¿Una Ultima Oportunidad? (omegaverse)

17. A salvo

Toga comenzó a reír malicia con una expresión siniestra. - No tan rápido, Bakugo. Tienes que pagar por tu traición hacia mí. Y qué mejor manera de hacerlo que ver a tu querido omega sufrir.

-Baja el arma – hablo un guardia de seguridad quien se acercó con cautela, tratando de calmar la situación. Toga, sin embargo, estaba demasiado enfrascada en su venganza como para escuchar razón. Mantenía la navaja firmemente contra el cuello de Izuku, quien estaba paralizado por el miedo.

- Toga, esto no te llevará a nada bueno. Baja el arma y podemos resolver esto sin que nadie salga herido – hablo Mirio intentando crear una brecha.

- Toga, suéltalo ahora mismo. Si le haces daño, no habrá lugar en este mundo donde puedas esconderte de mí – amenazó Bakugo

- No me subestimes, Bakugo. Estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario para conseguir lo que quiero.

- Por favor, Toga, - Hablo Mirio levantando ambas manos en señal de paz – Libéralo y te prometo que te ayudare a que tu condena no sea tan alta

Toga reía de manera desquiciada, - ¡Cállate, Mirio! ¡Esto no es asunto tuyo! -gritó, presionando la navaja aún más contra la piel de Izuku, haciendo que una gota de sangre apareciera y el omega soltó un quejido.

Bakugo tomó una respiración profunda, intentando mantener la calma a pesar de la ira y la preocupación que sentía. – Toga, tu ganas, quieres que sea tu Alfa lo seré, pero suéltalo por favor y tú y yo nos iremos.

-¿Cómo sé que no me traicionaras?

-Porque es lo que deseas, ¿No?, que yo te haga caso, que sea tu alfa, bueno se mi pareja – Estaba intentando no vomitar de lo que estaba diciendo, pero sabía que tenía que mantener la mentira para salvar a Izuku.

- Bakugo, no puedes hacer esto, ella es una criminal, no puedes ceder ante sus amenazas – intervenía Mirio, tratando de persuadir a Bakugo.

-No tengo otra opción. Desde un inicio debí proteger a Izuku, y no puedo permitir que le sigan haciendo daño, y si esto lo protege mi sacrificio vale la pena, Mirio solo te pido que lo cuides y lo protejas como yo debí haberlo hecho– respondió Bakugo.

Toga sonrió triunfante ante la respuesta de Bakugo, pero antes de que pudiera decir algo más, un grito resonó en la habitación.

-¡CUIDADO! – Ochaco había gritado, realmente no había peligro, pero quería ayudar de alguna manera.

Toga se distrajo también al escuchar el grito de Ochaco, oportunidad que aprovecho Mirio en abalanzarse sobre Toga, empujar a Izuku y forcejear con ella hasta quitarle la navaja, una vez que logro quitarle la navaja e inmovilizarla, los guardias de seguridad se acercaron para esposarla al mismo tiempo Bakugo corrió hacia Izuku, quien estaba temblando y asustado, lo abrazó con fuerza, aliviado de verlo a salvo.

-Tranquilo amor, estas a salvo – susurro al oído del omega, Izuku abrazo con fuerza a su Alfa como si su vida dependiera de eso. Katsuki dejo salir su aroma para marcar a su omega, e Izuku se dejó ser, realmente extrañaba el aroma de su alfa.

-NO, SUELTENME – vociferaba Toga intentando zafarse del agarre de los guardias, Mirio se interpuso entre ella e Izuku, aunque realmente no había esa necesidad, dejaría en claro que nadie se metería con su hermano – DEBI ACABAR CONTIGO ESE DIA EN LUGAR DE MANDARTE LA ESTUPIDA CARTA.

La revelación de la carta hizo que Mirio casi perdiera la cordura en ese momento. Solo se acercó a ella – Me asegurare que nunca salgas de prisión, no volverás a hacerle daño a nadie y mucho menos a MI hermano, ¿acaso no sabes quién es mi padre?, bueno dentro de poco lo sabrás.