Capítulo 10

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—Oye, bebé—dijo New mientras se dirigía a la oficina de Tay—, tengo que usar el teléfono.

Las cejas de Tay se elevaron a su máximo—. New, puedes utilizar cualquier teléfono que desees. No tienes que pedirme permiso. Tú no eres un prisionero.—El ceño fruncido de Tay oscurecía sus facciones—. Pensé que lo sabías.

New se acercó y se dejó caer en el regazo de Tay, moviéndose hasta que encontró el punto exacto en el que podía sentir la polla dura de Tay presionando contra su culo. En realidad, era el lugar perfecto para estar.

—Lo sé, pero tengo que llamar y reportarme con mi familia. Tenía una especie de esperanza de que pudieras estar allí para esa conversación.—New empezó a alisar los bordes de la camisa de seda de Tay. Él sería el primero en admitir que estaba nervioso acerca de llamar a sus padres—. No les he dicho acerca de nosotros todavía.

—¿Te preocupa que les moleste?

—Si y no.—New se encogió de hombros—. Creo que estarán encantados de que haya encontrado a mi compañero, pero...

—¿Es porque soy un hombre?

Una carcajada salió de los labios de New—. No, ellos saben que soy gay, y no tienen ningún problema con eso.

—¿Es sobre la cosa de vampiros?

—Una vez más, sí y no. Creo que van a estar preocupados hasta que puedan conocerte y ver lo mucho que me amas, pero...

Las cejas de Tay se arquearon—. ¿Crees que te amo, entonces?

—Duh.—New rodó sus ojos—. Yo sé que me amas.

—¿Y cómo llegaste a esa conclusión?

—Si no me amaras, no me asignarías tantos guardaespaldas. Sólo proteges las cosas que te importan, y tú te preocupas por mi.—New miró a Tay a través de sus pestañas. El hombre parecía un poco aturdido. New no podía dejar de preguntarse si Tay sabía que era muy amado también—. Te amo, también.

—¿Estás seguro, New?—Tay susurró—. Sé que el apareamiento es una cosa muy grande para los lobos, pero ¿estás seguro de que no es el vínculo lo que sientes?

Su respuesta parecía ser muy importante para Tay, por lo que New tomó un momento para pensar en ello antes de hablar—. Bueno, yo siento un vínculo contigo. Lo he hecho desde el principio. Es por eso que me fui cuando te molestaste de que fuera un lobo. Sentí que mi alma estaba siendo aplastada.

—Oh, anamchara.—Tay parecía tan contrito—. Sé que no tomé bien la noticia al comienzo. Estaba tan conmocionado. Te juro que ni siquiera me molesta ahora.

New le dio unas palmaditas en el pecho a Tay—. Lo sé.—New sonrió—. Y es por eso que todavía tienes tus pelotas.

—New, tienes que dejar de amenazar con quitarme las pelotas.

—No.—New arrugó la nariz ante Tay—. Te mantiene en línea.

—Sólo porque tengo miedo de que realmente vayas a hacerlo.

—No te preocupes, cariño. Sucede que me gustan donde están.

—Si no te hago enojar—gruñó Tay.

New arqueó una ceja—. Entonces no me hagas enojar.

—New...

New sonrió y comenzó a alisar el tejido que cubría el pecho de Tay de nuevo. No es que la camisa estuviera arrugada, pero a New le gustaba mucho tocar a su compañero—. Ahora bien, como iba diciendo, siento el vínculo contigo. Pero sentir el vínculo de apareamiento no quiere decir que los lobos de forma automática se enamoren de sus parejas. Para eso se necesita un poco más de trabajo.

INDÓCIL | taynewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora