El Asesino del Veneno

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DAMAS Y CABALLEROS! Este es el siguiente cap.! Bye

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Narra Alastor: 

Ya era la última semana antes de convertirme en un hombre. La última. Pero había acabado todo el dinero que me quedaba pagando las últimas facturas, por lo que ya no tenía dinero para comprar comida. Tenía claro lo que tenía que hacer, si quería comer tenía que cazar un gran venado para comer en toda la semana. No podía usar la luz para nada, para no tener que pagar más facturas. Solo, tenía que "sobrevivir" durante una semana con eso, y la verdad... no me desagradó. Fuí al monte, estuve treinta minutos escondido en unos arbustos para que los aminales no se percataran de mi existencia, con la escopeta ya cargada, solo faltaba apuntar al venado. De repente vi a un pequeño e indefenso ciervo, no era un gran venado como el que estaba esperando. Lo dejé pasar. Tenía que esperar a que se hiciera más grande, por si acaso... tenía que cazarlo más adelante...Pero no fué el caso. Al lado del pequeño ciervo salió un gran y gordo venado. El pequeño se fué y se quedo solo el grande, pidiendo a gritos ser atravesado por mis balas. Sin pensarmelo dos veces disparé. Se hizo un gran eco, pero era normal... ya que estos días los cazadores también se acercaban a probar suertes con algunos animales o animalillos, aunque de mi punto de vista, me parece bastante asqueroso que algunos cazadores vendan ardillas o ratones. Luego, me fuí a mi casa a rezar para que nadie encontrara al venado y así fué. Nadie encontro al venado, por lo que ya caída la noche pude ir a cargarlo y a recogerlo. Algo que me sorprendía de mi es que no tenía nada de masa corporal, yo era alguien muy flaco, pero aún así tenía una fuerza brutal gracias a mi fuerza de voluntad, aunque de todas las habilidades físicas, yo era rápido y ágil. Cargé al venado en mis hombros y lo llevé a mi casa. Allí acabé todo el trabajo sucio, cual consistía en cortarle la cabeza, las patas, la cola y empezar a hacerle una autopsia... Quitarle uno y cada uno de sus órganos. Sus restos los quemaba para que nadie los encontrara. Tenía claro una cosa: Cuando se sacara la carrera de ingeniería y empezara a estudiar la de periodismo, se mudaría a Nueva Orleans, a Louisiana. Cada día comía la carne del venado, con el objetivo de que no quedara ni un solo trozo. Sabía que pronto se pudriría por que no podía meterla en la heladera, por que sino me cobrarían por usar electricidad y eso no lo podía pagar por el momento. 

En dos días cumpliría mis amados dieciocho, podría hacer de todo... (siempre que la ley lo permitiera). Aunque por alguna razón... yo siempre me sentí un mayor de edad desde los catorce, llevaba desafiando la ley desde los catorce, llevaba solo... desde los catorce. Y ahora, solo faltaban unas pocas horas para que todo esto se acabara, para reclamar la herencia que mis padres me debían. Que yo supiera, no tenían muchos contactos, y no de tal grado de importancia para dejarles el dinero. Yo no tenía familiares... todos murieron o se alejaron de nosotros, siempre pensé que era por que nos superaban en dinero, y que para no tener que prestarnos el dinero que necesitabamos, se fueron con el propósito de no vernos nunca. Yo sabía que mis padres siempre fueron humildes, o eso parecían ser....

Hasta que yo me levanté, con dieciocho años recién cumplidos. Yo ya sabía que mis padres eran asesinos, pero creía que lo hacían por venganza. Tambien supe que no era su intención dejarme solo en esta vida con tan poca edad... ¿Quien sabe? Igul si lo era. Para ese día... me teñí el pelo de negro. Un tinte que duraría pocas horas, si no llovía, por supuesto. Me fuí a la comisaría para cambiarme la foto del DNI, (documento nacional de identidad). Me hice la nueva foto y fuí directo al banco. Les dije que mis padres habían fallecido, y que yo tenía que heredar la herencia. 

-Entonces, usted es... Alastor. Si, es usted el hijo de los Smith. Siento mucho su perdida. 

-Si soy yo, gracias por sus condolencias, caballero. 

-Muy bien, pondré las herencias a su nombre...

-Espere, un momento... Mis padres murieron cuando yo seguía siendo mayor de edad, así que la madre de un amigo me adoptó... Me gustaría tener su apellido si no le importa. 

-Oh, claro... ¿Cual és?

-Alastor Black. 

-Sin problema... ahora mismo el dinero está en su cuenta bancaria. Gracias por confiar en nosotros. 

-De nada caballero. 

-Ah, se me olvidaba el detalle más grande... tengo que enseñarle el dinero que usted tiene.

-Se me olvidaba a mi tambien- Me esperaba poca cantidad, ya que mis padres eran bastante humildes-

-Aquí está.

Me enseñó un papel que decía que tenía 4 millones de dolares estadounidenses de parte de mi madre y 2 billones de parte de mi padre. Me sorprendió mucho. ¿De dónde habían sacado tanto dinero? 

-Es uste un suertudo. 

-Muchas gracias... mis padres eran muy trabajadores. 

Esa noche estallé en colera. ¿Multimillonario? Mis padres eran asesinos y grandes ladrones... y ahora el banquero estaría convencido de que si la identidad de mis padres como dúo V se conocía... Yo tendría todo el marrón encima, por lo que esa noche decidí una cosa. 

Me vestí de negro y fuí a la casa del banquero, que vivía en el pueblo de al lado. Todo esto gracias a los conocimientos de mis chismosos vecinos... quienes hablaban de un señor que vivía solo pero con grandes progresos en el banco. No tardé en encontrar su casa. 

Esa noche me dí cuenta de lo habil que era abriendo puertas con simples ganzuas. Me metí en su habitación, en la que él estaba solo y le inyecté veneno. Eso gracias a que mis padres tenían geringas para vacunarse ellos mismos.... Y también tuvimos un problema con ratas, por lo que ese veneno era letal. Como sabía que si lo encontraban muerto intentarían adivinar cual fué la causa de la muerte, decidí ponerle una substancia que hacía que el veneno se disolviera con la sangre una vez el corazón de la víctima no palpitase. 

Fué todo un éxito. No se percató del pinchazo y yo me fuí rapidamente de esa casa. Nadie me vió, y yo seguía con el pelo negro por lo que de haberme visto nadie me reconocería. 

Llegue a casa y me quité mi disfraz. Me quité el pelo negro para presenciar mi melena castaña, me puse las gafas, cuales me había quitado... Y me lavé la cara, ya que me había hechado base de maquillaje para que mi piel pareciera mucho más oscura. Ahora no había pruebas de nada. Yo era Alastor Black, y los Smith nunca tuvieron un hijo. 

En vida y en muerte (CHARLASTOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora