Dicen que las mentiras tarde o temprano caen para mostrar la cruel verdad.
Aveces más tarde, pero ya cuando el daño está hecho; era bien sabido por Philza que su mentira caería, pero tan ocupado estaba disfrutando de los días cálidos que ahora tenía que ni siqueira ponía atención a ese detalle.
Ya habían pasado casi un mes de lo sucedido y todo pintaba para mejor la situación.
Aún así sabía que era vigilado por el alcalde. ¿Era de sorpresa? La verdad que para Philza no tanto, sabía que pasaría, aún así siempre trato estar mas precavido para que no descubriera nada.
También, últimamente había aumentado las miradas de los pueblerinos hacia el y ni hablar de los rumores, esos solo aumentaron mas.
Igual tenía él la culpa; tenía que esperar que se iban a inventar más cosas desde que todo el mes que paso estuvo viviendo más en casa de Missa que en su granja.
Pero a Philza no le importaba eso.
De hecho le daba risa cada que Missa le contaba que más rumores se inventaron cuando regresaba de su granja.
Aunque en algo iba admitir que podía darle razón a uno de los tantos rumores que decían; algún día volverá a vivir otra vez en el pueblo.Pero, todavía era una posibilidad, tenía que ver varias cosas para volver a su antigua casa.
Otra historia sería.
Hoy era un día perfecto.
Los días lluvioso habían terminando, aún así no podían darlo como finalizado las altas probabilidades de la lluvia aún estaban, pero al menos daba chance a los granjeros de recojer cultivo y plantar uno nuevo.
Por lo que Philza empezando con un precioso sol en la mañana que quemaba la piel se mantuvo en su granja recogiendo la cosecha que pudo salvarse de las lluvias.
Se encontraba solo en compañía de sus cuervos; su hija Tallulah como era ya costumbre de rutina se encontraba trabajando en la tienda de Missa.Ahora tenía que llevarse solo el trabajo pesado.
Al menos al final sería recompensado con ver a su amada flor junto con los niños.— No fue tanta cosecha — Exclamó Philza suspirando mientras dejaba el segundo costal de papas en la puerta de su almacén. — Apenas y pude recolectar dos costales — Estiró sus brazos haciendo crujir sus músculos mientras se quitaba su sombrero. De rato sintió como uno de sus cuervos se posaba en su cabeza haciéndolo soltar una risa al escucharlo graznar. — Para la próxima tendremos más suerte, ¿No crees? — El cuervo solo grazno haciéndolo reír — Con razón me llaman loco por hablarles siempre.
Estiró una de sus manos para que el cuervo pudiera posar sus patas en los dedos de sus manos para bajarlo a su altura del rostro, aunque al realizar dicha acción noto como el mismo tenía un pequeño rollo de papel amarrado en su pata izquierda.
— ¿Que tienes aquí? — Pregunto Philza mientras le desataba el rollo de papel de su patita — ¿Una carta para mí? — Y antes de que pudiera leer el contenido escucho como cosas caían cerca del almacén como igual a sus cuervos graznaban, por lo que se fue asomar a la puerta divisando quienes eran los intrusos.
Nada más observo como Chayanne y Tallulah corrían juntos dándose empujones y tropezando con sus pies siendo perseguidos por los cuervos.
Eso a Philza hizo soltarle una gran carcajada. Eran un caso perdido esos dos juntos.
— ¡Regresen con cuidado a la tienda, pequeños demonios! — Les grito Philza para que pudieran alcanzar a escuchar recibiendo por respuesta igual un grito unison de los pequeños afirmado su petición.
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Crown of petunias
FanfictionLuego de mudarse de su ciudad natal a un nuevo lugar; Missa y su pequeño hijo Chayanne tienen su local llamado "Tienda Perrona" la cual es muy conocida y confiable para todo el nuevo pueblo que fueron a vivir; el pueblo quesadilla. Siempre los granj...