CAP 31

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Luego de la conversación que TaY, Gun y Off tuvieron (y que será contada en otro momento para mantener en la incógnita a todo el mundo), los tres se dirigieron hacia la casa de Can, tocando la puerta a patadas para que el chico no tuviera la excusa de que no oyó nada.

Luego de diez minutos pateando la puerta, ésta se abrió, y un desaliñado Can los miró con furia.

—¿Se puede saber qué quieren? —preguntó de forma tosca.

—Nosotros... —Gun frunció el ceño, viéndolo—. ¡Apestas a alcohol!

Antes de que alguien pudiera hacer algo, Off empujó a Can hacia el interior en tanto Gun pasaba de largo hacia la cocina, viendo todo lleno de botellas de cervezas vacías, tiradas en el suelo sin cuidado. La sola visión lo entristeció a más no poder, pero apretó sus labios tomando una botella, llenándola con agua, para luego volver al comedor en donde Tay y Off sostenían a Can.

—¡Ustedes...! ¡Gun! —Can chilló cuando el chico de cabello rosado le lanzó agua en todo el rostro—. ¡Ba-basta! ¡G-Gun! ¡Está... está he-helada!

—¡Lo sé! —Gun le lanzó más agua a la cara—. ¡Eso es por ser cruel conmigo el otro día, cara de ardilla!

Cuando la botella quedó vacía, Tay y Off lo soltaron. Can cayó al suelo, aturdido, antes de negar con la cabeza.

—Ahora te vas a cambiar —dijo Gun duramente, sin darle tiempo para replicar—, y vas a salir a comer algo con nosotros si no quieres que te meta esto —levantó la botella— por tu culo ya no virgen, Canie.

El aludido miró al chico atónito para luego asentir con una mueca de espanto, dirigiéndose a su pieza lo más rápido que pudo. Una vez quedaron solos, Tay miró a Gun.

—¿Cómo hiciste eso?

Gun tembló.

—No sé.

💙💚

De manera tosca, Can los siguió hasta un local de comida rápida. Su rostro pálido no demostraba más que rabia y disgusto, sin embargo, sus amigos lo ignoraban deliberadamente, sin prestar atención a los pensamientos de odio que parecía lanzar con la mente.

Una vez dentro de un McDonnald's, se unieron a la fila para pedir algo. Si bien seguía en silencio y con esa mirada de odio, Can se estaba convenciendo de que esa salida no estaba tan mal. Al fin y al cabo, tendría comida gratis, así que...

—El imbécil de Juan Luis se puso a coquetearme y quedé sin helado, así que cómprenme uno.

O al menos eso pensaba hasta que escuchó una fría voz detrás de él.

Su corazón bombeó como loco, pero no se volteó, sorprendido. Menos cuando llegó su turno en la fila.

—¿Qué va a pedir?

Pero su garganta estaba seca, incapaz de modular algo.

Luego de unos segundos en silencio, alguien respondió:

—Oh, ¿vas a pedir algo o las mentiras te comieron la lengua?

Se crispó ante el tono desagradable y cínico que Tin utilizó, y ya sin controlarse, se giró, chocando con la fría mirada del rubio.

—Vete a la mierda —le dijo caminando fuera de la fila.

—¡Can! —regañó Gun.

—No te preocupes, Gunie —Tin sonó desinteresado mientras le despeinaba el cabello a Gun—. Uno se acostumbra a que Can te mande a la mierda cuando estás más preocupado por él.

La rabia y los celos bulleron en su interior, pero no dijo nada mientras caminaba hacia la salida.

—Porque Can no es más que un niño cobarde y mimado que huye de los problemas apenas puede.

Can no lo soportó más: dando media vuelta, se lanzó a darle un golpe a Tin.


💙 NOVIO DE ALQUILER[TINCAN] 💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora