Con el corazón aún palpitante por la intensidad del momento. La línea entre la actuación y la verdad se había difuminado, y ahora, en la intimidad del jardín, la posibilidad de algo más profundo parecía florecer como las rosas a su alrededor.
- "Eso fue... más real de lo que esperaba."
"Deberías seguir practicando pero en un lugar más... Privado."
La sugerencia de Wednesday resonó en Enid con una mezcla de ansiedad y anticipación y nerviosismo. La idea de estar a solas con Wednesday, lejos de las miradas curiosas de la Mansión Addams, era tanto aterradora como emocionante.
- "¿Privado? ¿Y dónde sugieres que practiquemos?"
- "Mi habitación. Es el único lugar donde podemos estar seguras de que nadie nos interrumpirá."
La invitación era clara y Enid no pudo evitar el rápido latido de su corazón. Siguiendo a Wednesday a través de los pasillos oscuros y silenciosos, cada paso parecía llevarla más profundamente a un mundo desconocido, un lugar donde las reglas del exterior no aplicaban.
- "Tu habitación... nunca pensé que terminaría aquí contigo."
- "Hay muchas cosas que nunca pensaste que harías. Y sin embargo, aquí estás."
Al llegar a la habitación de Wednesday, Enid se detuvo en la puerta, tomando un momento para calmar su respiración.
- "Es... diferente a lo que imaginé." confesó Enid
- "La gente suele decir eso. Pero no te preocupes, no hay nada que temer aquí."
- ¿Acostumbras traer gente aquí seguido? "- preguntó Enid con una clara pizca de celos
Wednesday solo sonrió con malicia como respuesta y cerró la puerta detrás de ellas, y el sonido sordo pareció sellar su destino. Enid se volvió hacia Wednesday, sus ojos buscando los de la otra chica para saber qué hacer.
- "Entonces, ¿cómo se supone que practiquemos esto?"
- "Simplemente dejate llevar, como antes. Pero esta vez, intenta no pensar demasiado." respondió Wednesday
En la privacidad de la habitación, comenzaron a "practicar". Los besos eran cautelosos al principio, exploratorios, tímidos, pero con cada roce, se volvían más seguros, más profundos.
Las manos de Wednesday se deslizaron por la espalda de Enid, acariciando su piel con una suavidad inesperada. Enid suspiró, arqueando su cuerpo hacia la otra, buscando más.
Los labios de Wednesday se movieron por el cuello de Enid, dejando un rastro de besos calientes y húmedos, gimió suavemente, sintiendo como el deseo se apoderaba de ella.
De repente, un ruido en la ventana las sobresaltó. Un bulto negro se movía en la oscuridad, observándolas. Wednesday, sin perder la calma, se acercó a la ventana y corrió las cortinas, ocultándolas de la vista del intruso.
- "No te preocupes, solo era un cuervo." dijo Wednesday con una sonrisa traviesa.
Enid se acercó a ella, sus ojos brillando con una nueva determinación.
- "No me importa si nos ven," susurró, "esto se siente bien."
Y con esa declaración, se fundieron en un beso apasionado, sus lenguas bailando entre sí, sus cuerpos presionados con ardor.
Las manos de Enid se enredaron en el cabello de Wednesday, mientras que las de ella exploraban la espalda de Enid, desabotonando su camisa con una destreza nacida del deseo.
La ropa comenzó a caer al suelo, dejando sus cuerpos expuestos a la luz de la luna. La tensión sexual en la habitación era simplemente electrizante.
Enid se inclinó hacia atrás, apoyándose en la pared, mientras que Wednesday se arrodillaba frente a ella, besando su abdomen con una reverencia sensual.