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El día era completamente nublado.

No había sol alumbrando las mañanas; era un ambiente pesado por donde quiera que fueras. De momento la lluvia caía, por lo que era recomendado traer sombrillas o impermeables para evitar mojarse.

Aún así teniendo este día la tienda de Missa esta abierta para los pueblerinos que llegan de la lluvia para comprar sus suministros.

Aunque no eran tantos como comúnmente siempre llegaban.

— ¡Tenga un excelente día! ¡Vuelva pronto! — Despedía Missa alegre al último cliente que había llegado a su tienda, nada más escucho el suave tintineo de la puerta cerrarse y prosiguió en seguir ordenando los estantes de la tienda en nuevo producto que tenía en las cajas para al momento de terminar soltar un suspiro complacido. — ¡Chayanne! — Llamo la atención de su hijo que estaba detrás de la caja registradora. — ¿Podrías barrer mientras voy a dejar estás cajas al almacén de atrás? — Al obtener una respuesta afirmativa sonrió — Enseguida vuelvo patito, te juro que no tardo
.
Así Missa dejando un suave beso en la frente de Chayanne se fue caminando en dirección al dichoso almacén para poder dejar las cajas. Chayanne agarro la escoba que estaba en la esquina para poder empezar a barrer toda la tienda mientras se escuchaba de fondo como la lluvia empezaba a caer golpeando de momentos las ventanas.

A un momento Chayanne se detuvo cerca de la ventana para apreciar la vista al exterior, montones de charcos de lodo se veían, la lluvia caía con más fuerza y las personas del pueblo salían corriendo a refugiarse.

La lluvia empeoraba pero no tanto para ser grave.

No supo que tan absorto quedó Chayanne mirando la ventana que ni cuenta se dió cuando su papá Missa se acercó lentamente hasta él para lugar abrazarlo de imprevisto sacándole un susto al niño haciendo sonreír en respuesta el mayor.

— Tranquilo patito soy yo — Río Missa al notar la mueca en la cara de Chayanne por lo que le empezó a dar varios besos en sus mejillas sacándole risas a su hijo — ¿Que tanto estabas mirando a la ventana? — Pregunto Missa una vez dejo a Chayanne en el suelo para luego observar a la ventana una vez que le señalo con su dedo notando como las gotas de lluvia seguían golpeando.

Ahora tanto padre como hijo se quedaron viendo con total atención como las gotas golpeaban la ventana y hacían su recorrido hasta perderse en el borde de la ventana.

— Hace mucho no veíamos una lluvia así — Hablo Missa obteniendo una respuesta afirmativa de Chayanne.

Fue un momento de calma escuchar la lluvia de afuera hasta que de imprevisto un fuerte relámpago se escuchó sacándole un susto tanto a Missa como a  Chayanne y haciéndolos gritar al ver que por ese trueno ocasionó que las luces de la tienda se apagarán.

Ya no había electricidad.

Y la lluvia empeoro está vez.

— Ay chingadamadre — Insulto en susurro Missa mientras empezó a caminar hasta la parte de atras de la tienda donde tenía la caja de la electricidad para bajar los interruptores y volver a subirlos consiguiendo que saltarán chispas haciéndolo retroceder hasta que dejó de soltar chispas para poder apagarlo. Definitivamente el relámpago había ocasionado que la electricidad se fuera y estropeó los fusibles.

Si los volvió a subir no quería que se ocasionará un incendió.
Definitivamente necesitaba repararlos.

Pero estando la lluvia así sería peligroso repararlos.

Missa suspiro derrotado mientras volvía a dónde se había quedado Chayanne viendo que tenía una expresión preocupada por lo que le dió una sonrisa para tranquilizarlo.

— Dos noticias — Empezó — No tenemos ya luz hasta que consiga quien lo repare — Obtuvo una mueca de Chayanne — Y la otra es que al menos no se incidió nada tenemos una victoria para nosotros — Vio como solo la mueca de Chayanne aumentaba haciendo reír a Missa y le revolvía el cabello. — Vamos Chayanne, al menos estamos bien, aunque sin luz no podemos vender nada — Esta vez a Missa se le formó una pequeña mueca — Supongo que tendremos que cerrar tempr-...

Crown of petuniasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora