Capítulo XII.

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Betty ya cumplió ocho meses y dos semanas de embarazo, hacia siete días había tenido consulta y todo iba muy bien, ya tenían lista la cuna que don Hermes le arregló, la que fue de Betty, que era de latón dorado, y que con el paso de los años ya estaba desgastada la pintura, así que la lijó, la pintó y quedó muy bien, le compró el colchón con la ayuda de Nicolás y unos pocos ahorros que tenía él, y doña Julia hizo la ropa de cuna, tenían los cajones llenos de ropa y cosas que le fueron llegando de Cata y doña Margarita, ya estaba todo listo.

Cuando Betty fue al baño es mañana, vio una pequeña mancha de sangre en su ropa interior y había tenido molestias en la cadera y vientre que iban y venían, pero no dijo nada, estaba bañándose y sintió una molestia como un toque eléctrico en el vientre y cintura. Doña Julia, le dijo que tenía que ir al mercado que no tardaba, don Hermes, estaba en la calle platicando con un vecino. Así que estaba sola, salió de bañarse, se cambió y de pronto sintió un dolor más fuerte, y otro y así seguidos, ya duraban más y se asustó, iba llamar a Cata cuando sintió que le salía un líquido y mojaba toda su ropa, se revisó pero no era sangre era como agua... en ese momento sonó el timbre de su casa, pensó que era doña Eugenia, que iba cada día a llevarles pan, y fue rápido a abrir, y cuando abrió la puerta se quedó impactada al ver esa figura que ella adoraba, era... ¡¡Armando Mendoza!!... Quién se cansó que no quisiera verlo y decidió que la buscaría, esta vez no se iba a ir sin hablar con ella. El tiempo del parto estaba próximo y quería ponerse de acuerdo, respecto al nacimiento de su hija, pero no imaginaba que llegó justo en el momento indicado.

Se miraron muy sorprendidos...

- BETTY... mi amor.

-¡¡Armando!! ayúdame por favor, necesito ir al hospital ya mismo. Ahí en el sillón hay una bolsa rosa tráemela y vámonos. -dijo asustada y muy nerviosa ante su posible parto-

-¿ya viene nuestro bebé?... -dijo emocionado-

- sí ya va a nacer, apúrate por favor.... -Armando no puede creer nada, esta tan sorprendido que no reacciona y se queda en estado catatónico.

Aggghhh -se queja Betty- ayúdame Armando, debo llamar a mi doctor. ARMANDOOO -grita desesperada, ante la pasividad de él que se quedó congelado.-Y entonces es cuando reacciona, entra apresurado toma la bolsa y el teléfono que le entrega-

Ella marca un número y la oye.

- doctor ya se rompió la fuente hace cinco minutos.... Si van y vienen... ya voy para allá gracias.

- Armando llévame al hospital por favor.

-¡Betty estás muy mojada!...

-se me rompió la fuente y el doctor me dijo que la bebé no debe estar mucho tiempo sin el líquido amniótico, que debo ir ya. Ella abre la puerta y salen, él la toma del brazo, le abre la puerta de su auto y la ayuda a subir en el asiento del copiloto, la acomoda le pone el cinturón, y se sube él muy nervioso, su hija iba a nacer...

- Aghhhh duele, -ahí viene mi mamá- Betty baja el vidrio de la ventanilla, y le habla a su mamá.

-mamá venga ya se me rompió la fuente, vamos al hospital, ¡ande súbase!

- ¡BETTY COMO ASI!... mija solo dejo las cosas, ¿ya trae la bolsa con todo?...

- ya mamá, ahhh vámonos Armando -grita desesperada-

Doña Julia entra a su casa corriendo, deja las cosas que trae y escribe una nota a don Hermes y sale apresuradamente-

Armando va rápido y llegan al hospital que le indicó Betty... baja abre la puerta y le da la mano para que baje, él la toma por la cintura, le ve su vientre muy abultado y ella se queja de dolor, y ya la espera la enfermera que la ha atendido junto con el doctor.

MI BECARIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora