformó en una furia incontrolable. Sus lágrimas se convirtieron en gritos de rabia, dirigidos hacia sí misma."¡Eres inaguantable!", gritaba mientras lanzaba objetos al suelo con fuerza. Los jarrones se estrellaban contra el suelo, rompiéndose en mil pedazos, mientras Noor seguía desahogando su frustración."¡Eres una egoísta sin corazón!", se repetía una y otra vez, sintiendo cómo la ira la consumía por dentro.
Cada vez que arrojaba algo al suelo, sentía un breve alivio, como si pudiera liberar parte de la furia que la abrumaba.La habitación se llenó rápidamente de escombros y fragmentos de cerámica, pero Noor no podía detenerse. La rabia la dominaba por completo, y aunque sabía que sus acciones no solucionarían nada, no podía contenerse.Finalmente, exhausta y con las lágrimas aún corriendo por sus mejillas, Noor se dejó caer en el suelo entre los restos destrozados. Se sentía agotada física y emocionalmente, pero la furia seguía ardiendo dentro de ella, alimentada por la sensación de impotencia y desesperación que la consumía.
Noor sintió su corazón acelerarse cuando recibió la llamada del hospital. Las palabras urgentes del otro lado de la línea la llenaron de ansiedad y temor. A pesar de la confusión y el miedo que la invadían, se obligó a sí misma a levantarse y tomar el control de la situación.Con lágrimas aún en los ojos, se dirigió hacia el coche con paso vacilante. Cada paso le resultaba un desafío, pero sabía que no podía permitirse detenerse. Con manos temblorosas, abrió la puerta del coche y se sentó en el asiento del conductor.Aunque sus pensamientos eran un torbellino de preocupación, encendió el motor y comenzó a conducir hacia el hospital. Las lágrimas seguían corriendo por su rostro, pero estaba decidida a llegar lo más rápido posible.El trayecto al hospital pareció interminable, cada segundo se sentía como una eternidad. Noor rezaba en silencio, rogando por que todo estuviera bien. A pesar del miedo que la consumía, se aferraba a la esperanza de que todo saldría bien.Finalmente, llegó al hospital y corrió hacia la entrada, con el corazón en un puño. Sabía que lo que le esperaba dentro podía cambiarlo todo.
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MI RAYO DE LUZ
Romancela vida te abre puertas y te cierra otras pero al principio Noor solo veía todas cerradas, hasta que una puerta se iluminó