CAP 19

109 17 0
                                    

Tin había creído que Can quería que durmieran abrazados.

Pero mientras le devolvía el beso a Can, echado bajo él, en medio de la oscuridad de su habitación, estaba dudando de cuáles fueron las intenciones de su novio.

- Canie... -susurró separándose.

Can lo miró como un cachorro perdido, como un niño abandonado.

- Por favor, Tin... -pidió en voz baja -. Te lo ruego. Hazme el amor.

Tin quería negarse, quería decirle que no, porque sabía que el motivo de Can en su petición era para olvidarse momentáneamente de lo que le estaba pasando a su hermana. Era para huir de la realidad unos minutos.

Sin embargo, los labios de Can se apoderaron de su boca una vez más y todo pensamiento racional desapareció de su mente.

Sus manos se deslizaron por la cintura del muchacho, desnudándolo con lentitud, respirando aceleradamente, y sus labios comenzaron a bajar, apoderándose de su cuello, de sus pezones, de la piel en su cadera. Cna gemía en voz baja con los ojos cerrados, acariciándole el cabello a Tin mientras éste le quitaba los pantalones, desnudándolo de a poco, y volvió a su boca para callarlo una vez completada la misión.

Tin prosiguió a quitarse la ropa, quedando desnudo unos segundos después, para luego ubicarse entre las piernas abiertas de Can.

- Eres precioso - le murmuró Tin.

Can nunca había sido un chico egocéntrico, siempre había creído que no tenía gracia alguna, sin embargo, cuando Tin le dijo aquellas palabras, le creyó por unos segundos. Se sentía precioso bajo la atenta mirada del rubio.

Le murmuró entrecortadamente dónde estaba el lubricante y Tin se estiró hacia su cajón, abriéndolo y sacando de allí la pequeña botellita y un condón. El mayor lo observó con una ceja ligeramente enarcada.

- ¿Ya preparado para esto? -se burló de él- ¿Tanto lo estabas esperando?

Quería responderle, sin embargo, no pudo hacerlo cuando Tin lo comenzó a preparar con sus dedos y el pegajoso líquido, volviéndolo una bola de gemidos.

No duró mucho, por supuesto. Tin, al verlo en ese estado, no era capaz de resistir demasiado, observando el rostro colorado del menor, los labios entreabiertos y sus ojos húmedos por las lágrimas. Cuando creyó que era suficiente, se puso el condón y besó a Can en la boca para deslizarse en su interior con lentitud, sintiendo las cálidas paredes de su chico rodeándolo como si nada.

Can era perfecto. Era increíble. Era sólo para él.

El muchacho no tardó en comenzar a mover sus caderas y Tin se decidió a embestirlo sin separarse de su boca, tomándose una mano para darle un apretón.

Pronto la habitación volvió a llenarse de gemidos, jadeos soltados por los dos, la temperatura subiendo, y cuando Tin golpeó en ese punto que lo volvía loco, Can gritó el nombre de su novio.

Eso fue suficiente como para que Tin acelerara las embestidas, queriendo llegar pronto al orgasmo, correrse dentro de Can (aunque estuviera usando el condón, quería hacerlo estando en el interior de él).

Lo logró unos segundos después, cuando acariciaba el miembro de Can y el chico se corrió en su mano con un gemido sonoro.

- Te quiero -susurró Can mirándolo a los ojos.

Tin lo besó cuando sintió corrientes eléctricas en su vientre, avisándole que iba a llegar al orgasmo, cosa que ocurrió inmediatamente después.

Jadeó contra la boca de Can, dándole un apretón en la mano.

Yo también te quiero, quiso decirle, pero las palabras murieron boca, quedando atoradas en su garganta.

En cambio, sólo le besó la frente a Can, acariciándole el cabello mientras se recostaba a su lado, atrayéndolo a su pecho.

- Mañana iremos a ver a tu hermana juntos - le dijo en voz baja.

Can asintió, abrazándolo por la cintura, sin decir algo más.

Pues sentía que, si abría su boca, rompería a llorar al no oír un te quiero de parte de Tin.

💙 NOVIO DE ALQUILER[TINCAN] 💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora