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Sunoo y Daniel continuaron caminando por el parque de atracciones, disfrutando del ambiente festivo y colorido. Mientras se acercaban al área de juegos de atracciones, Sunoo divisó un puesto de golosinas en la distancia. Un cartel llamativo anunciaba que estaban buscando personal para trabajar en el puesto.

Cuando llegaron al puesto, se detuvieron frente al letrero y Sunoo comenzó a leerlo detenidamente. Mientras lo hacía, una voz amable lo sacó de sus pensamientos.

—¿Estás interesado en trabajar aquí, joven?

Sunoo levantó la vista y se encontró con el dueño del puesto, un hombre amigable con una sonrisa acogedora.

—Sí, estoy considerando la posibilidad —respondió Sunoo, devolviendo la sonrisa—. ¿Podría obtener más información sobre el trabajo?

El dueño del puesto asintió con amabilidad y procedió a explicar los detalles del trabajo. Comentó sobre las responsabilidades básicas, cómo servir golosinas a los visitantes, mantener el área limpia y ordenada, y manejar la caja registradora. Luego, señaló hacia una colorida máquina de algodón de azúcar que estaba al lado y continuó explicando cómo operarla.

—Esta es nuestra máquina de algodón de azúcar. Tu tarea sería preparar y servir algodón de azúcar a los visitantes, asegurándote de que tengan una experiencia dulce y memorable aquí en el parque —explicó el hombre con entusiasmo.

Sunoo escuchó con atención, asintiendo ocasionalmente para mostrar su comprensión. La idea de trabajar en un ambiente tan alegre y dinámico le resultaba atractiva, y la perspectiva de hacer sonreír a los visitantes mientras disfrutaban de las delicias del parque lo emocionaba.

—¿Te gustaría intentarlo? —preguntó el hombre, esperando la respuesta de Sunoo.

Sunoo reflexionó por un momento, evaluando la oportunidad y considerando cómo encajaría en su vida. Finalmente, respondió con una sonrisa.

—Sí, me gustaría intentarlo. ¿Cuál sería el siguiente paso?

El hombre asintió con satisfacción y le entregó a Sunoo un formulario de solicitud, indicándole dónde debía completarlo y dejarlo una vez que estuviera listo.

—Rellena este formulario y entrégalo en la oficina principal del parque. Estaremos revisando las solicitudes y programando entrevistas en los próximos días. ¡Buena suerte, joven!

Sunoo agradeció al hombre por la oportunidad y se despidió cortésmente. Luego, se volvió hacia Daniel, quien lo miraba con curiosidad.

—¿Qué te parece, Dan? ¿Quieres ir algún lado?

Daniel asintió emocionado, con una sonrisa radiante en el rostro.

—¡Sí! Ya quiero ir un lado. Pero, ¿no vas a rellenar eso?

Sunoo asintió con una sonrisa ante la emoción de Daniel.

—Sí, definitivamente lo rellenaré, pero creo que podemos ir a algún lado primero y luego regresar para hacerlo. Además, la oficina principal está un poco más adelante, así que todavía tenemos tiempo antes de que cierre.

Daniel asintió, complacido con la idea de explorar un poco más antes de ocuparse de los trámites.

—¡Genial! ¿A dónde vamos entonces?

—¿Por qué no decides tú? —preguntó Sunoo con una sonrisa, dejando que su hermano menor tenga la oportunidad de elegir.

Daniel lo miró con ojos brillantes de emoción.

¡Un Payaso Como Novio! ୨୧ SunkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora