música, camino y nuevas casas

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Al día siguiente los chicos amanecieron temprano con el propósito de arreglar la casa para la boda de sus amigos.

Amelia y Luisita empezaron pintando las paredes del salón, María y Nachete por el jardín, Marina y Fede con la cocina.

Desde el salón se escuchaban risas de las chicas, estaban pintando las paredes pero también se pintaban ellas, riendo y jugando como dos niñas pequeñas..

Todos tenían claro que sí del grupo se casaba alguien después de Marina y Fede serían ellas, con solo verlas así se respiraba el amor que se tenían.

Ese día fue intenso y bastante cansado para todos, terminaron toda la casa porque decidieron que lo harían en ese día para al siguiente poder disfrutar y estar tranquilos lejos de la ciudad. Cenaron y se acostaron pues no podían con sus cuerpo.

Luisita amaneció algo más temprano de lo normal y se dispuso a darle besos a su chica sin despertarla, después bajo a la cocina y empezó a hacer el desayuno para todos.

- Chicossssss el desayunoooo vamosssssss. Todos fueron bajando poco a poco menos la de rizos que se hacía la remolona hasta que Luisita subió por ella.

- Dormilona vamos no? Mmmmmmm, ese fue el ruido que hizo la morena a modo de estoy despierta pero no me quiero levantar, la rubia se acercó lentamente a ella dándole besos por el cuello, los lóbulos de las orejas, los brazos y la cara, cuando Luisi fue a dejarla por imposible, la otra chica la abrazo.

- De aquí no te vas amor y la apretó contra su propio cuerpo haciéndola prisionera de sus brazos y haciéndola poco a poco dueña de sus labios, en besos dulces pero intensos, lentos pero carnosos.

- Buenos días amor mío, están todos abajo esperándonos que he preparado el desayuno.

La morena puso una sonrisa pícara, a la que Luisi sabía que no se iba a poder resistir mucho así que se escapó de los brazos de Amelia diciéndole que la esperaba rápido abajo o se quedaba sin desayuno y el postre que buscaba siempre era después del almuerzo o cena.

Pasaron un día increíble,todos estaban felices, disfrutando y mirándose unos a otros viendo el perfecto grupo de amigos que habían formado.

Cuando el reloj marcaba las seis de la tarde todos estaban ya metiendo las maletas en los coches repartiéndose de la misma manera en la que habían venido. A los cuatro cuñados les encantaba la música y llevaban todo el camino o con ella puesta o cantando ellos mismos, tenían algunos gustos musicales parecidos y otros no tantos.

- oye voy a poner una chica que he descubierto no hace mucho y la verdad me encantan sus  canciones y como canta.

- La verdad es que ya escuché unas pocas de ella, os pongo esta para ver qué os parece, pero tiene otras muy bonitas decía una rubia con cara de felicidad por ponerles a su hermana,cuñado y novia a la chica.

- Mira Luisi te voy a enseñar una nueva de otra cantante que se que te  encanta.

La cara de la rubia fue digna de ver cuando escucho la canción nueva de una de sus cantantes favoritas.

- No me lo puedo creer!!! Exclamó Amelia lo que hizo que su novia la mirase con el coño fruncido preguntando que pasaba.

-Me encanta Carol Rovira, he cantado canciones de ella y por supuesto de Vanesa Martín en un bar donde trabajaba antes cantando.

Todos llegaron a sus casas, el camino se hizo corto con la ayuda de la música, al llegar al portal María miró a su cuñada con una sonrisa en su boca.

- Toma cuñada creo que esto ya te pertenece a ti, ofreciéndole las llaves del piso que compartían hasta ahora su hermana y ella. La morena la mira primero a ella y después a la rubia que con un gesto afirmó para que cogiera las llaves.

- Gracias de verdad, pero como vas a buscar tus cosas?

- No te preocupes  Nacho tiene en su casa unas copias por si alguna de las dos nos la dejábamos en casa para poder abrir y en cuanto a mis cosas ... Jajaja casi tengo ya más en su casa que en la tuya ahora.

Cada pareja se fue ahora a su nueva casa, muy cansadas por el palizón del día anterior limpiando y parando todo y por el camino de vuelta.

No tardaron mucho en acostarse creían que sus cuerpos no podían más, Luisi ya estaba en la cama cuando apareció la morena con una botella de agua y una sonrisa.

-No me puedo creer que está pase a ser mi cama de aquí en adelante y que pueda amanecer cada mañana viéndote.

La rubia simplemente la beso, lentamente pero apasionadamente haciendo que su chica gimiera por la intensidad que estaba tomando el beso. Las manos de la morena fueron bajando hasta el borde de la camiseta agarrándolo y quitándoselo a su chica, para ahora sí darle riendas sueltas a su pasión comiendo el postre que no le dejaron por la mañana.

Hasta aquí el capítulo de hoy.

Perdón por las faltas de ortografía ❤️

Huelva,un finde y miradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora