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Era un nuevo día.

Está vez Philza no había ideado un plan para ir a la tienda de Missa debido que hoy toca hacer trabajo en su granja.

Por lo que desde muy temprano en su casa hogareña una vez teniendo su ropa habitual de granjero puesta ya estaba alistando el desayuno para él y su hija. Aunque no sepa cocinar mucho, ya que la mayor parte se encarga su hija o en comprar comida, debía darle provecho a los montones de panes que tenía en la alacena así que optó en preparar panes de mermelada, mantequilla de mani y tomar en una de las bolsas de la alacena el pan de aguacate que Missa le había dado.

Una vez preparados los dejo en la mesa para poder ir hasta el cuarto de su hija. Suavemente abrió la puerta topando que todavía su hija estaba dormida, así que no dudo en acercarse para darle un suave beso en su cabello y dandole una sonrisa al notar que despertaba lentamente.

- Buenos días Lullah - Saludó mientras se sentaba en la orilla de la cama y dejaba que su hija se estira - Es hora de hacer trabajo en la granja por lo que ya hice el desayuno - Vio como Tallulah dejaba de estirarse para verlo prestándole atención - El menú de hoy será pan en tres diferentes preparaciones.

Una suave carcajada salió de Philza al notar como Tallulah soltaba un quejido y volvió acostarse en la cama al escuchar el dichoso menú del desayuno.
Ya iban varios días que seguían comiendo pan, debido a que Philza nomás no dejaba de comprar panes.

- ¡Oh, vamos, el pan es delicioso Lullah! - Exclamó Philza de broma viendo cómo Tallulah lo miraba en desacuerdo, por lo que le revolvió el cabello con cariño mientras reía - Aunque me pongas esa cara, se que te gusta el pan, así que a moverse.

Y sin esperarlo Philza tomo a Tallulah en sus brazos para llevársela a desayunar.

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Luego de un desayuno lleno de risas, quejas por parte de Lullah ante la cantidad de pan y muy malos chistes por parte de Philza, ambos se pusieron a trabajar en la granja.

Está vez el trabajo no era pesado sólo tenían que revisar que no haya hierba mala en el sembradío y regar la cosecha.
Y sin olvidar lo importante, debían darle de comer a los cuervos que cuidaban su granja.

Por lo que mientras Philza hacia el trabajo de quitar la hierba y regar, su hija Tallulah alimentaba a todos los cuervos con semillas y con pedazos de pan.

Si, Philza sabía que se pasaba en traer mucho pan a la casa, pero también podía sacar provecho en darles de comer a sus cuervos. Por lo que aparte de semillas les daba panes para poder sacar terminar con todo el pan que había y así tener más espacio para ir a comprar más después.

Así que era un ganar por ambas parte; a los cuervos de tener otra cosa que comer aparte de semillas y para Philza podría ir a comprar más pan y visitar a Missa.

- Me preguntó cómo estará Missa - Murmuró suavemente Philza para si mismo dejando de regar la cosecha para así agacharse para poder quitar la hierba mala que podría pudrir su cosecha - Debería darle algo por todo el pan preparado que me dió - De momentos que dejaba de quitar la hierba volteaba a ver a su hija y notaba como se divertía jugando y corriendo a todos lados con todos los cuervos de la granja, sonrió enternecido hasta que notó como uno de sus cuervos llegaba con él por lo que extendió su mano para que pueda aterrizar en su dedo y así acariciar sus plumas- ¿Y si lo invito a mi granja? - Escucho el graznido del cuervo haciendo que riera - Sería una buena idea, ¿No?

Antes de que siguiera entretenido hablando con el cuervo escucho más graznidos de cuervos aproximarse a él debido a que su hija se acercaba.

— ¡Dad! ¡Encontré una flor!

Crown of petuniasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora