¿El inicio de la creacion o de nuestro amor?

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En el Paraíso Terrenal se encontraba un hombre, Adán el primer humano de la creación. Creado para ser perfecto. El estaba solo en ese enorme jardín, aburrido vagaba por los campos esperando el día en que quizás llegue alguien igual a él. No sabía de donde había venido o si había más como él. Nombro ese lugar como el Jardín del Edén, el lugar era inmenso y hermoso pero el no se alejaba lo suficiente del estanque, se había establecido ahí. Adoraba ver a los animales, pero había una especie en específico que le llamaba la atención, los patitos o por lo menos así los había nombrado. Adoraba observarlos todo el tiempo y ver como ellos eran tan cariñosos unos con los otros, siempre tan unidos. El anhelaba algo así.

En el reino de los cielos se encontraba un príncipe, un soñador y sobre todo un hermoso ángel. Lleno de aspiraciones y sueños, muy curioso si me permiten decirlo. Era el favorito de Dios, su hijo legítimo, heredero al trono del reino de los ángeles. Siempre le había interesado esa especie que sus hermanos habían creado. Los humanos, así era como los llamaba Sera. A veces se escabullía e iba a espiar al humano y sus comportamientos, tratando de aprender sobre él ¿por qué lo hacía a escondidas? Ni el lo sabía, pero así era más divertido. Tal vez sentía que si se revelaba ante el humano este podría perder la cabeza o algo así debido a su belleza o quizás porque Luzbel era muy diferente a Adán. Luzbel tenía alas, poderes angelicales, belleza de sobra y otras cosas más que quizás al humano le podrían parecer...extrañas.

Un día como cualquier otro el soñador estaba extremadamente aburrido, ya había cumplido con sus ocupaciones como príncipe y ya no tenía nada más que hacer. Se encontraba en su habitación en una silla escurrido como fideo de espagueti hasta que se le ocurrió la brillante idea de ir a espiar a ese humano cosa que ya se había vuelto costumbre para Luzbel. El ángel se recompuso y con un movimiento de su muñeca abrió un portal hacia el jardín emocionado, tanto que puede que no se haya dado cuenta de donde habría el portal. Lo atravesó y frente a el se encontraba un estanque con unos animales extraños en este, eran amarillos y tenían alas igual al rubio. En ese momento Luzbel se quedó frente al estanque tratando de recordar cómo era que el humano los llamaba, tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que atrás de el había un Adán, asustado y confundido.

(- ¿Qué es esa cosa? -) Pensó el humano para sí mismo asombrado por la aparición del ángel. Era hermoso...cabellos rubios como el oro, piel blanca como la leche, unas alas enormes pero hermosas. El ángel estaba de espaldas así que no podía verlo totalmente, pero con solo ver su espalda quedo asombrado y también divertido ya que el ángel era muy pequeño lo cual divirtió a Adán. Soltó una leve risita inconscientemente, al darse cuenta de su error se cubrió la boca con una mano esperando que el ángel no se haya dado cuenta, quizás si se escondía lo suficiente este no se iría, pero para la desgracia de Adán, Luzbel si pudo escucharlo. Se dio vuelta aterrado esperando que no fuera el humano el creador de ese ruidito. Aun si no había una regla especifica, Sera le había advertido que mostrar su existencia al humano podría ser peligroso. ¿En qué sentido? No lo sabía, pero podía asumir un par de cosas.

-Mierda- Susurro el ángel por lo bajo esperando una reacción del humano. El cual se había quedado totalmente pasmado ante la belleza del ángel.

-Qué cosa eres? - Pregunto Adán ofendiendo un poco al ángel, No era una cosa pensó para sí mismo. Después de unos segundos de reflexión decidió responderle al humano.

- Mi nombre es Luzbel Morningstar-

-S-Soy...Yo...Bueno me llamo Adán- Respondió extremadamente nervioso, después de todo era la primera vez que hablaba con alguien. Si, solía hablar con los animales, pero no era como si estos le respondieran de vuelta. El pelinegro termino su oración y así ambos se quedaron parados esperando a que el otro dijera algo para romper la tensión que se estaba acumulando en el aire. Adán empezó a caminar lentamente hacia donde estaba Luzbel para verlo un poco más de cerca, cosa que asusto al ángel después de todo seguía siendo una especie nueva, desconocida la cual Sera le había dicho específicamente que no se acercara, era obvio que no quería acercarse demasiado. El humano notando esto opto por quedarse donde estaba.

-Lo siento no quería asustarse, es solo que nunca había visto nada igual a ti- El príncipe lo comprendido sabiendo muy bien lo que era la curiosidad. Se acerco un poco más hacia donde estaba Adán, ambos lograron ver la belleza del otro. (-Es hermoso-) Habían pensado a la vez. Cosa que a Luzbel le pareció extraña, a menudo veía a ángeles perfectos entonces por qué él? Opto por ignorar su pensamiento y contestar la pregunta que el pelinegro había formulado anteriormente.

-Soy un ángel, una raza diferente proveniente de otro reino. El reino de los cielos.

- (-Así que si existen otros pensó- ) Adán. Limitándose solo escuchar lo que el príncipe decía, pero después de unos treinta segundos de silencio el entendió que el ángel no iba a revelar más información para el así que decidió preguntar. -Yo también soy un ángel? - Indago con un tono de duda en su voz, era obvio que ellos dos no eran iguales así que muy en el fondo sabía que la respuesta era no.

-Tu eres...un humano- Al notar la cara de confusión de Adán el siguió hablando. -Los humanos son seres que mi especie creo recientemente, al igual que este lugar. - Eso no aclaraba todas las dudas del chico, pero aun así lo acepto. -Y hay más como yo? - La única respuesta que obtuvo fue una negación con la cabeza de parte de Luzbel. Lo cual lo deprimió significativamente, cuando el príncipe noto la tristeza en su cara no pudo evitar sentir pena.

-Y dime...Que haces aquí para pasar el rato- Pregunto intentando que los pensamientos de Adán se centraran en otra cosa que no fuera su triste soledad. Lo cual funciono, se mostró interesado en mostrarle al ángel lo que hacía. Corrió hacia el estanque para hablarle sobre los animales en este. El ángel se posiciono detrás de el aun guardando su distancia significativamente pero muy curioso por lo que el humano le iba a mostrar. -Ves a esos animales? Los nombres patos, son mis favoritos- Dijo con los ojos iluminados, feliz de tener a alguien con quien hablar.

-Así que eso era! ¡Patos! - Menciono con ánimo lo cual confundió un poco a Adán, pero decidió ignorarlo y corrió para mostrarle otras cosas en el Edén y como las había nombrado y el ángel lo siguió entusiasmado.










Notas: Decidí que Lucifer fuera reconocido como un príncipe en esta historia, ya que es lo más cercano a eso en el reino de los cielos y ya que en uno de los caps de HH Lute se refiere a Sera como "Su alteza" pensé en ponerlo así. No se tanto sobre la biblia así que quizás haya algunas fallas respecto a lo que se menciona sobre esta, todo lo que sea mencionado de la biblia será sacado de Google así que quizás un par de cosas podrían estar mal. Recordemos que esto es un fanfic nada de esto es canon en HH y es solo mi imaginación hablando por sí misma.

Tu eres mi fruto prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora