Final

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—Ah, vamos, Bright, es sólo un poco de juego de póker.

—No—gruñó Bright—. Tay te ha prohibido jugar al póker por el próximo mes, y no voy a ir contra los dictados de mi Electus.

New suspiró profundamente y se volcó en el suelo. Estaba aburrido de tener siempre a su amante en la mente. El vampiro se había ido por tres días para una conferencia con los otros Electus. Se suponía que debía estar de vuelta para el fin de semana. No podría ser lo suficientemente pronto para New. Echaba de menos a su compañero algo feroz.

Y él ni siquiera podía ir a jugar al póker para aliviar su aburrimiento. No es que le hubiera afectado tanto el que Tay le hubiera prohibido jugar. Después de la última vez, ninguno de los vampiros en la tribu quería jugar a las cartas con él. Huían cada vez que lo mencionaba.

—¿Qué tal una carrera en el parque?

La cabeza de New se levantó rápidamente.

—¿Una carrera en el parque? ¿En serio?

Bright sonrió mientras sacaba su teléfono y empezó a marcar.

—Déjame llamar a tu unidad de guardia y nos podremos ir.

El lobo rodó los ojos. Debía tener un jodido ejército cada vez que salía, pero era su jodido parque. Tay se lo había dado. No era justo que tuviera que ser vigilado mientras corría.

—Vamos, vamos. Ellos nos están esperando abajo.

Se puso en pie. Entrecerró los ojos y miró a Bright cuando vio la sonrisita en su cara.

—Ten cuidado, chico colmillo. Todavía tengo garras.

Bright sólo se rió entre dientes. Ya no tenía miedo de vigilar al lobo, o estaba molesto por ello. Parecía tomar muy en serio su deber ahora. Salvar a New de Earth le había ganado la gratitud no sólo de Tay, sino de la tribu entera. Era prácticamente un héroe ahora.

Y eso sacaba la mierda de New.

—Bright, todo el mundo sabe que soy un lobo, ¿no?

—Oh, sí—rió.

El lobo frunció el ceño. Eso no sonaba bien. Nadie había sido completamente grosero con New, y aunque se había hecho amigo de varios de los miembros de la tribu, todavía había una cierta distancia entre él y el resto de la tribu. Tay le aseguró que esas líneas se iban a borrar con el tiempo. Pero no estaba tan seguro. Él nunca dejaría de ser un lobo.

—¿Entonces por qué están tan felices de que me hayas salvado de Earth?

—Bueno, uno, Earth era una mala noticia. Él quería hacerse cargo de la tribu, y habría sido un seriamente jodido Electus.

—¿Y dos?—preguntó cuando Bright no se extendió en su explicación.

—Y tú eres el anamchara de Tay.

—¿Y?—agitó la mano en un movimiento circular. Maldita sea, conseguir que los vampiros hablaran era como pedirle peras a un olmo.

—Tú eres su corazón y su alma, su otra mitad. Haces de él una persona mejor y un Electus mejor. Tú le das una base firme para conducir a nuestro pueblo.—Bright suspiró profundamente—. Antes, Tay era un buen líder, pero era un poco peligroso por los bordes. Ahora, él es más fuerte porque te tiene a su lado.

—¿Cómo es eso?—preguntó el lobo mientras iban en el ascensor hasta el primer piso—. Yo creo que hice las cosas más peligrosas para él. ¿Has visto la cantidad de guardias que me asignan cada vez que salgo?

—Cierto—se rió entre dientes—. Pero también le da una razón para ser más fuerte, para asegurarse de que tiene la tribu más fuerte posible. El miedo de que algo te suceda le da una razón para mostrar a los demás que no tiene puntos débiles.

INDÓCIL | taynewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora