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Mes 3

La habitación del tiempo estaba en completo silencio. El entrenamiento de cada día fue más que agotador para todos, por idea de T/n tuvieron una pelea campal en la que se quedó con la victoria Vegeta.
Fue más que increíble ya que él Príncipe porfin halló la manera de sobrepasar el poder de un super saiyajin y aún que molestó por mucho tiempo a su esposa con su débil habilidad para mantener tal transformación, la ayudó de manera discreta para que pudiera dominarla, cosa que le resulto enternecedor al corazón de la guerrera.

Pasaron varias horas cuando Brief notó el lado vacío en su cama, estiró su brazo entre las frazadas tratando de encontrar a Vegeta, pero no lo encontró, soltando un bufido por eso. Se le había hecho tan necesario tenerlo a su lado que ni siquiera lo pensó antes de salir a buscarlo para saber que tanto hacia en medio de todo ese clima helado.
Tomó una frazada y se cubrió con ella para caminar hasta afuera, no seria sorpresa que ese hombre se encontrara entrenando.

En cuanto puso sus pies fuera, el saiyajin sintió su presencia y no dudó en hablar.

— ¿Que demonios haces aquí, T/n?

— Eso es lo que yo me pregunto respecto a ti. — se acercó más a él, temblando del frío que empezaba a cubrir su cuerpo. — No creas que vine por que te extrañe en la cama, en absoluto. — mordisqueó su labio inferior y este le devolvió una mirada  pícara. Al menos él sabía que no era el único que sufría respecto a eso, pero si no se dedicaba a avanzar en las noches, entonces no veía otra alternativa de mejorar su habilidad y poder.

— Te vas a congelar mujer, ve adentro.

— Estoy bien. Es más, no necesitó esto. — dijó arrojando al suelo la manta. Dio unos pasos más y quedó a sólo unos centímetros de su esposo. — También quiero entrenar, no creas que eres el único que puede hacerlo.

— Haz lo que quieras, me da igual. — mencionó con una pizca de mentira en sus palabras. Trató de volver a lo suyo, pero la melancolía en el rostro de su esposa lo intrigó. — ¿Que te sucede? — preguntó abriendo sus ojos más de lo debido al haber tenido el maldito impulso de preguntarle, si después de todo no le importaba, o eso es lo que quería demostrarle.

— Nada, es solo que creí que entrenaria primero con Goku en esta habitación. — comentó abrazándose a sí misma. — Además extraño a mi bebé. Se que para él han sido horas, pero eso no cambia que para mi hayan sido meses.

La mirada de desprecio que recibió primero del príncipe por haber dicho eso del saiyajin de clase baja, se disolvió cuando se refirió a su pequeño hijo. Aun que la sangre ya le hubiera hervido por ese sujeto, entendía como se sentiría. En este punto Trunks era el ser más importante para ella.

— Tsk, no puedes estar sin mencionar al insecto de Kakaroto ¿No es así? — rechistó cerrando con fuerza sus puños. No le hacia ninguna gracia la unión que tenían esos dos. 

— Se trata de mi mejor amigo, ya te lo dije antes. Pero no tengo intenciones de discutir eso ahora. — suspiró.

— No has hecho más que hablar y preguntarte sobre él en el último tiempo, sabes que deseo acabar con ese infeliz y lo único que haces es mencionarlo. — se alejó con notoria molestia de T/n. Ella no lo entendía, creía que Vegeta no le tomaba tanta importancia al vínculo cercano que podía tener con Goku así como no le daba importancia el resto de cosas que tuvieran que ver con ella, pero por esas palabras como las de la otra vez podía llegar a concluir que se debían a que estaba celoso.

Negó internamente quitando esa posibilidad de su mente. Anteriormente estuvo a punto de decircelo a modo de broma, pero por suerte no lo hizo, o si no la indignación del príncipe hubiera durado quien sabe cuanto.

Dragon Ball // Vegeta y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora