16

130 32 16
                                    

D-12

No teníamos ningún avance. Durante aquella fiesta ambos habíamos logrado poner en orden un par de frases antes de que todo se volviera borroso y sin sentido. Sabía dos cosas para el final de la noche, era mi turno de entrar en el sótano y Seokjin besaba bien.

*

La cama debajo de mi era demasiado cómoda. Claramente no estaba en mi habitación. Borrones de la noche pasada asaltaron mi cerebro y generaron el peor dolor de cabeza. No quería abrir los ojos.

Una alarma atacó sin piedad nuestros oídos, Seokjin se removió entre las sábanas. Los dos como locos buscábamos el aparato que nos estaba por hacer estallar la cabeza. Milagrosamente lo encontró él primero, el silencio nos abordó de golpe.

—Voy por aspirinas. —aviso dejando la cama.

Me abstuve de quejarme y abrí los ojos a la fuerza, el teléfono no había quedado lejos de mí mano, al tomarlo lo acerqué y me costó más de unos pocos segundos enfocar la vista.

7:06 a.m.

Si por mi hubiera sido me abría estancando en la cama por el resto del día. O al menos hasta que mi cabeza dejara de querer estallar, quería acurrucarme contra las sábanas y cubrirme la cara con las almohadas.

—Ten. —Seokjin fue más rápido que mis pensamientos. Dos pastillas fueron colocadas en la palma de mi mano. Como pude logré llevarlas a mi boca, Seokjin no tardó en pasarme un vaso con agua.

Se sintió como la gloria. El agua refrescó mi garganta, que hasta ese momento no había sentido tan seca.

—Me daré un ducha rápida. Puedes tomar una en el otro cuarto si quieres. —dijo dejando la cama de nuevo y buscando ropa en su armario.

Un sonido ahogado salió de mi como respuesta.

Una vez que escuché el agua caer junté todas las fuerzas de mi cuerpo y me senté en la cama. El sol iluminaba tanto la habitación que sentí me que me quemaba la vista. Me tome un minuto entero para acostumbrarme, salí de cama entonces. Había dormido como un muerto, lo sabía, porque era la única forma que pudiera dormir con mis pantalones puestos.

No quería seguir pensando en la noche anterior. Cualquier atisbo de hacer chistes o tomarlo de la mejor manera parecía haber desaparecido de mi sistema tal cual había llegado. Respire profundamente intentado prepararme para lo que se avecinaba. Tendría que volver a entrar en el sótano.

Me moví por el departamento y haciéndole caso a Seokjin me metí al baño. El agua fría fue el primer contacto del día que me hizo despertar completamente. Agaché la cabeza y dejé que el agua cubriera mi cuerpo. Mi cabello ya cubría mis ojos de lo largo que estaba.

Me quedé quieto unos minutos dejando que el sonido del agua contra mi cuerpo fuera lo único invadiéndome.

Alce de nuevo la cabeza, cerré los ojos y recibí el agua contra mi rostro. Dejé de respirar unos segundos hasta que se hizo necesidad tomar aire.

*
*

Seokjin me había dejado algo de ropa sobre la cama. Agradecí mentalmente, ya que la mía no estaba en buenas condiciones. El olor dejaba claro que algunas bebidas habían terminando sobré mi.

La playera de Seokjin me quedaba solo un poco grande aunque los pantalones eran otra historia.

—¿Quieres comer algo? —estaba ya bien vestido. Pantalones negros, camisa a rayas.

—No. Pero apreciaría un café. Por favor. —pedi con voz baja. No estaba seguro de soportar mi propia voz en decibeles más altos.

—Claro. —sirvió una taza grande y me la pasó sobre la barra de la cocina.

La biblioteca del señor Kim Donde viven las historias. Descúbrelo ahora