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Ya te vas a mejorar.

Le decían y nunca se mejoró.















































Al amanecer, ambos despertaron juntos en la cama, se dieron un besito de buenos días.

Fueron al comedor para desayunar algo, y después volvieron al dormitorio. Riki sentía que debía contarle algo.

—Alvin, debo decirte...

Hasta que la puerta fue abierta estrepitosamente. Interrumpiendo lo que quería decir el de lentes.

¿No podían tener un momento de privacidad?

¿Acaso no conocen lo qué es llamar a la puerta?

—¡Te dije que estaban aquí! —exclamó el del ojo desviado —¿Ya sois pareja o nah?

—¿¡La de tocar la puerta te la sabes?! —se molestó Riki.

—La de tocarmela sí, la puerta depende —fue la respuesta del mayor.

Pero este fue golpeado en la cabeza suavemente por Tavella, haciéndolo callar.

Topo contuvo una risa.

—Vinimos para ver si-si queríais jugar —dijo Marre con juegos de mesas perfectos para jugar los 6.

Riki solo miró a Alvin, este parecía emocionado entonces asintió.

—Va, juguemos —dijo Alvin con una sonrisa.

Topo aplaudió emocionado y todos se acomodaron en cada parte de la habitación.

El cuarto se inundó de risas y carcajadas, quejas y reproches por las normas del juego. Cualquiera que pasará, podía escuchar las discusiones y risas de los muchachos en el cuarto. Alvin y Marre eran más tranquilos a comparación, pero igual seguían divirtiéndose todos.

—¡Riki! ¡Qué así no se juega! —reprochó Roberto.

—Cállate, ¡no sabes jugar! —respondió de vuelta el mencionado.

—Lee las normas un momento. ¡Léelas!

—¡Yo no lo jugaba así!

—¡Es tu primera vez jugando a esto!

La discusión entre los hermanos era una escena cómica, el ambiente acogedor, todos se reían y se divertían.

—Topo, no podés hacer eso —dijo Riki.

—Ay perdón :( —puso una cara triste el menor.

—Ey no le digas eso al pobre —se enojo Roberto.

—Ah, ¡claro a él no le dices nada!

Alvin soltaba risas por esos momentos, de vez en cuando miraba a Riki, era tan lindo, lo amaba mucho. A él y a todos. Estaba tan feliz ahora mismo, nunca pensó que sentiría algo así.

Pero se hizo tarde, ya iba a empezar las sesiones de muchos, así que era la hora de recoger.

La hora de ordenar y recogerlo todo.

Casi todos se fueron inmediatamente para evitar limpiar todo el desorden, dejando a Riki y Alvin para recoger.

Qué hijos de puta.

Aunque después se quedó Topo y decidió ayudarlos a recoger, pues él sabía donde había que guardarlo después.

Todos estaban en silencio, pero en un silencio cómodo. No fue hasta que Alvin interrumpió, pues recordó que el de rulos había sido interrumpido al principio por lo que quería decir.

—Riki, antes me querías decir algo, ¿no?

—Ah, eso... este ya te lo diré después, no te preocupes —fue su respuesta.

Pero ese después nunca llegaría. Nunca llegó.

Topo solo los miro confundido.

—Entonces.. ¿ya sois pareja? —preguntó el antes mencionado pelo lacio.

—Esto responderá a tu pregunta.

Respondió Alvin y le dio un beso a Riki, sin avisar.

—Atrevido... —murmuró Riki con la cara roja.

—¡Ayyyy que lindos que sois! —expresó Topo con una cara de alegría.

El internado | Cuarteto de Nos | ALVIKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora