Cuando Lilith desapareció el rey sucumbió ante una profunda depresión, tenía severos problemas de insomnio, alimenticios, dolores de cabeza, lagunas y otros síntomas parecidos. Los años pasaban y nunca hubo señales de vida de parte de la reina, Lucifer se acostumbró a su soledad y aprendió a sobrellevarla lo más que pudo. Su primer síntoma de mejora fue el recuperar el sueño, pero ahora que cierto amigo nuestro había muerto el rey no había podido pegar el ojo en una semana completa. El sentimiento de culpa lo carcomía, no por haber matado al Adán misógino y boca sucia de ahora sino por haber permitido que muriera ese humano al que siempre visitaba en el Edén. El cual siempre lo esperaba con una enorme sonrisa.
El rubio llego a pensar que ahora que él estaba en el hotel lo ayudaría a dormir mejor, pero la suerte nunca está del lado del mal. El demonio seguía mirando la pared perdido en sus pensamientos, continuo así por unos minutos hasta que recupero la cordura. Tenía hambre y estaba seguro de que no iba a volver a dormir, se recompuso y se dijo así mismo que podía con esto. Se dirigió a la puerta, tiro de ella y se puso en marcha hacia la cocina.
(Solo para ponerlos en contexto las habitaciones de Luci, Adán y Alastor quedan en el último piso en este fan fic y la cocina en el segundo, según la última escena del nuevo Hotel Hazbin pude contar como unos diez pisos, pero no sé si en realidad son más. )
Tomo el ascensor hasta llegar al segundo piso, siguió recorriendo el pasillo con un gesto de pocos amigos hasta que a su mano izquierda encontró una puerta decorada con un vidrial, estos vidrios daban a lucir formas como Hot Cakes, hamburguesas, huevitos fritos y otro tipo de comidas. Charlie había decidido decorarla de esa manera ya que llamaba la atención, obviamente se adivinaba que esa era la cocina o por lo menos en la mente de la princesa era así.
Cuando había ingresado dentro de la cocina, las luces seguían apagadas pero el podía percibir una silueta bastante alta con cuernos largos en las sombras. Encendió el interruptor de las luces solo para encontrarse con el humano...nuevo demonio? Si, Lucifer ya no sabía ni como nombrarlo.
-Carajo! ¿Que? ¿¡Tampoco se puede saquear la cocina en este maldito hotel!?- El demonio se dio la vuelta solo para encontrarse con la cara que menos quería ver y para su suerte, Lucifer se le derrumbo a risas ahí mismo. -De que mierda te ries Luzbel- Adán estaba apuñalando al rey con la mirada, en cuanto al rubio...el estaba muy ocupado riéndose como para notar que las ganas del pelinegro de matarlo estaban aumentando drásticamente.
-Carajo todavía tienes esa costumbre de atragantarte con la comida a mitad de la noche, eso esta muy cagado- Continuaba riéndose hasta que un muy enojado Adán lo interrumpió.
-Ohh si JA JA JA que risa, tú todavía tienes la costumbre de ser un cabron. Si, hay cosas que no cambian ¿Verdad Luzbel? – El demonio estaba empezando a recolectar comida para subirla a su habitación, estaba extremadamente cansado y de verdad no tenia ganas de verle la cara a ninguno de los integrantes del hotel. Tenía pensado llevar lo suficiente como para hibernar en su habitación por el resto de la eternidad. Estaba empezando a meter toda su comida en un bolsillo tridimensional que había creado con esos nuevos poderes demoniacos, se estaba empezando a acoplar a sus nuevos poderes. Lucifer lo observo de arriba abajo, no había tenido la oportunidad de mirarlo detalladamente. Llevaba unos pantalones holgados un tanto rasgados y una camisa de un grupo de... ¿Rock? El no sabría decirlo, no escuchaba muchos tipos de música.
-Ya te vas tan pronto? – Se burlo el rey
-Contigo aquí no pienso quedarme ni un puto segundo más – Ya había terminado de saquear la cocina, se volteo hacia la puerta sin mirarlo y empezó a caminar a pasos seguros pero muy rápidos hasta que el rey se puso entremedio de el y su glorioso escape con los brazos cruzados y una sonrisa fanfarrona.
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Tu eres mi fruto prohibido
RomansaDos almas separadas por una traición. Su amor, tan poderoso que ni el paso de mil años podría destruirlo; pero un solo error puede alejarlos para siempre. Un ángel y un humano, seres que nunca debieron cruzarse unidos por el destino. Se conocieron...