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—¿Alguien aquí sabe contar chistes?

—¡Yo, yo, yo! ¡Yo sé contar chistes, Payaso Ni-Ki! —exclamó uno de los niños, saltando de emoción.

Ni-Ki le entregó un micrófono improvisado hecho con un globo y una cañita, y el niño comenzó a contar su chiste con gran entusiasmo.

—¿Qué le dijo Batman a Robin antes de subir al coche? —preguntó el niño, con una sonrisa traviesa.

—¿Qué le dice? —respondió Ni-Ki, jugando el juego.

—¡Robin, sube al coche! —exclamó el niño, provocando risas entre los presentes.

Ni-Ki aplaudió y elogió al niño por su chiste.

—¡Qué chiste tan divertido! ¡Gracias por compartirlo con nosotros! Ahora, ¿quién quiere ver algo más mágico? —preguntó el payaso, sosteniendo una varita brillante.

Niños entusiastas levantaron sus manos, y el payaso continuó haciendo aparecer pequeños animales de peluche de la nada.

—Ahora, atención, chicos, ¡voy a necesitar su ayuda para este próximo truco! —anunció Ni-Ki, animando a los niños a participar.

Con la ayuda de los pequeños asistentes, Ni-Ki creó globos con formas caprichosas. Modeló globos en figuras de animales, flores y espadas, regalándoles a cada niño.

—¡Y aquí tienes tu elefante! ¡Cuidado, que puede volar! —bromeó, sosteniendo un globo en forma de elefante.

Los niños rieron, emocionados con sus nuevos amigos de globos. El japonés, aprovechando la risa contagiosa, hizo malabares con los globos, creando un espectáculo visual que cautivó tanto a pequeños como a adultos.

Sunoo observaba al payaso sin ninguna expresión en particular, con su mano apoyada sobre su rostro mientras pensaba avergonzado por haberle dicho a su madre que el payaso sería aburrido, pero la actuación resultó ser todo lo contrario.

Jungwon notó la incomodidad de su amigo y le dio un ligero golpecito en el hombro para llamar su atención.

—¿Todo bien, Sunoo? Parece que no estás disfrutando mucho del espectáculo —comentó con una sonrisa amistosa.

Sunoo asintió, apartando la mirada del payaso por un momento.

—Sí, solo estoy un poco sorprendido. No esperaba que el payaso fuera tan... joven —murmuró, intentando no llamar demasiado la atención.

Jungwon rió suavemente, entendiendo el comentario de su amigo.

—Sí, es un poco inesperado. Pero al menos parece estar entreteniendo a los niños, ¿no crees?

Sunoo asintió, reconociendo la verdad en las palabras de Jungwon.

—Sí, tienes razón. Supongo que solo me sorprendió un poco. Pero parece que los niños lo están pasando genial, y eso es lo más importante.

Ambos volvieron su atención al espectáculo, y en eso, los ojos de Sunoo se encontraron inesperadamente con los del payaso, quien parecía haber notado su mirada. Por un instante, Sunoo sintió una ligera incomodidad ante la intensidad de la mirada del payaso, pero rápidamente desvió la mirada hacia otro lado.

—¿Te pasa algo, Sunoo? —preguntó Jungwon, notando el cambio en la expresión de su amigo.

Sunoo sacudió la cabeza, tratando de disimular su incomodidad.

—No, no es nada. Solo me sorprendió ver al payaso mirándome, supongo —respondió con una sonrisa forzada.

Jungwon frunció el ceño, mirando al payaso por un momento antes de volver a dirigir su atención a Sunoo.

Notando la mirada incómoda de Sunoo hacia el payaso, decidió darle un codazo suave en el costado, provocando una reacción sorprendida en su amigo.

—¿Qué fue eso? —preguntó Sunoo, sobresaltado por el codazo.

Jungwon le lanzó una mirada traviesa y una sonrisa cómplice.

—Solo quería asegurarme de que aún estuvieras ahí y no te hubieras perdido en el hipnotismo del payaso —bromeó Jungwon

—No seas ridículo, Jungwon. Solo fue un contacto visual casual —respondió Sunoo, tratando de restar importancia al breve encuentro.

Jungwon continuó riendo, disfrutando de la incomodidad ligera de Sunoo.

—Oh, sí, claro, "contacto visual casual" —repitió Jungwon, haciendo comillas en el aire con sus dedos—. Estoy seguro de que el payaso solo quería asegurarse de que estuvieras disfrutando del espectáculo.

Sunoo rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír ante la insistencia juguetona de Jungwon.

—Está bien, está bien, puede que hayas tenido razón al darme el codazo, pero no tienes que seguir molestando —dijo Sunoo, riendo con su amigo.

Jungwon levantó las manos en señal de rendición, todavía sonriendo.

—De acuerdo, de acuerdo, lo dejo por ahora. Pero no puedo prometer que no vuelva a mencionarlo si vuelves a mirar al payaso de esa manera —advirtió, con una chispa traviesa en sus ojos.

Sunoo rió, sabiendo que Jungwon estaba jugando con él.

—Lo tendré en cuenta, gracias por el aviso, detective Jungwon —respondió, jugando junto con la broma.

Ambos observaron cómo la actuación del payaso llegaba a su fin, con una lluvia de confeti que caía sobre los niños emocionados y los adultos aplaudiendo con entusiasmo. El payaso se despidió con una gran sonrisa en su rostro colorido.

—¡Qué gran espectáculo! —exclamó Jungwon, aplaudiendo junto con la multitud.

Sunoo, sintiéndose abrumado por la vergüenza ajena que le provocaba su amigo, cubrió su rostro con las manos, tratando de ocultar su incomodidad ante el grito entusiasta de Jungwon.

Sin embargo, su incomodidad fue interrumpido por las palabras de Jungwon.

—¿Sabes qué, Sunoo? Me parece que sería genial ir a saludar al payaso y agradecerle por su increíble actuación. ¿Qué te parece? —propuso Jungwon, con una chispa traviesa en sus ojos.

Sunoo frunció el ceño, sintiendo un leve escalofrío recorrer su espalda ante la idea.

—¡¿Qué?! ¿Saludar al payaso? ¿Estás loco?

Jungwon sonrió ante la reacción de Sunoo, sabiendo que estaba disfrutando un poco de su incomodidad.

—¡Vamos, Sunoo! No seas tímido. Será divertido. Además, ¿cuántas veces tenemos la oportunidad de conocer a un payaso tan talentoso como Ni-Ki?

—No lo sé... si quieres ve saludarlo tú —sonrió tímidamente.

Pero Jungwon estaba decidido, y su sonrisa maliciosa dejaba claro que había ideado algo en su mente.

—Vamos, Sunoo, no seas un aburrido. Será divertido, te lo prometo —insistió Jungwon, empujando a Sunoo hacia la dirección del escenario.

Sunoo se sintió atrapado entre la insistencia de su amigo y su propia ansiedad. Por un lado, no quería arruinar el momento después de la exitosa actuación del payaso, pero por otro lado, temía lo que podría suceder si se acercaban demasiado.

—No sé, Jungwon... Tal vez sería mejor dejarlo en paz. El payaso ya ha tenido bastante con entretener a todos aquí. No quiero molestarlo más —argumentó Sunoo, tratando de encontrar una excusa válida.

Pero Jungwon no estaba dispuesto a rendirse tan fácilmente.

—Vamos, Sunoo, no seas un gallina. No te preocupes, no vamos a hacer nada malo. Solo vamos a darle las gracias ¿Qué dices? —insistió Jungwon, con una sonrisa

Sunoo, sintiendo que no tenía otra opción más que ceder ante la determinación de su amigo, dejó escapar un suspiro resignado.

—Está bien, pero que quede claro que esto es tu idea, no la mía —declaró Sunoo, resignándose a su destino.

—¡Trato!

sunxkoov

¡Un Payaso Como Novio! ୨୧ SunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora