Capítulo 6

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Tay estaba furioso mientras buscaba por los dos pisos superiores del hotel. ¿Cómo diablos había desaparecido su compañero, y ni una sola persona vio cómo pasó? New no le contestaba a través de su vínculo, lo que le hizo a Tay temer lo peor.

—¡Encuéntralo!—gruñó a Off cuando iba de cuarto en cuarto, en busca de su compañero. Su corazón se sentía como que estaba siendo arrancado de su pecho a medida que buscaba y seguía con sus manos vacías. Si alguien le había hecho daño a su compañero, Tay iba a aniquilar a toda su especie.

Estaba tan malditamente molesto.

Salió disparado por el pasillo cuando Off agitó su mano. ¿New había estado en una habitación por el pasillo durante todo este tiempo? Los músculos de Tay se enrollaron tensos cuanto más se acercaba, temiendo lo peor hasta que oyó la risa proveniente de la habitación.

La hermosa voz de su compañero hizo que su corazón latiera una vez más.

—¿Tienes un ocho?

¿Qué demonios?

Tay quedó boquiabierto mientras estaba parado en la puerta y observó la partida de cartas que su anamchara jugaba con otros vampiros de su tribu, viéndose como si estuviera teniendo el momento de su vida. Tay no hizo un movimiento para entrar en la habitación. Él estaba disfrutando de la alegría pura en el rostro de New.

—¡Estás haciendo trampa!—gritó Bright a su compañero.

Tay soltó un gruñido, y él entró en la habitación. Nadie le hablaba a su compañero de esa manera. Nadie.

—Oh, mierda—gritó Bright y saltó de su silla—. Le dije que no debería estar aquí, Electus. Insistió en jugar.

De alguna manera Tay sabía que su compañero haría exactamente eso. Pero eso todavía no disculpaba la forma en que Bright le había hablado a New—. Te reunirás conmigo en mi oficina.

Bright tragó cuando asintió con la cabeza, bajando los ojos con rapidez en señal de sumisión—. Si, Electus.

—En cuanto a ti—dijo, mientras New se ponía de pie para hacerle frente. La sonrisa había desaparecido del rostro de su pareja. El temor en los hermosos ojos de New tiró de Tay, pero no lo suficiente como para que cediera—. Sígueme.

Tay salió de la pequeña habitación y se dirigió por el pasillo hacia las escaleras que conducían al penthouse. Sabía que Off escoltaría a New, por lo que ni siquiera esperó al hombre. Sabía que Off mantendria a New seguro. Y él necesitaba unos minutos para recomponerse antes de hablar con New.

—Tay, puedo explicarte—comenzó New apenas entró en la habitación.

Tay levantó su mano—. No puedes explicar esto, New. Hablamos de la necesidad de un guardaespaldas. Estuviste de acuerdo.

—Bueno, sí, pero...

—No hay excusa, New.—La voz de Tay era severa cuando hablaba, y él quería que así fuera. New necesitaba entender lo importante que era. Su protección estaba antes que nada.

La cabeza de New cayó—. Lo siento, Tay.

Tay dejó escapar una respiración profunda mientras frotaba la parte posterior de su cuello. Tenía mucha tensión en el cuello creada por no saber dónde estaba su anamchara aunque fuera por un solo segundo. Por supuesto, New estaba seguro y con él otra vez, pero esos momentos en los que no sabía si New estaba vivo o muerto atormentarían a Tay en los años venideros. Eso le dijo lo mucho que New había llegado a significar para él en cuestión de días.

—New, necesitas entender que tu seguridad está antes que cualquier otra cosa. Hay quienes no lo pensarían dos veces en usarte en mi contra.

La cabeza de New cayó. Las lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos—. Yo nunca te traicionaría.

INDÓCIL | taynewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora