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T/n sabía que no debió de haberse dejado llevar por sus malditos impulsos o mejor dicho, su orgullo, cuando hizo aquella apuesta con Vegeta. Pero le resultaron ganando las ganas de fastidiarlo sumado su instinto competitivo.

Al haber estado tanto tiempo alejado de su madre, el pequeño Trunks no se quiso despegar de ella ni por un segundo que rompió en llanto cuando la saiyajin lo quiso dejar nuevamente en manos de la científica, realmente la había extrañado. No había manera de que la menor de las Brief pudiera dejar en ese estado a su hijo, su corazón no se lo permitía bajo ninguna circunstancia.
Por más que quisiera ir y ser una de las contrincantes de Cell, estaba por encima de todo el permanecer con su hijo. Ademas el saber que Trunks del futuro acompañaria a su padre la dejaba mas tranquila. Ese tiempo dentro de la habitacion del tiempo, pudo notar que hijo había desarrollado un gran poder, casi podía jurar que era aún mayor que el de Vegeta. Pero no pudo comprobarlo ya que entendío que se limitaba a él mismo al tratarse de una pelea con sus padres.

Mientras la pelea se daba abajo, los que permanecían en el templo siendo Ten Shin Han y Picoro, estaban atentos ante la paliza que Vegeta le estaba dando al tal Cell.

— Bulma, explícame mejor sobre lo del control remoto. — pidió T/n tratando de hacer dormir al bebe en sus brazos.

— Oh si. Construí un control que servirá para apagar a la androide que falta. 

— Supongo que debería de alegrarme, pero admito que es una pena. En verdad quería pelear con esa chica. — resopló.

— Ya suenas como los cabeza de alcornoque de Goku y Vegeta. — regaño a la saiyajin y esta solo se encogió de hombros.

— Oye, y ¿A quien se supone que mandaste para que apagara a la Androide? Por que supongo que mandaste a alguien ¿No es así? — preguntó curiosa y comenzó a mirar alrededor para adivinar de quién podría tratarse. Entonces notó que cierto amigo suyo faltaba.

— Le pedí a Krilin que lo hiciera, es algo sencillo. Solo tiene que oprimir un botón y debe de estar a... — antes de terminar, los ojos de su hermana menor se extendieron al escucharla confirmarlo. — ¿Sucede algo?

— Si, Sucede que Krilin no lo hará. — dijo alarmada.

De inmediato se encaminó hacia donde estaba Picoro y sintió todo lo que estaba ocurriendo abajo, solo habían pasado minutos y se había convertido en un caos. Se quedó congelada justo al lado de él. Vegeta no podía haberse atrevido a hacer eso.  

— ¿Por que aun continuas por aquí?— cuestionó el namekusei.

— Yo estaba por...

— No me importa que estabas haciendo, pero allá abajo Trunks te necesita. Se trata del maldito de Vegeta, tu esposo parece no pensar que el futuro de su hijo es el que está en riesgo. — la mujer no emitió ni una sola palabra más, lo dicho por Picoro era tan verdadero que le daba pena de pensar que alguien como él podía notarlo y en cambio Vegeta no. Solo bajó su vista triste hacia el pequeño que tenía en brazos y volteó a ver a su hermana, dándole a entender que lo dejaría a su cargo.

— T/n ¿Estas bien? — preguntó Bulma, pero no recibio respuesta alguna.

La saiyajin saltó del templo y estando lo suficientemente lejos se convirtió en super saiyajin para llegar lo más antes posible al lugar de la pelea. Por alguna razón el ki de Vegeta se había alejado de aquel lugar y disminuido notoriamente, cosa que no le dio importancia por que se lo tenia bien merecido.
En ese momento no tenía palabras para describir cómo se sentía, pero decepción era lo primero que se le venía a la mente.

Faltaba poco, gracias al ki de Trunks no demoró en llegar.
Manteniéndose aún en el aire vio que hacia a un lado Krilin estaba tirado en medio de un montón de rocas. Quiso ir a ayudarlo, pero se percató que en hacia el otro lado aquel monstruo estaba acorralando a la androide 18.

Dragon Ball // Vegeta y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora