Enid es un torbellino de emociones. Su naturaleza extrovertida y su corazón abierto la hacen vulnerable a las montañas rusas emocionales. Ama con pasión y sin reservas, pero esa misma intensidad la hace susceptible al miedo y la inseguridad. Se preocupa por cómo la perciben los demás, especialmente Wednesday. Aunque trata de mantenerse optimista, la distancia y la frialdad ocasional de Wednesday pueden hacer que se sienta desconectada y ansiosa.
Wednesday es el polo opuesto. Su mundo interior es un lago profundo y tranquilo, donde las emociones se agitan bajo la superficie, rara vez perturbando la calma exterior. Ella siente profundamente, pero expresa poco, protegiendo su vulnerabilidad detrás de muros de compostura y control. La presencia de Enid en su vida ha comenzado a erosionar esos muros, y aunque le asusta lo que pueda encontrar detrás de ellos, también está intrigada por la posibilidad de una conexión genuina.
El invierno había cubierto todo con su manto blanco y silencioso, y con él, las vacaciones que separarían a Enid y Wednesday por meses. La relación entre ellas era un secreto compartido, un susurro en la oscuridad que solo ellas conocían. Enid, con su corazón inquieto, anhelaba palabras de afecto, una confirmación audible de los sentimientos de Wednesday. Pero Wednesday, siempre serena y segura, no encontraba necesario expresar con palabras lo que para ella era evidente en sus acciones.
Enid
El invierno llegó de golpe, como siempre, sin avisar. Y con él, las vacaciones. Eso significa que Wednesday y yo vamos a estar separadas por un buen rato. No es que no pueda manejarlo, pero... no sé, cada vez que pienso en la inminente despedida, siento un vacío. Quiero escucharla decir "te extrañaré", quiero saber que siente lo mismo que yo. Pero Wednesday es un enigma, su frialdad me desconcierta a veces. No entiendo cómo puede estar tan tranquila.
"Quizás podrías venir a mi casa durante las vacaciones," le sugiero con un hilo de esperanza, imaginando que la cercanía física podría disipar mis dudas.
Wednesday me mira con esos ojos profundos que parecen ver más allá de lo que muestro. "No es necesario," dice con calma. "El tiempo pasa rápido, y pronto estaremos juntas de nuevo."
Claro, claro," digo, aunque una parte de mí quería una respuesta diferente. "Solo pensé que sería lindo, ya sabes. Pero entiendo, no hay problema.
Wednesday
Observo a Enid, con su energía inagotable y su manera despreocupada de ver la vida. Aprecio su invitación, pero no veo la necesidad.
Entiendo las inseguridades de Enid, pero para mí, las palabras son superfluas. Lo que siento por ella es una constante, como las estrellas en el cielo nocturno, siempre presentes, incluso cuando no se ven. No necesito decir "te extraño" para que sea verdad. Sin embargo, veo la ansiedad en sus ojos, y una parte de mí desea poder darle esa seguridad que tanto necesita.
El tiempo, implacable en su marcha, llevó a las jóvenes a sus respectivos destinos de vacaciones. Enid, en su hogar, rodeada de familia y viejos amigos, no podía evitar sentir la ausencia de Wednesday. Las risas y las charlas no llenaban el espacio que su novia había dejado. Mientras tanto, Wednesday, en la soledad de su habitación, reflexionaba sobre la relación. Aunque no lo expresara, la falta de Enid era una sombra en su rutina diaria.
La distancia era un desafío, una prueba de fuego para su joven amor, era la primera vez que se separaban desde que comenzaron su romance. Enid, con cada día que pasaba, se preguntaba si Wednesday pensaría en ella. Wednesday, por su parte, mantenía su compostura, pero en la quietud de la noche, permitía que su mente vagara hacia Enid, hacia los recuerdos de sus momentos juntas.
Finalmente, una noche, el teléfono de Enid sonó, y la voz de Wednesday llegó a través de la línea, cálida y firme. "Te extraño," dijo, y esas palabras, aunque tardías, eran el bálsamo que Enid necesitaba. No porque dudara del amor de Wednesday, sino porque a veces, solo a veces, las palabras tienen el poder de hacer real lo que el corazón ya sabe.