Poderes

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La habitación del rey era casi igual a la de su palacio exceptuando el tamaño. Adán se había perdido en sus pensamientos observando la habitación preguntándose por qué había tanto patos de juguete. Cuando salió de su burbuja pudo ver a Lucifer desabotonándose su camisa lo cual lo dejo totalmente pasmado. El no se ofreció a acompañarlo con esas intenciones.

-Que carajos crees que haces? – El rubio lo miro con una ceja arriba

-Pues quiero dormir y no se tu, pero no acostumbro a hacerlo con ropa formal-

-¿Por qué enfrente de mi? Tienes un baño Luzbel- El mencionado soltó una risita

-Lo dices como si no me hubieras visto desnudo antes- Le guiño un ojo de forma picara. Cuando termino de desabrochar el ultimo botón se sacó la camisa dejando ver un muy buen abdomen marcado y una cintura pequeña. El pelinegro se quedó observándolo durante unos segundos muy largos hasta que Lucifer noto que se lo estaban comiendo con la mirada.

-Deja de mirarme- Le lanzo la camisa a la cara haciendo que este saliera de su trance. El rubio se dirigió a su closet para agarrar un pijama y fue al baño. -No tardo –

-(Que mierda te sucede idiota, el hecho de que hayas decidió llevar la fiesta en paz con el maldito de Luzbel no significa que te lo vayas a coger. Cálmate maldita perra en celo)- Se sentó en la cama para esperar a que el chico saliera del baño, quería hablar con el sobre lo que paso el día anterior. 

Por otro lado, un muy nervioso Lucifer estaba hiperventilando en el baño, esa mirada que le dio el pelinegro lo estaba empezando a calentar. Se poso en el lavamanos y se lavó la cara alejando los pensamientos pecaminosos. No iba a arruinar el momento que estaban teniendo con su polla, que al parecer tiene mente propia. Se lavo los dientes y cambio su ropa por un pijama más cómodo. Era de tonos dorados y blancos, estaba hecha de lana de vicuña. La más cara en el mundo humano, digna de un rey. Se desacomodo un poco el pelo dejando caer sus cabellos por donde quisieran, abrió la puerta y se topó con un muy aburrido demonio.  Había agarrado un patito de hule de su mesita de noche y con eso estaba intentando entretenerse. Cuando vio que el rubio abría la puerta tiro el patito a una esquina de la habitación avergonzado.

-Te agradecería si no aventaras mis cosas- Se fue a recoger el juguetito un poco irritado por la acción. Lo puso en su lugar inicial y después se sentó al lado de Adán.

-Si no has salido corriendo todavía es porque tienes algo que decir ¿verdad? - 

-¡No!.…¿Si? Mira yo….…Mierda- Se estaba poniendo nervioso, no sabia ni por donde empezar.

-Si no quieres decirlo ahora no tienes que hacerlo Duckling – El soberano estaba dispuesto a esperar, no quería forzar nada de parte del pelinegro. Si lo hacia podía tentar el mal genio del chico y no estaba en condiciones de pelear con el de nuevo y mucho menos en el hotel de Charlie no deseaba causarle problemas a su princesa.

-…..Solo….-Adán pudo sentir como sus defensas subían y su cuerpo se tensaba.  

-Olvídalo.- Se levanto de la cama para dirigirse a la puerta. El hecho de que haya decidido controlar su odio y problemas de ira no significaba que se lo iba a decir a la cara.  Abrió la puerta y la cerró saliendo de ese lugar que se había llenado de tensión.

- ¿Qué demonios acaba de pasar? ¿Se acobardo a último momento? - Lucifer suspiro, no iba a poder dormir esa noche. Al igual que todas las noches desde que llego el pelinegro.

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Ya habían pasado tres meses desde que Lucifer salvo a Adán. Las cosas no podían ponerse más extrañas o al menos eso pensaban los integrantes del hotel. Desde hace tres meses los chicos no habían peleado fuertemente, Adán de verdad estaba haciendo el intento . El primer mes estaba totalmente reacio a acercarse a Lucifer, le gustaba estar por lo menos seis pasos de distancia. Al segundo empezó a soltarse un poco, el rey se había portado excelentemente bien lo cual inconscientemente logró derribar  las defensas del pelinegro. Empezó a acercarse a el como una persona normal y a veces hasta tenían conversaciones juntos. En el tercero ambos estaban muy cerca de parecer amigos. No me malinterpreten ellos no se reían juntos, no es un milagro de Dios. Solo que ellos estaban creando su propio sistema de entendimiento, Adán no era de muchas palabras cuando estaba con Lucifer pero aún así el soberano podía entenderlo con solo mirarlo. Así era su relación, pero hubo un momento en el que el rubio se confió demasiado y traspaso el espacio personal del pelinegro. Este aunque se sentía extremadamente incómodo intento respirar y guardar distancia dando algunos pasos hacia el lado. Charlie le había recomendado respirar cada vez que sintiera ganas de gritar y al parecer la única persona que Adán escuchaba en todo el infierno era la princesa. Le generaba confianza, le recordaba a su mejor amiga. Ella era la única persona en ese lugar la cual podía perdonarlo no importa cuantas veces la cagara, le recordaba tanto a Lute.

Aun así sus intentos por mantener la calma fueron en vano cuando Lucifer puso su mano en el hombro del contrario. El demonio odiaba con cada fibra de su ser que lo tocaran. Ardió en ira pensando que el rubio lo había hecho apropósito ya que sabía muy bien que no le gustaba para nada el contacto físico.

Se zafó del agarre bruscamente intentando calmarse a sí mismo. No quería formar un escándalo. En el momento en que el rubio sintió que lo apartaron de esa manera el supo que había tentando a la suerte. Intento excusarse a sí mismo pero nada de eso funcionó. Mientras más hablaba el rubio, más se descontrolada el demonio pecador. El hotel empezó a temblar, las paredes se agrietaron alarmando a Adán. El estaba provocando el temblor, no sabia como controlarlo ni pararlo. Su enojo despareció abriendo paso a la ansiedad.

-Adán intenta calmarte- Dijo la princesa esperando que la escuchara. Pedazos del techo empezaban a caer haciendo que todos entren en pánico.

-No tengo idea de como controlarlo- Exclamo con desesperación intentando parar el temblor pero simplemente no sabia como hacerlo. Siempre evadía sus poderes demoníacos, sentía que eran una parte asquerosa de sí mismo. Ahora estaba pagando las consecuencias.

Vaggie tomo a la pequeña mucama en brazos para evitar que los pedazos del techo la aplastaran -Charlie tenemos que salir- En eso el temblor fue disminuyendo poco a poco hasta que paro por completo. El pelinegro había logrado pararlo. Charlie suspiro aliviada. Pudo ver como Adán luchaba contra sí mismo, sus ojos solo reflejaban ansiedad. 

-Todos están bien?- Pregunto Vaggie, al parecer todos estaban bien. A excepción del hotel, los ventanales estaban rotos y pedazos del techo ahora se encontraban en el suelo.

Adán salió de ahí casi corriendo, subió las escaleras y se perdió en los grandes pasillos del hotel. Lucifer hizo un movimiento de su muñeca y todo volvió a la normalidad. Ninguno adivinaría lo que había ocurrido ahí dentro hace sólo unos minutos. El lugar quedó impecable.

-Ya vengo cariño- El soberano necesitaba tener una seria conversación con el demonio respecto a sus poderes. No podía seguir así o alguien iba a terminar gravemente herido.

-Papá, no seas muy duro con el. Esta asustado…- Fue interrumpida por Angel

-Asustado? Es el puto Adán, esa cosa no tiene sentimientos- Intentaba burlarse pero la mirada que le brindo Lucifer lo hizo callar.

-Si los tiene, fue un alma humana alguna vez y un ángel. El temblor fue su método de autodefensa. No tiene idea de como controlar sus poderes y atacarlo no va a hacer que las cosas mejoren. Solo lo vas a poner más nervioso de lo que ya está, no se la pongas más difícil…- Lucifer lo medito por un momento, Charlie tenía razón. Aún podía recordar lo asustado que estaba cuando cayó al averno como si fuera ayer. La desesperación, el miedo, la impotencia son sentimientos que conocía muy bien. Podía empatizar con el demonio pecador y hasta llegar a entender sus comportamientos. Aun así, quería tener esa seria conversación con el chico, debía empezar a aprender a controlar sus poderes o alguno de ellos iba a terminar muy mal herido.















Fue un martirio hacer este capítulo, lo escribí el mismo día que publique el 10 pero no me terminaba de convencer. Todavía no me encanta como quedó, no me gustó la escena del terremoto. Tipo era algo que tenía que pasar pero aún así no supe como ponerle tanta emoción. Espero que a ustedes les guste más que a mi.

Estuve pensando en cuantos capítulos se va a llevar la historia y concluí que como unos 50 más o menos.

Me va a gustar más el cap 12 pero no logro concentrarme, estoy en semana de finales y ya saben. Es más difícil escribir, aunque no esté haciendo tarea 24/7 mi mente no se concentra en escribir.

Todos cuídense, nos leemos pronto

HyeHye se despide.

Tu eres mi fruto prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora