13. Camino a la redención

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Para Izuku las cosas eran muy similares, aunque ya estaba en casa, aun no podía moverse mucho por la lesión en su abdomen, por lo que seguía en cama, estar en su habitación le costaba mucho pues había cosas que le pertenecían a Katsuki y el aroma de este estaba presente.

Lloraba todas las noches pues lo extrañaba y se aferraba a un peluche en forma de granada que le daba algo de consuelo. Sus padres estaban preocupados por él, pero respetaban su deseo de mantener su distancia de Bakugo y de no hablar del tema.

Estaba recostado en su cama intentando leer un libro buscando distraer sus pensamientos, su omega seguía lastimada, pero a la vez buscaba el consuelo de su Alfa. Quería creer en sus palabras que estaba realmente arrepentido y que las cosas no sucederían otra vez, pero durante el tiempo en la universidad, solo recibió malos tratos y por todas las veces que le había dicho a Kacchan que se sentía inseguro y que lo atacaban constantemente.

Jamás notó el cambio de actitud que comenzó a tener, como dejo de sonreír y se volvió más reservado y distante. Recordaba cómo intentó ignorar las señales de alarma, convenciéndose a sí mismo de que todo estaba bien, de que era solo su imaginación tal y como le decía Bakugo. Pero ahora, en la tranquilidad de su habitación, no podía evitar enfrentarse a la verdad: su relación con Bakugo estaba rota y no sabía si alguna vez podría repararse.

La puerta de la habitación sonó, intento poner buena cara y respondió con un suave "adelante". Shoto y Hitoshi se asomaron y entraron a la habitación.

-Hola, Zuzu, sé que estas pasando por un momento difícil, así que Hitoshi y yo decidimos venir a hacerte compañía un rato. ¿Cómo te sientes? - preguntó Shoto con amabilidad.

- Gracias, chicos. Realmente aprecio que estén aquí para mí. Me siento... confundido, supongo. Todavía estoy tratando de procesar todo lo que ha pasado. - Respondió sinceramente.

Shinso se sentó en la cama junto a Izuku, mientras Shoto tomaba asiento en una silla cercana.

- Entendemos que estés pasando por un momento difícil. Lo que sucedió fue terrible, pero no estás solo en esto. Mas que amigos somos la familia que elegimos, si uno se cae los otros lo levantan – comento Hitoshi poniendo una mano en la espalda del omega.

-Exactamente, Izuku. Estamos aquí para apoyarte en lo que necesites. – Agrego Shoto

- ¿Quieres hablar de eso? – preguntó Shinso.

Izuku iba a hablar, pero su llanto le ganó, comenzó a llorar y se refugió los brazos de Shinso. Los dos Alfas lo rodearon con cuidado, ofreciéndole consuelo mientras dejaba salir todas sus emociones. Tal vez Izuku necesitaba más el aroma de un omega, pero ellos eran sus hermanos, su manada por lo que también era su lugar seguro.

Katsuki se mudó permanentemente con Kirishima, a Mina no parecía importarle ya no tener tanto tiempo con su Alfa con tal de ayudar a su amigo, había pasado un mes, donde el cenizo estaba yendo a terapia, se alejó de todos esos tóxicos que le nublaron la vista.

Había ido con todos los equipos de atletismo en el que estaba y renuncio a cada uno, pero su terapeuta le recomendó elegir uno, así que se quedó con el equipo de natación, después de todo era un deporte individual, tenía terapia tres veces por semana.

La puerta de su habitación fue abierta, ya que le había pedido a Eijiro que nunca tocara que siempre pasara e invadiera su espacio, que lo necesitaba.

-Buenos dias, Kats,- saludo el pelirrojo – el desayuno ya está, vamos o se te hará tarde para ir con la terapeuta.

Bakugo asintió terminando de acomodar su camisa, estaba realmente agradecido por su red de apoyo

-Gracias Kiri, voy enseguida – respondió con una pequeña sonrisa, que no era normal en él.

Era curioso de aquel Alfa que era orgulloso y se veía impotente ahora solo quedaban la sombra de lo que fue, por lo menos de momento. Terminaron de desayunar y Eijiro lo acompaño a la clínica donde estaba su terapeuta.

-Buen día, Katsuki – saludó su terapeuta era una mujer de cabello purpura oscuro, ojos azules, siempre usaba unos lentes. - ¿Cómo te encuentras hoy?

- Buen día. Me siento un poco mejor que ayer, supongo – respondió de manera triste – intento trabajar en mis problemas emocionales y descubrir donde fueron mis primeros fallos para trabajar en ellos, pero... - se quedó callado no sabía bien que debería decir.

La terapeuta sonrió de manera tranquila y comentó - Es un buen comienzo, Katsuki. Reconocer tus errores y estar dispuesto a trabajar en ellos es un paso importante hacia la curación. ¿Has tenido algún avance desde nuestra última sesión?

-Creo que he estado reflexionando mucho sobre mi relación con Izuku y cómo he contribuido a su dolor. Me di cuenta de que he sido demasiado egoísta y descuidado en el pasado, y eso me llevó a herir a la persona que más amo. - admitió, con pesar en su voz.

-Bien, Katsuki por lo que veo has avanzado mucho, pero me gustaría hablar contigo respecto a un tema, ¿Lo podemos intentar?

Bakugo no respondió simplemente espero a que la terapeuta hablara.

- ¿Quién es Izuku Midoriya para ti?, ¿Crees que me puedas hablar más de él?, además quiero que pienses en qué momento comenzaste a ser indiferente con las necesidades de tu omega.

Bakugo dirigió su mirada al suelo, intentando encontrar las palabras adecuadas del cumulo de emociones.

- Izuku... él es todo para mí, es mi omega, mi pareja, mi compañero de vida. Desde que éramos niños, siempre ha estado a mi lado, apoyándome y creyendo en mí incluso cuando yo mismo no lo hacía. Es la persona que me ha mostrado el verdadero significado del amor y la compasión, y no puedo imaginar mi vida sin él.

El peso de sus palabras lo estaban abrumando, era demasiada la carga emocional que tenía en ese momento.

- Pero... también sé que he sido egoísta y descuidado con él en el pasado. He estado tan enfocado en mis propios deseos y ambiciones que he descuidado sus necesidades y sentimientos. Me doy cuenta de que empecé a ser indiferente hacia él cuando comenzamos la universidad. Me dejé llevar por la popularidad, antes de la universidad, nuestro círculo de amigos era pequeño, cuando entramos aquí y cada quien, en una facultad diferente, muchos vieron en mi un Alfa de gran porte, poderoso, un excelente estudiante y un gran atleta – suspiro recordando

La terapeuta asintió mientras escuchaba atentamente las palabras del Alfa y tomaba notas de manera disimulada, espero a que continuara.

-La primera vez que me dijo que estaba siendo acosado por unos omegas que le habían comentado que ellos eran más dignos de estar con un Alfa como yo que él. Fue cuando lo comencé a minimizar, pensé que solo eran celos al ver como yo continuaba siendo popular y teniendo éxito. No le di la atención y el apoyo que necesitaba en ese momento, y lo lamento profundamente. A medida que pasaba el tiempo, me volví más indiferente hacia sus sentimientos y necesidades, centrando mi atención en mi propia imagen y reputación en lugar de en él. Me arrepiento de haberlo lastimado de esa manera y desearía poder retroceder en el tiempo y corregir mis errores. – No se dio cuenta cuando comenzó a derramar lágrimas silenciosas.

-Katsuki, reconocer tus errores y sentir remordimiento es un gran paso hacia la sanación y el crecimiento personal. Ahora que eres consciente de cómo tu comportamiento afectó a Izuku, puedes trabajar en mejorar y enmendar esos errores. Es importante que te perdones a ti mismo, en eso nos enfocaremos en las siguientes sesiones.

Luego de seguir hablando sobre los temas relacionados al hecho de perdonarse a sí mismo, la sesión termino con Bakugo sintiéndose más ligero, veía una luz al final del túnel, aunque aún tenía mucho que recorrer.

¿Una Ultima Oportunidad? (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora