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Alejandro lo llevó hacia su nueva habitación. Era una habitación común y corriente, este le dijo que podía personalizarlo como quisiera. Después de eso, se fue por un papeleo que debía hacer.

Álvaro salió después de él, quería explorar el lugar. Recorriendo por los pasillos y viendo las habitaciones, dormitorios, otros de recuperación. Comedores, bibliotecas... Un poco de todo.

"¿Dónde estoy?"

Se preguntó a si mismo, empezando a desesperarse.

No podría creerlo.

Se perdió.

Entró en pánico, mirando los alrededores, corriendo por los pasillos, yendo por donde recordaba. Intentando dar por el camino que fue.

Era inútil, por más que intentara, no podía recordar.

Se desesperó.





























Hey, niño bonito.

Logró escuchar una voz.

Se asustó y giró hacia la dirección de esta.

—¿Estás perdido? —agregó, este también tenía rulos pero llevaba lentes, acercándose hacia él.



















—¿Quién eres?

—Tú debes de ser el niño nuevo.

—¿Ahora para todos soy el niño nuevo?

—Todos hablan de ti, del supuesto chico nuevo.

—¿Y cómo me lo debo de tomar? ¿Bien o mal?

—Bueno, pocas veces se integran personas nuevas aquí, que yo sepa la última persona fue hace 3 años, Marre, ya lo conocerás después.

—¿Después?

—Ven, sígueme.

—¿Adónde vamos?

—A besarnos seguramente —Álvaro se quedó callado, algo incómodo —es broma, solo sígueme.

El más bajo corrió para alcanzar su paso.

—¿Cómo te llamas? Niño bonito.

—No me llames niño bonito.

—¿Entonces cómo quieres que te llame? ¿Enano?

—Mi nombre es Álvaro... Álvaro Pintos.

—Es un nombre muy largo, no me gusta... Te voy a llamar... Alvin.

—¿Alvin? —se cuestionó y se puso a pensarlo, miraba fijamente al suelo.

—Exacto, como la ardilla, qué raro, se supone que son machos y sin duda se llaman "las ardillas", el español tiene una manía de algunos animales nombrarlos macho y hembra, como las hormigas, ¿qué son todas hembras? Es como... Alvin y LAS ardillAS, y después está "gato" y "gata", no me imagino a un gringo aprendiendo espa-

—Me gusta el apodo de Alvin —lo interrumpió, estaba tan metido en sus pensamientos que no escuchó lo que le decía —¿y vos como te llamás?

—Ah, yo me llamó Riki, bueno en verdad es un apodo, como Alvin. Ya verás como acá todos nos llamamos por apodos.

—¿Acá?

Y después de subir escaleras y caminar, se encontraron con una puerta, un poco vieja, que daba entrada a una...

¿Biblioteca? —leyó Alvin un letrero algo suelto.

—Así es, es una biblioteca medio abandonada, pero uno de nosotros tomó la llave y nos escondemos aquí.

Dijo Riki y abrió las dos puertas, dando paso a Alvin a ver unas caras reconocidas.

Ahí estaban, 2 de los 3 muchachos que vio en el incidente de la ventana.

—Che, ¿Tavella aún no regresa? —preguntó Riki.

—Aún es-es temprano, regresará dentro de nad-da.

—¿Ese de ahí es el nuevo? —preguntó el del pelo lacio con lentes que vio antes.

El internado | Cuarteto de Nos | ALVIKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora