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El sol quemaba, no era una agradable sensación sus rayos está vez, por lo que era recomendado utilizar bloqueador y gorros de sol.

Mas que nada los granjeros que tenían que laborar horas bajo el sol.

Agradecía Philza que ahora Tallulah quiera trabajar con Missa y Chayanne en su tienda, si no, se aburriría estando sola o estar cargando con tantas horas de trabajo bajo el sol.

Pero lastimosamente el no tenía esa suerte.

El si tenía que trabajar con este clima.

Aunque ya estaba acostumbrado, trabajar toda su vida a ese estilo ya era el pan de cada día para el, así que molestia no tenía.

Podía sin problemas trabajar en la granja con este clima.

Pero trabajar en su granja sería en otro momento, ahora estaba tratando de resolver una situación con la persona que menos quería ver.

— No puede hacer eso — Los pasos de Philza se escuchaban firmes y tensos a comparación de la otra persona que eran más arrogantes.

— Claro que puedo.

— ¿Enserio? — Pregunto incrédulo — ¿Y donde quedó esa amabilidad que según dices tener para que todos del pueblo se sientan felices viviendo aquí? — Atacó haciendo que el alcalde frenará su caminar por el campo.

Quedó en silencio el ambiente; Philza por más que tenía la ansiedad en su cuerpo no quitaba el coraje que sentía.
Esto no lo iba a permitir más.

Se pudo haber salida con la suya cuando ocurrió el problema con el, pero con Missa no.

"Esto es por Missa, Chayanne y Tallulah" se murmuraba mentalmente. "Tu puedes"

Vio como el alcalde por fin le daba la cara luego de estarlo persiguiendo por bastante rato por toda su granja haciendo notar a Philza al fin esa mirada sin emoción que siempre tenía en el.

— Será mejor decir — Empezó hablar mientras se acercaba hasta el — ¿Dónde quedó uno de nuestros acuerdos que teníamos?

— No me cambi-

— ¿Dónde quedó? — Contraatacó impidiendo que Philza pudiera hablar — Tu y yo quedamos de acuerdo en esto — Freno su paso una vez estaba cerca del rubio — Te deje tener todavía tus cuervos a cambio de no ver ningún aquí — Ahora se quedaron viendo fijamente cada uno teniendo una expresión seria — Y ahora resulta que tenemos uno vagando por todo el pueblo otra vez.

— Pero no ha robado cosecha

— ¿Y quien te asegura que no lo hara pronto? — Philza se quedó en silencio pero su mirada no cambiaba de seriedad. Sentía el enojo crecer en el. — Tus plagas — Lo señalo con uno de sus dedos a su rostro — Volverán afectarnos.

En respuesta tomo de su muñeca bajando la con brusquedad todavía desafiando su mirada — No son plagas.

— Para nosotros si — Ahora quedó nuevamente silencio en ambos. Expresando desprecio en las miradas que se compartían. El alcalde le dió una última mirada antes de soltarse de su agarre con brusquedad limpiando parte de su traje blanco dónde Philza lo había agarrado— Te doy está condición — Hablo nuevamente — O te deshaces de ese cuervo en estos próximos días y te vas — Tomo una ligera pausa antes de continuar — O cierro el local a tu amigo — Volteo a verlo de reojo — Tu decides.

Y con eso dicho el alcalde se dió la vuelta dejando a Philza atrás mirándolo con desprecio.

— Lárgate de mi granja, no quiero verte aquí.

Con eso último dicho solo los pasos se escucharon alejarse de la zona.

El suave cántaro de los pájaros se escuchaban.

Crown of petuniasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora