Descansa

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Antes de comenzar el capítulo quiero aclarar que tanto Lucifer como Adán son hermafroditas en esta historia PERO ninguno de los dos tiene vagina, en este fan fic ellos son unos de los pocos ángeles que no tienen vagina pero aun así pueden fecundar y tener un bebé. Investigue y esto sí es posible en la vida real, las personas tienen ambos órganos reproductores, pero solo interiormente. Dos de los plus que añadí es que ambos pueden lubricarse a sí mismos analmente y que ambos pueden fecundar un bebé y tener un parto natural. La cosa es que en la vida real no ha habido ni un solo caso de hermafroditismo en el cual se pueda fecundar, así que por eso digo que es algo que yo misma añadí. Así que sin más que decir, comenzamos el cap.




Estampo sus labios contra los de Lucifer en un beso desesperado, se convirtió en el dominante en ese beso recorriendo la boca del contrario con su lengua y mordiendo sus labios. Sus manos empezaron a recorrer la espalda del contrario llegando hasta su cintura apretándolo contra el. Lo azoto contra la pared buscando acercarse cada vez más, con su rodilla empezó a presionar la entrepierna del rey haciendo que este soltara leves gemidos de protesta.

-Deja de hacer eso, es molesto- Dijo volteando a Adán estampando su espalda contra la pared.

-Tu pene parece opinar todo lo contrario- El chico tomo al rubio del hombro para copiar su acción y así Lucifer quedará en la posición inicial. Poso su mano en la pared quedando en una postura dominante, tomó la barbilla del rey acercándolo a su rostro pero este se negó al beso.

-Intentas ser el activo esta vez? – Una nube con destellos dorados los cubrió y ambos cayeron en la enorme cama redonda que se encontraba en los aposentos del rey. Lucifer se posiciono encima de Adán separando sus piernas para tener mejor alcance en el.

-Lo siento si eso no va a poder ser, no tengo le tengo gusto a ser el pasivo. Además, hemos follado cientos de veces y en todas ellas siempre terminas retorciéndote de placer gracias a mi pene. Admítelo Duckling amas que te folle, adoras la sensación de mi pene entrando y saliendo de ti- Fue dejando un hilo de besos sobre el cuello de Adán haciendo que este suspiraba.

-Jodete- El pelinegro estaba empezando a sentirse incómodo con las caricias que Lucifer le proporcionaba, eran melancólicas y delicadas. El estaba buscando algo más rudo que solo eso. Tomo el control de la situación nuevamente volteando al rubio para poder sentarse encima de su abdomen. El rey lo tomo duramente de la cintura apretándolo contra su dura erección. Adán fue desabrochándose el pantalón para dejar respirar su miembro, masajeo un poco la punta y lo acercó a los labios de Lucifer con una sonrisa cínica. -Chúpalo-

-Estas demente, no te voy a chupar el pene. Quítate- El rubio comenzó a forcejear tratando de hacer que Adán se bajara de él, no quería usar la fuerza bruta con el chico y hacer que el momento se acabara por un error. Coloco sus manos en los muslos del chico tratando de alejarlo pero Adán las tomó y paso por encima de su cabeza acorralándolo solo con una mano cortándole toda movilidad. Con su mano libre comenzó a abrir la boca de Lucifer con los dedos para que su pene cupiera en esta. Empujó su miembro en la cavidad bucal del rubio dejándose llevar por la cálida sensación que abrazaba su parte íntima y soltó un largo suspiro.

Lucifer cedió ante la petición casi forzada de parte de Adán y comenzó a envolver el pene con su lengua, lo chupo y lamio durante unos segundos hasta que el pelinegro comenzó a dar pequeñas estocadas dentro de su boca ahogándolo en el trayecto. El rey intento alejarse pero Adán sólo se acercaba a él cada vez más aumentando la velocidad y rudeza de las estocadas. Lucifer se estaba ahogando mientras que el pelinegro no tenía piedad con el, seguía entrando y saliendo de su boca en repetidas ocasiones hasta que se corrió dentro de esta. Presiono su pelvis contra el rostro del rubio buscando que ni una sola gota de semen escapara de sus labios.

-Trágalo- Cuando sintió que su contrario había tragado en seco salió suavemente del rubio dejándolo respirar. Lucifer aprovecho el momento de distracción en Adán para voltearlo con rudeza haciendo que este quede acostado en la cama con las piernas abiertas.

-Te voy a romper el culo por eso, te follare tan fuerte que rogaras que pare Duckling- Comenzó a desvestirlo rápidamente tirando toda la ropa por la habitación hasta dejarlo en ropa interior, siguió desabrochándose su camisa bajando botón por botón sensualmente sin quitarle los ojos de encima a su presa. Cuando termino se bajó el pantalón arrojándolo lejos, saco su pene de su bóxer dejando ver veintiséis hermosos centímetros gruesos y erectos.

-Mierda…NOP- El pelinegro comenzó a arrastrarse hacia tras para salir de debajo de Lucifer pero este lo agarro de los tobillos jalándolo y dejándolo en donde estaba.

-A dónde diablos crees que vas?-

-Esa cosa no va a caber, me vas a perforar un riñón. Joder, creció cuando adoptaste tu forma demoníaca? – El rubio solo rodo los ojos ante sus ocurrencias y hizo aparecer un condón con su magia. Comenzó a ponérselo suavemente sin dejar de mirar a Adán a los ojos, casi intentando decirle de forma telepática que no iba a salir de esa situación.

-Es el mismo de siempre Duckling, tu culo ama mi pene. Además, es casi tan grande como el tuyo-

-No nos compares. Mi pene no perfora órganos, el da placer-

-Oh cariño, ya verás las cantidades de placer que te puede dar mi pene. Te haré gritar-

-Pero de dolor. OYE- Lucifer se estaba empezando a desesperar así que rasgo la ropa interior del pelinegro quitándola del camino pero cuando la levanto para tirarla pudo notar que esta estaba muy mojada. Posiciono sus dedos en la entrada del chico palpando con la yema de sus dedos, pudo notar como Adán ya estaba totalmente lubricado. Se sorprendió al notar como el chico ahora lubricaba en grandes cantidades cuando antes no podía hacerlo, beneficios de ser un ángel caído perfecto.

-La última vez no lo note y directamente use saliva pero esto es…-

-Notar que cosa? –

-Ahora lubricas y lo haces como una puta, carajo- Lucifer introdujo el primer dedo el cual entró con mucha facilidad provocando un gemido de dolor de parte de Adán.

-Que lo haga no significa que duela menos Luzbel- El nombrado solo sonrió y se inclinó para depositar un fino beso en los labios del contrario dando suaves estocadas en su interior. Seguidamente introdujo el segundo dedo tocando justo la próstata de Adán haciendo que este soltara un fuerte gemido de sorpresa ante la estimulación. Lucifer continúo apuñalando su punto G con una velocidad increíble provocando grandes gemidos en el pelinegro que estaba a punto de venirse, cada vez su clímax estaba más cerca.

-Me quieres romper los dedos Duckling? – El chico paro toda estimulación dejando al pelinegro con ganas de más. Tomo su miembro para alinearlo en la entrada de Adán y empujar suavemente intentando no hacerle daño.

-Espera! Quédate ahí….duele como el demonio- El chico había rodeado con sus brazos el cuello de Lucifer intentando hacer que este lo escuchara. Por otro lado el rubio solo podía pensar en la posición en la que estaban, Adán se aferraba con fuerza a el y eso le encantaba. Se estaba excitando más de lo normal, comenzó a moverse lentamente buscando que se acostumbrara a su miembro para poder entrar más profundo en el.

Sus caderas se movían lentamente provocando leves gemidos casi inaudibles porque aún si Lucifer no la había metido toda, no tenia que hacerlo para llegar justo a su punto dulce. No pasó ni un minuto cuando el rey sintió que Adán comenzaba a aflojarse permitiéndole enterrarse más profundo en el. Comenzó a subir la velocidad de sus embestidas, cada una más rápida que la anterior haciendo que Adán se aferrara a el con mucha más fuerza. El pelinegro tomó su miembro para masturbarse a sí mismo pero Lucifer no lo permitió y acorrala sus manos por encima de su cabeza.

-Espera…quiero venirme- Dijo entre jadeos húmedos

-Hagámoslo juntos Duckling- Los jadeos y gemidos de ambos se incrementaban con cada embestida que Lucifer le proporcionaba a Adán. Sus gemidos y respiraciones se entremezclaban formando una hermosa melodía a los oídos del rey. Fue disminuyendo la velocidad para incrementar la fuerza con la que embestía a Adán. Cada estocada más fuerte que la anterior haciendo que el pelinegro se viniera primero. Las paredes de su interior empezaron a retorcerse aparentando la longitud de Lucifer provocando grandes gemidos en el y sensaciones que hace muchos años no tenía. Alcanzo su clímax depositando toda su semilla en el condón pero aún así enterrándose profundo en Adán como si quisiera llenarlo por completo.

Salió lentamente de su interior para cambiar el preservativo por uno nuevo. -Espera ¿otra vez? –

-Creíste que me iba a conformar con solo una vez? Me conoces mejor que eso- Volteo al pelinegro en la cama para que su pecho quedara recostado en ella. -Levanta las caderas- Adán se negaba a seguir, por ahora estaba satisfecho con lo que habían hecho pero Lucifer tenía otros planes. Le dio una nalgada que retumbó en toda la habitación con el eco y lo tomo de las caderas levantándolas. -Esta va a ser una muy larga tarde-


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-Ya…para…Luzbel- Rogaba el pelinegro en busca de que su compañero parara de embestirlo, ya lo habían echo varias veces. A Adán le dolía todo el cuerpo y rogaba porque Lucifer se apiadará de él y parará. De hacerlo en la cama, pasaron a un pequeño sillón que tenía el rey en su habitación y fueron a parar a un escritorio. El chico se aferraba fuertemente al mueble intentando no caerse pero sus piernas comenzaban a fallar.

-Te lo dije, te voy a dejar bien abierto- Al notar la debilidad en las piernas de Adán decidió cargarlo hasta la cama de nuevo, con cada paso que daba el demonio pecador podía sentirlo cada vez más profundo haciéndolo gemir como nunca. Lucifer lo recostó en la cama para seguir embistiéndolo como un animal. Estaba cerca de su orgasmo y notaba que Adán también ya que sus paredes lo apretaban cada vez más. Solo hizo falta unas cuantas estocadas más para que ambos se vinieran soltando gemidos al unísono.

Adán cayó dormido al instante en el que Lucifer salió de su interior, el rubio se recostó a su lado y lo observo dormir. El pelinegro solía hablar dormido, murmuraba un par de cosas como “jodete Luzbel” y a veces cosas como “no te vayas”. Sus palabras retorcían el corazón del rey y lo hacían sentir culpable. Depósito un suave beso en la frente del contrario intentando brindarle seguridad.

-Ya estoy aquí, no iré a ningún lado…descansa Duckling- Y así Lucifer se sumió en el reino de los sueños descansando plácidamente por primera vez en mucho tiempo.
















Escribir esto fue una tortura, las escenas de sexo siempre son las más difíciles de escribir a mi parecer. Ya queria actualizar, espero que les haya gustado.
Los quiero mucho mis criaturitas del mal, el próximo capitulo va a salir más rápido de lo que creen. Tomen agua y coman bien.


HyeHye se despide.


Tu eres mi fruto prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora