Capítulo 3

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Tay se rió entre dientes mientras salía de la cocina y se encontró frente a frente con New en una habitación llena de vampiros. Su pequeño anamchara era tan feroz. Probablemente conseguiría que los vampiros le patearan el culo, pero él tenía el espíritu de un guerrero.

Envolvió con sus brazos a New y se inclinó para besar un lado de su cuello—. Hola, anamchara. ¿Cómo está tu cabeza?

—Tay—espetó New cuando se volvió y se empujó lejos de los brazos de Tay. Una de sus manos se posó en su cadera. La otra ondeando a la sala llena de vampiros—. ¿Quién diablos son todas estas personas, y qué jodidos están haciendo en mi apartamento?

Tay gruñó ante el veneno que goteaba de New. Él estaba a punto de recordarle a New su lugar cuando vio el miedo que acechaba en silencio en los ojos de New. Su corazón se derritió al instante. Su anamchara tenía miedo, y, obviamente, se convertía en un insoportable cuando él tenía miedo. Tay sólo tendría que asegurarse de que New no tuviera miedo o lo palearía en el culo.

—Ellos son simplemente algunos de mi tribu que han venido para ayudar a empacar tus cosas—Tay llegó a New, jalando al hombre de vuelta a sus brazos—. Cálmate, anamchara—susurró en voz baja contra la sien de New—. No te harán daño.

—Tay, qué...—la confusión se mezclaba con el miedo en los ojos de New cuando miró a Tay—. ¿Por qué están empacando mis cosas?

Tay pasó los nudillos por la pálida mejilla de New—. Ya te he dicho que me haría cargo de todo, anamchara.

—¿Así que estás empacando mis cosas?

Tay no pudo evitar sonreír ante la indignación en la voz de New—. Sí.

New frunció el ceño—. ¿Por qué?

—New, tu apartamento es muy bonito, pero no es lo suficientemente grande.

New miró a su alrededor por un momento antes de volver su mirada a Tay—. ¿Lo suficientemente grande para qué?

—Para mi tribu.

—¿Tu tribu?—La mandíbula de New cayó—. ¿Qué diablos tiene que ver tu tribu con mi departamento?

—Bueno, no puedo liderar a mi tribu desde aquí, ¿o podría?—Tay agitó su mano alrededor de la habitación, no entendiendo porqué New no comprendía la situación—. No hay espacio suficiente, New.

Los ojos de New se estrecharon—. No te estás trayendo a tu tribu aquí, Tay.

—Eso es exactamente lo que te he estado diciendo, New. No hay suficiente espacio aquí. Mudarte a mi guarida es una solución mucho mejor.

Tay arqueó una ceja cuando New le pisó el pie.

—No me estás escuchando, Tay.

—He escuchado todas las palabras que has dicho, anamchara.

—Entonces, váyanse por un infierno de mi casa.

Tay apretó los dientes y trató de no dejar salir la ira repentina y abrumadora que se apoderó de él por las palabras de New. Sabía que su anamchara necesitaba un tratamiento especial, pero si él permitía esta falta de respeto frente a los miembros de su tribu, comenzarían a pensar que podrían hacer lo mismo y eso Ilevaría a muchos desafíos. Los desafíos llevaban a que alguien muriera, y Tay no podía permitir eso.

—No olvides tu lugar, Thitipoom.

Las cejas de New se alzaron—. ¿Cómo dices?

—No te olvides de donde estás o con quién estás hablando.

New miró a su alrededor, casi como si estuviera tratando de tranquilizarse ante los que todavía estaban de pie en medio de su apartamento. Cuando volvió a mirar a Tay, él extendió los brazos, gesticulando a la sala a su alrededor.

INDÓCIL | taynewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora